El fotógrafo Ángel Marcos: «Yo también soñé con eso, de niño, en Medina»
El artista retrata el drama de la migración con la exposición 'Soñar-partir-llegar', una reflexión frente al dolor y contra la indiferencia en el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social
Son tres verbos los que sirven de título a la exposición ('Soñar-partir-llegar') y que en no pocas ocasiones se conjugan con dolor y ... lágrimas. Hay sueños que terminan en pesadilla. Hay partidas que siempre son terribles. Hay llegadas que nunca coinciden con lo esperado. A partir de estos tres verbos –que hablan de tránsito, cambio y transformación– se ha fraguado la exposición que el fotógrafo Ángel Marcos (Medina del Campo, 1955) presenta en la sede madrileña del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (calle José Abascal, 39).
Hasta febrero de 2023, los rostros de tres migrantes senegaleses –retratados en el puerto de los Cristianos, en Tenerife– miran a los ojos de quienes se acercan a contemplar el trabajo de Marcos. Sus caras, donde no cabe la sonrisa y tal vez tampoco la esperanza, se asoman detrás de una valla de alambre que es símbolo de las fronteras físicas y de las barreras emocionales que se levantan frente a los llegados desde otros países.
Marcos reflexiona con sus instantáneas sobre la migración, un fenómeno que siempre ha empujado al ser humano a buscar un futuro mejor. «Yo también soñé con eso, de niño, en Medina», cuenta el fotógrafo, quien recuerda cómo llenaba los regatos de agua de su pueblo con barquitos de palos y papel para imaginar qué mundos y aventuras podría haber más allá. Esas embarcaciones –frágiles como un recuerdo infantil– son las que pueden verse, golpeadas por el océano, en varias fotografías que recogen una pequeña porción del Atlántico, de noche, con embarcaciones en las que viajan apelotonadas decenas de personas.
«Pueden verse vasos de plástico y migas de galleta, que es lo que les suelen dar las ONG cuando llegan a tierra»
Ángel Marcos
Fotógrafo
Allí están presentes los sueños. Allí la partida de convierte en acción. Y la llegada puede verse en otra serie de imágenes tomadas en todos esos objetos que los recién llegados dejan atrás una vez abandonado el cayuco. Se aferran a lo poco que han traído con ellos de valor y abandonan apenas los bidones de combustible que usaron en la travesía, las botellas de agua que ya terminaron, las latas de refresco que no saciaron su sed, los chubasqueros que no les impidieron calarse hasta los huesos. «También pueden verse vasos de plástico y migas de galleta, que es lo que les suelen dar las ONG cuando llegan a tierra», cuenta Marcos.
Piezas inéditas
La muestra está formada por piezas inéditas, creadas para la ocasión, pero también fotografías de anteriores trabajos de Marcos, en los que la migración y las críticas hacia los poderes establecidos están presentes. Así, adquieren nuevas lecturas imágenes procedentes de 'La mirada blanca' o de 'Paisajes de resistencia'.
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