Castilla y León

Vox anticipa una posición dura ante el PP con la inmigración como frente

«Abascal no dijo que fuéramos a votar que no a los presupuestos», advirtió Juan García-Gallardo, «sino que seríamos coherentes con nuestra posición hasta ahora». Lo que traducido significa: «No sería coherente que nos saliéramos [del Gobierno] porque el PP se alinea con el PSOE con la política migratoria alimentando el efecto llamada y que luego apoyáramos un presupuesto que contribuye a alimentar el efecto llamada». De ahí la proposición para que la Junta ponga dinero para ayudar a los países de origen a repatriar a los suyos.

Puede que, como confían algunos en las Cortes, el tono bronco se rebaje ahora que Vox no está en el Gobierno y que las críticas del PSOE tendrán que enfocarse en el PP. Pero lo que se anticipa cierto es que las posiciones van a provocar votaciones y situaciones paradójicas. Por ejemplo, el próximo Pleno se tomará en consideración la tramitación de la ley de blindaje de los servicios públicos impulsada por Fernández Mañueco. Un texto bastante sencillo, sin un régimen sancionador que castigue su incumplimiento por parte de la administración, que es la que al fin debe 'blindar' con sus cuentas y sus acciones los servicios públicos. Vox lo apoyó en su día en la debida comisión, y García-Gallardo ya ha dejado claro que seguirán apoyándola ahora. «Votaremos a favor». Sin embargo, lo que no se tomará en consideración aún es la ley de concordia, que presentaron ambos de la mano. Entonces, con otros portavoces, Raúl de la Hoz (PP) y Carlos Menéndez (Vox). «La ley de concordia se registró en primavera, tras mucha negociación, y estamos en otoño y no se ha tomado aún en consideración», recordó el ex vicepresidente de la Junta. «Nuestro deseo era que la toma en consideración fuera a Pleno la semana que viene, no ha sido posible, pero nos han dado su palabra de que se llevará al siguiente. No sabemos qué esperar del PP. Es una iniciativa que hemos registrado de forma conjunta y lo previsible sería que se pudiera tramitar cuanto antes con el voto favorable de los dos grupos, pero este PP es difícil de prever», señaló García-Gallardo.

Pues la respuesta de Ricardo Gavilanes, nuevo portavoz del PP, tampoco le sirvió para salir de la duda. «Me he puesto en contacto con todos los portavoces y en ningún momento he tratado la ley de concordia. Hay que estudiar y ver, las iniciativas legislativas deben ir por orden, hay que estudiar el propio procedimiento y se decidirá qué leyes se van a llevar al próximo Pleno», se zafó.

Vox tiene claro que esta es una nueva etapa. Sus primeras preguntas de control al Gobierno sirven como ejemplo de su actitud a partir de ahora. A la consejera de Familia, por la inmigración. Y después, a los tres consejeros que se ocupan de lo que eran carteras-Vox. Incluido Gonzalo Santonja, el único superviviente, a quien le van a preguntar por cómo va a proteger los bienes de interés cultural recientemente reconocidos. Esto es, por ejemplo, la polémica Pirámide de los Italianos. A Leticia García (relevo de Mariano Veganzones en Industria), le interpelarán por la relación con los sindicatos. «La han recibido con vítores y aplausos en las sedes de CCOO y UGT», señaló Gallardo. A María González (sustituta de Gerardo Dueñas), «si van a volver las medidas de asfixia a los ganaderos y agricultores que había antes de la entrada de Vox». Y al consejero de Medio Ambiente le cuestionarán por la proliferación de parques eólicos y fotovoltaicos en el medio rural.

Un marcaje al hombre pegajoso. Y una misión: conseguir que en el imaginario electoral acaben por fundirse PP y PSOE. «O con el PSOE, o con Vox. Con los dos a la vez no se puede», advirtió Gallardo.

Con este divorcio tan doloroso, Mañueco mira a otras bancadas por si puede recabar apoyos puntuales en algún momento. Especialmente en lo tocante a los presupuestos. Aquí hay que recordar que en las cuentas de 2024, que se aprobaron el pasado 2 de mayo, se tumbaron las 2.455 enmiendas presentadas por PSOE, Podemos, UPL, Soria ¡Ya!, Por Ávila y Francisco Igea. Luis Tudanca, por si acaso, ya le va advirtiendo. «El señor Mañueco tiene ahora una necesidad. Y si la tiene, que se gane la ayuda», dijo el líder del PSOE.

Tudanca busca la baza para contragolpear al ataque del «concierto catalán». Anticipó su defensa con dos argumentos. El primero, que los gobiernos de Pedro Sánchez es mejor para Castilla y León que los gobiernos de Mariano Rajoy. «Quiero poner en valor que este Gobierno autonómico ha recibido en estos años 16.000 millones adicionales más de los que recibió con el último Gobierno de Mariano Rajoy». Y el segundo, con la «deslealtad» del PP hacia el Gobierno actual. «La verdadera jefa del PP, Isabel Díaz Ayuso, le dice a Mañueco que no se reúna con el presidente del Gobierno porque le viene mal a ella. Madrid es el verdadero agujero negro que perjudica los intereses de Castilla y León, no Cataluña, su dumping fiscal, su paraíso fiscal, su robo de empresas y su robo de talento», lanzó Tudanca.

Y a todo esto, ¿cuál va a ser la respuesta del PP? Pues hubo adelanto, aunque tibio, del nuevo portavoz, Ricardo Gavilanes. Cataluña: «El acuerdo entre el PSOE y ERC que supone un robo absoluto a los ciudadanos de Castilla y León». Inmigración: «Castilla y León es una tierra de acogida, solidaria. Lo que es inexistente es una política migratoria a nivel nacional».

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