Vanesa Ezquerra: «El mundo es ilimitado y quien diga que lo sabe todo está muerto»
La arquitecta y consultora acreditada en materia de eficiencia energética y sostenibilidad asegura que con el confinamiento mucha gente ha descubierto que vive en casas con notables carencias
He aquí una mujer adelantada a su tiempo. Vanesa Ezquerra Ramos (Palencia, 48 años), arquitecta y consultora experta acreditada en materia de eficiencia energética y ... sostenibilidad de los edificios. Hiperactiva en redes sociales con materias vinculadas a su profesión, asegura sentirse útil a los demás desde un trabajo que, aunque aparentemente al común de los mortales no le pudiera parecer, resulta que ella insiste en que puede ayudar a mejorar la vida, la salud y el bienestar de las personas aconsejando cómo construirse la vivienda en la que pasamos la mayor parte de nuestra vida. Y, además, saca tiempo para fomentar la actividad de las mujeres como emprendedoras ya que dirigió la Asociación de Empresarias de Palencia.
–Tiene estudio en Palencia y en Madrid. ¿La arquitectura no quedó afectada por la pandemia?
–Estamos entre el 80% y el 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados y cada vez se mira más que las casas sean más eficientes, más confortables, más saludables... Con la pandemia la gente, sobre todo más en Madrid, cada vez teletrabaja más y haber estado confinados ha hecho que se dé cuenta de dónde vive.
–¿Y qué ha hallado la gente?
–Muchas casas que no están bien iluminadas, que consumen mucha energía, que no están bien ventiladas. Luego está el aumento del coste de la energía y mucho del desarrollo del Passivhaus viene por ahí. Porque claro, si en vez de gastar mil euros de calefacción en un piso puedes gastar solamente 150...
–El concepto de Passivhaus entenderá que no es fácil de comprender a pie de calle...
–Es, en alemán, 'casa pasiva', una casa que requiere poca energía para su mantenimiento.
–Entendiendo por mantenimiento...
–...Poder vivir en ella. Realmente la definición ortodoxa de 'casa pasiva' es la de edificio que mantiene su confort simplemente atemperando el aire que introducimos para la ventilación.
–Se define «apasionada» cuando se trata de ayudar a mejorar la calidad de vida, la salud de las personas y reducir el impacto de los edificios en el medio ambiente. ¿A dónde le lleva eso?
–Soy arquitecta porque me gusta; ayudar a los demás es mi vocación. Sé que puedo ayudar mucho a los demás a tomar buenas decisiones, a hacer un buen diseño... Una casa es algo muy importante en la vida de las personas porque es donde van a pasar el 80% de la mitad de sus vidas o más, donde van a criar a sus hijos, donde descansan, donde regeneran su salud. Un edificio te puede enfermar...
–...¿Enfermarte? ¿Un edificio?
–¿Sabe usted lo que es el 'Síndrome del edificio enfermo'?
–No.
–Sobre todo pasa mucho en edificios de oficinas y en los que está mucha gente, que tienen problemas de ventilación.... También tiene que ver con temas electromagnéticos y electrostáticos, que a final eso acaba influyendo en tu salud. Si no ventilas bien un espacio... Respirar aire de buena calidad es esencial. Una cosa es la polución, los gases tóxicos y las partículas en suspensión que llegan del exterior, pero ¿todo lo que se genera en el interior? Impresoras, ozono... ¡Es malísimo!
–¿Y ayuda un edificio a mejorar la salud, la calidad de vida?
–¡Claro! Por ejemplo, a gente que tiene problemas de asma o de alergias respiratorias vivir en una 'casa pasiva' o Passivhaus les ayuda a mejorar porque estos edificios tienen filtros, un sistema de ventilación, que está continuamente renovando el aire. Y el aire que metemos está filtrado: no entra polvo, no entra polen... Entra aire limpio. Y todo el CO2 y vapor de agua que generamos, compuestos volátiles orgánicos de productos de limpieza, la impresora, etc, se sacan del edificio.
