Lola Herrera: «No quiero medallas ni homenajes ¡Quiero que me paguen la pensión!»
Lola Herrera / Actriz
Luis Miguel de Pablos
Viernes, 7 de abril 2017, 21:28
Jubílate a los 60, cuida de tus nietos a los 70 y, camino de los 80, prepara las maletas en busca de una residencia. En una sociedad en la que el DNI te va marcando el camino, Alejandra se resiste a abandonar su casa y se atrinchera para que el destino no se salga con la suya. En esa pelea con sus hijos y con el paso del tiempo encontramos en La velocidad del otoño a Lola Herrera, que a su vez se resiste a abandonar esa otra casa que para ella son los escenarios.
Recuperada ya -aunque en plena rehabilitación de la caída que interrumpió esta última gira-, la actriz vallisoletana saca las uñas para defender los valores de la ancianidad y el derecho a arrugarse con dignidad. Eso sí, siempre con una sonrisa en la cara...
'La velocidad del otoño' llega al Teatro Calderón de Valladolid viernes 7 y sábado 8 (20:30 horas), y el domingo, a las 19:30 horas.
La obra reivindica el derecho a elegir de nuestros mayores.
Parte de las vivencias y el desarrollo de la vida de una persona mayor que toma una serie de decisiones. Esa persona tiene hijos y como en todas las familias, llegado un momento, los hijos quieren decidir por ella, y entonces ella decide volar la casa.
Se niega a tener que dejar su casa
Totalmente. Y Alejandra, que soy yo, tiene todo mi apoyo porque está en todo su derecho.
Tarde o temprano, todos tenemos una Alejandra en nuestras vidas. ¿Se da cuenta de que en su piel se mete el 99% de los espectadores?
Desde luego. Es algo que preocupa a todos. A los padres porque quieren su libertad de poder decidir, y a los hijos porque tenemos una sociedad complicadísima. Hay que buscar otras soluciones para cuidar a los mayores porque no tenemos por qué pagar el pato nosotros.
Pero Alejandra se va al extremo.
Bueno, no es un extremo. Es su carácter. Es una forma de reaccionar de una persona con un carácter muy particular y un sentido de la libertad muy grande.
¿Se siente maltratada por su edad?
Vivimos en una sociedad en la que ser viejo equivale a no existir, a ser transparente y a que hagan contigo lo que quieran. Está de moda que todo tenga que ser recién nacido y los mayores no encuentran el sitio. Se ha encontrado la fórmula para que vivamos más años, pero no la fórmula social para que la gente que vive tantos años tenga una vida agradable.
¿Tratamos a nuestros mayores como sacos cuando deberíamos hacerlo como jarrones chinos?
Estamos hablando de la carga que suponen las pensiones, y desde luego que no tenemos culpa de haber trabajado tantos años y que ahora no haya trabajo, y los que trabajan no puedan cotizar para llenar la caja de la Seguridad Social. Los viejos no tenemos la culpa. A veces tengo la sensación de que nos van a reunir a todos para decirnos que hay una fiesta, y nos van a fumigar. Lo digo en broma, pero si lo piensas, con una jubilación de mierda y un entorno que no te quiere, no te fumigan pero te están echando gotitas para que te mueras cuanto antes. Te apartan económica y anímicamente. La gente mayor está cada vez más lejos de la sociedad.
Al decir económicamente, ¿se refiere a las pensiones?
Sí. Con todo lo que hay que hablar en este país, en el que hay tanta falta de trabajo, de lo único que se preocupan es de la caja de las pensiones. Antes que lamentarse del final, hay que preocuparse del principio. Nos tratan como si fuéramos tontos.
Lola Herrera no está tan lejos de la sociedad porque todavía sigue cotizando aun después de jubilarse.
Pues mira, he cotizado toda mi vida y sigo cotizando. Yo me he jubilado con 76 años, y todos esos años de pensión se los he regalado a la caja de la Seguridad Social, además de pagar por lo que he trabajado. Ahora hay alguien que paga mi Seguridad Social, y esa Seguridad Social no revertirá en mi pensión. Rindo al máximo como no rinden mucha gente con sueldazos. Deberían hacer algo para que la gente mayor pudiéramos rendir sin que nos quitaran la pensión. ¡Cómo es posible que tenga la medalla del Trabajo y me quiten la pensión, que es un derecho adquirido! Es como una ironía. ¡No quiero medallas ni homenajes! Quiero que me paguen la pensión. Te dan cosas que no sabes donde ponerlas. Los reconocimientos tenían que ser en metálico para tener una mejor vejez. No me gustan las medallas, me suenan a algo militar, y yo, que he vivido una dictadura, con todo el respeto y pidiendo disculpas a los militares, no soy de medallas.
Ahí entramos en el debate de tener que retirarse y encerrarse en casa por decreto aunque uno siga teniendo vitalidad.
Es que enseguida te mandan a una residencia. ¡Y esto no puede ser!
No es su caso, desde luego, que sigue recibiendo reconocimientos sobre el escenario, donde ha vivido distintas edades de Carmen Sotillo. ¿Tiene algo que ver Menchu con esta Alejandra?
Han vivido la misma etapa pero es una mujer que le ha tocado vivir otras cosas. Es una mujer muy libre e independiente.
Con la que se sentirá identificada mucha gente.
Hijos, nueras, padres,... Los hijos se sienten con cargo de conciencia porque viven en una sociedad muy complicada en la que también tienen que atender a sus propios hijos. Antes se vivía en casas más grandes en las que, incluso, estaban también los abuelos.
Sin embargo Lola Herrera se arruga estupendamente, ¿cuál es el secreto de tanta vitalidad?
Pues créeme, no hago nada. Supongo que son genes. Y que me ha tocado tener una buena salud y, desde luego, una profesión que me ayuda muchísimo porque me ilusiona y para mi es una pasión inagotable.
¡Algo hará, mujer!
(risas) Es que no me queda tiempo para mucho más.
Reírse mucho, por lo que veo...
Eso sí. Me río mucho y también lloro porque todo forma parte de la vida. En realidad creo que sé dosificar lo que tengo, que es bastante importante. Y no quiero ser más joven. Sé los años que tengo y ahora me toca ser vieja, pues soy vieja. Los que no lo aceptan tienen dos males y estropea muchísimo. Y la vejez es una cosa hermosa porque hay una vida dentro de esos ojos y de esas arrugas.
Y una vejez con un montón de proyectos por delante todavía.
Pues sí. Voy a hacer una película en el mes de septiembre con Andreu Castro. Hice la que era su debut, Pasaje al amanecer, y ahora vamos a hacer la segunda. Es un director con un gusto exquisito, fascinante, que aporta también el guion, y que a pesar de haber hecho muy pocas cosas en cine, me está escribiendo unos personajes que son maravillosos.