«Nunca vivo del pasado, sobre todo porque tengo facturas que pagar»
Jorge Sanz / Actor
Luis Miguel de Pablos
Sábado, 6 de mayo 2017, 12:48
Lleva varios años reinventándose y jugando a una ambigüedad que ha quedado reflejada en la pantalla a través de la serie de David Trueba ¿Qué fue de Jorge Sanz?, y ahora en las tablas con Tiempo. ¿Tocó fondo el actor? ¿Estuvo frente al precipicio la persona? ¿Realmente llegó a escuchar la persona lo que hoy en el teatro Zorrilla saldrá de boca del actor?
«Me quedan 90 minutos de vida, ¿qué hacer?», se pregunta Jorge Sanz.
Parece mentira pero la frase le ha devuelto a la vida.
Este texto es una joya de Quim Masferrer, que ha tenido la inmensa generosidad de regalarme. Tanto él como Ramón Fontseré me han ayudado a subir un peldaño más en mi nivel interpretativo y han conseguido que disfrute como un enano. Antes deseaba hacer otras cosas y me decía ¡Por qué no me habré dedicado a vender bicicletas!. Ahora estoy deseando que suba el telón.
¡Y vaya si sube! Sube para dejar boquiabierto al espectador...
Siempre me habían dado mucha envidia los actores de teatro porque conseguían emocionarse en escena, lo que me parecía el summum del juego teatral. Ver cómo transmitían sus emociones al público. Esta obra empieza rompiendo la cuarta pared para decirle al público que me quedan noventa minutos de vida. A partir de ahí, el espectador ya no sabe si es obra o realidad, si es el personaje o Jorge Sanz el que se dirige a ellos.
El que sí se ha reinventado es Jorge Sanz, no sé si antes el actor o la persona.
Pues es un proceso común. El año que viene hago 40 en la profesión, y tengo claro que lo difícil no es tener un solo éxito sino permanecer en el tiempo. Y para ello tienes que ofrecer cosas nuevas a la gente.
¿Entiende los altibajos como algo normal en la profesión y en la vida o realmente lo ha pasado mal?
Bueno, esta no es la primera crisis que he vivido en la profesión. Este es un oficio en el que el éxito sabe muy bien, pero no dura mucho y tienes que saber vivir cuando estás arriba, pero también cuando no tienes éxito. A la gente se le ve la pasta de la que está hecha, sobre todo cuando le van bien las cosas.
¿A qué se agarra uno cuando está delante del precipicio?
Todos hemos estado metidos en pozos y como en todo en la vida, la educación y tu entorno es fundamental para salir de ellos. En mi caso, tengo la inmensa fortuna de tener tres hijos, una pareja que me entiende y además vivo en el monte, que es donde quiero vivir. Soy feliz y la vida está siendo generosa conmigo.
Tengo la sensación de estar hablando con un psicólogo...
Es que soy un hombre mayor. Este año hago 48 años ya.
Y famoso desde los nueve...
La fama es una bendición, el único problema es ése, que me pilló muy joven. Y cuando eres joven, la fama te crea determinadas situaciones que te superan y al principio reniegas un poco. ¡Pero la fama es cojonuda, es una bendición!
Y el Jorge Sanz que ahora juega la Champions y hasta tiene un muñeco de cera en el museo, ¿observa de reojo a aquel otro?
Yo he tenido una vida muy completa, lo que pasa que a mí me ha venido la vida con superbonus. Nunca vivo del pasado, sobre todo porque tengo facturas que pagar y tres hijos que mantener.
¿Vive el famoso del último titular?
Así es. Ya puedes pasarte la vida dejando maravillosos titulares que si el último es, por ejemplo, el de David Carradine, ¡imagínate!
El último le costó caro a Fernando Trueba.
En este caso se le ha dado la vuelta a todo porque Fernando Trueba dijo exactamente lo mismo que cuando ganó el Oscar. Que la cultura no tiene fronteras. Aquel Oscar lo ganó con gente en su equipo de Francia, Portugal, de la República Checa,... Pues bien, ese mismo discurso en este baile de salón que nos toca vivir ha terminado en que Fernando Trueba es antiespañol.