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La escritora bilbaína Blanca Sarasua.
Blanca Sarasua: «La poesía nos recuerda que valemos para algo más que comprar cosas»

Blanca Sarasua: «La poesía nos recuerda que valemos para algo más que comprar cosas»

Presenta en el Aula de Cultura de El Norte ‘Baciyelmo’, un libro de poesía a partir de citas de ‘El Quijote’, «una invitación a redescubrir a los clásicos»

PPLL

Martes, 10 de junio 2014, 12:08

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La voz de Blanca Sarasua (Bilbao, 1939) suena clara, vital, a tono con el mensaje que busca transmitir al lector a través de Baciyelmo, un libro escrito a partir de citas de El Quijote que la autora transforma después en poemas. Premio San Juan de la Cruz en 2008 y Premio Ernestina de Champourcin en 1990 con Ballestas contra el miedo, la autora ha colaborado en periódicos y revistas literarias y ha participado en antologías de poesía como ¡En voz alta, de Sharon KeefeUgalde o Poesía en Bilbao, entre otras. Acude hoy miércoles 11 de junio al Aula de Cultura de El Norte para presentar Baciyelmo en la Casa de Cervantes.

¿Por qué publicar este libro a partir de la obra de Cervantes?

Leí El Quijote, como todo el mundo hace, saltándome capítulos, hasta que me di cuenta de que no era lo adecuado, de modo que comencé desde el principio hasta el final, y vi que tenía una filosofía de vida que era una delicia; que Sancho, además de ser campesino de la tierra es un fenómeno, tiene una filosofía de terruño maravillosa hasta tal extremo que pienso que el protagonista de la obra realmente es Sancho Panza. Y me encontré con la palabra baciyelmo, neologismo de Cervantes que surge en la novela cuando Sancho y don Quijote discuten por la bacía, la palangana de barbero que lleva encima de la cabeza, que para uno es una bacía y para otro, un yelmo. Hay un momento en el que Sancho cede y le llama baciyelmo. Y realmente es un baciyelmo porque tiene una parte de bacía, de realidad y otra de yelmo, de ilusión, de creatividad, de alegría, esperanza, algo de locura por qué no. Pensé que los dos personajes están delimitando lo que es la vida con sus momentos buenos y malos. Ahí surgió la obra.

¿Qué aporta esta relectura de la obra cervantina?

Lo que yo hago es lectura rápida de El Quijote cogiendo algunos capítulos y sobre esa idea escribo un poema. Mi intención final es que acabo pidiendo a todo el mundo que tenemos que ir a buscar el yelmo. Unamuno, en un capítulo de su Vida de Don Quijote y Sancho, pide voluntarios para ir a buscar el sepulcro de Don Qquijote para cogerle el yelmo, que nunca es pasto de gusanos, y recuperarlo para devolvérselo a Sancho pueblo, que somos nosotros, para devolvernos la ilusión. Esa es la lectura que yo hago.

¿Qué pasajes de la obra cervantina le llaman más la atención?

Hay muchos. Por ejemplo, me he fijado en la quema de libros, que me encanta, porque cuando se encuentra con libros de poesía y dice el cura que no hay que quemarlos, que hacen menos daño que los de caballería, la sobrina se enfada y responde que la poesía es cosa de locos. Hay un personaje que me llama muchísimo la atención y es Teresa Panza, la mujer de Sancho. Hay un momento en el que describe a su marido y dice que a ella todos la llaman Teresa Panza aunque su nombre es Teresa Cascajo, y eso en la generación que me ha correspondido a mí es una maravilla, porque éramos señora de y este detalle me llevó a pensar que Cervantes era mucho más moderno que yo.

¿A qué edad leyó El Quijote?

Lo leí a cachos porque cuando eres cría no tienes madurez para leerlo. Del Quijote está bien que se hable en el colegio para ir sembrando pero hasta que no tienes una madurez no se puede leer bien, porque no entiendes toda la filosofía de vida. Ahora es el momento en el que más lo disfruto. He leído cinco veces la obra y no puedo decir que la conozca.

¿Qué extrae de El Quijote para transformarlo en poesía?

Muchas veces pienso que el primer párrafo de la obra da la impresión de que lo que quiso hacer es un poema. Es un párrafo que define perfectamente quién era el personaje, cómo vivía, cómo vestía, de forma que no necesitas leer más. Tiene la concisión de un poema y su escritura deja traslucir multitud de imágenes.

¿Qué aporta la relectura de los clásicos en estos tiempos?

Tenemos que volver a ellos porque han plasmado unos valores que son para siempre, son eternos. Una novela tienes que ubicarla en su momento histórico, pero las ideas que encierra, lo que ha quedado, es francamente bueno y no hay que obviarlo nunca, puede ser la base para nuevas novelas.

¿Ha pensado en otro clásico para hacer el mismo experimento que con El Quijote?

En este momento tengo una deuda con Dulcinea porque casi no hablo de ella. Es un tema interesantísimo que hay que sacar adelante, tal vez surja un libro.

Unamuno es otro de los escritores por los que siente veneración.

Me encanta su forma de pensar rebelde, nunca está de acuerdo con nada, tal vez porque yo me sienta un poco ahí.

Dice que se ve más aspirante a poeta que poeta.

Encuentro que los poetas son cuatro y están en el Olimpo.

¿Se lee más poesía ahora?

En este mundo que vivimos tan materialista, tan consumista, creo que la poesía nos hace pararnos un poco y decir aquí estamos todavía; la poesía nos recuerda que valemos para algo más que para comprar cosas. No sé si se lee más, lo que sí sé es que es necesaria.

¿Por qué hace poesía?

Quizá porque mi madre me solía leer poemas de pequeña. Aunque empecé tarde a escribir, a los 40 años me tiró el verso. Y no lo he dejado. He leído mucho a Enrique Badosa, luego pasé por García Lorca, Rafael Alberti, Gil de Biedma, Angel González..., me gusta la poesía irónica, sobre todo la que tenga algo que decir, que no se quede en la poesía florero, en la que solamente adorna. No concibo escribir un poema sin haber dicho algo aunque incordies a alguien. Ante todo, busco no dejar indiferente, de modo que el que lo lea pueda decir estoy o no de acuerdo.

¿Busca más el contenido que la estética?

Sí, aunque un poema también tiene que ser estético, pero no puede quedarse ahí, no puede ser solo un adorno. La poesía es algo mucho más profundo y hay que pelearse con ella y a veces la ves incluso como una enemiga porque no consigues hacer con ella lo que quieres.

Ha escrito cuentos pero no los ha publicado.

Los escribí en su día y los he dejado madurar solitos y no los he vuelto a coger. Tal vez algún día me lance y empiece con ello. Pero de momento la poesía me tiene tan sujeta...

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