–El certificado de eficiencia energética muchos lo ven como un sacacuartos pero, para alquilar, comprar o vender una vivienda es imprescindible....
–...¡Es que te obligan!
–Sí. Pero, ¿solo aprendemos a base de golpes en el bolsillo?
–Lo que pasa es que esa palabra, eficiencia, es un poco, como diría yo...
–...¿Engañosa?
–Engañosa. Habla de eficiencia energética, pero no evalúa la eficiencia del edificio sino las emisiones de CO2. Tenía que llamarse certificado de sostenibilidad, por ejemplo. Un certificado A en CO2 no es un certificado A en eficiencia energética.
«Un edificio te puede enfermar. Polución, gases tóxicos que llegan del exterior... Pero, ¿y lo que se genera en el interior?»
VANESA EZQUERRA
Arquitecta
–Se dice que una vivienda normal es una cafetera y una Passivhaus, un termo. De ser así, todas tendrían este sistema...
–En una casa de 25, 30 o 40 años, en el momento en el que apagas la calefacción se queda helada a las dos horas. O si tienes una casa en el pueblo, cuando llegas el viernes está helada y, si te descuidas, cuando regresas el domingo no ha acabado de calentarse. En cambio, una casa pasiva es en la práctica un termo, toda aislada, meto un poco de calor y dura mucho tiempo caliente.
–¿Se demandan esas casas?
–Llevo seis años dedicándome en exclusiva a este tipo de construcciones. Y se están haciendo también en edificios de bloques, en inmuebles públicos... En los costes de mantenimiento de un edificio, energía incluida, se va la mayoría de esas partidas presupuestarias de una institución. Con este sistema no solo vas ahorrar mucho en energía, sino que consigues un edificio más confortable, lo que repercute positivamente en aspectos como la productividad, la salud de los trabajadores y menores gastos.
–¿Edificios públicos con el sistema de las casas pasivas?
–En Alemania, se ha construido en Frankfurt un hospital con el método Passivhaus. Hay bibliotecas, se están rehabilitando colegios en Madrid y Cataluña con este sistema...
–Su paisano Peridis, compañero de profesión, dice que Castilla y León es rica en el material constructivo más energéticamente sostenible, el adobe: tierra, paja, agua y sol.
–Esa es una visión muy romántica de la arquitectura tradicional de Castilla. Es verdad que tradicionalmente se ha construido con adobe y madera, pero el adobe térmicamente no se sostiene. Otra cosa es que tiene una ventaja, la inercia térmica, y sobre todo porque se trabajaba con muros de 80 centímetros que, claro, al final con ese espesor se consigue un aislamiento bastante considerable, pero a costa de que pierdes superficie útil de la vivienda.
«¿Por qué con algo que es connatural a nosotras ahora quieren hacer un elemento de controversia?»
VANEZA EZQUERRA
Arquitecta
–Luego, ¿el adobe es el pasado?
–La técnica ha evolucionado muchísimo y tenemos materiales de 10 centímetros que aíslan lo mismo que 70 centímetros de adobe. Y el de 10 centímetros se coloca rápido, pero el adobe es muy pesado. Aprovechemos las mejoras tecnológicas para hacer las cosas mejores y más fáciles, porque los costes de construcción serán más baratos.
–¿Hay receta para que la mujer tenga más visibilidad en el mundo de la arquitectura? Los grandes nombres son de hombres.
–La receta es intentar ser tú misma y la mejor. La herramienta para ello es el conocimiento, formarte, intentar estar a la última en todo y continuamente formándote. Yo sigo formándome. Todo evoluciona y la receta está en no estancarte, en intentar saber como el que más, estar en todo a la última y, luego, tener buena presencia en las redes sociales es fundamental ahora mismo.
–En eso hay que reconocerle a usted una notable actividad...
–Soy una persona muy inquieta y tengo esa forma de ser, esa curiosidad, aprender constantemente. Este es un mundo ilimitado y el que diga que lo sabe todo está muerto. Las redes sociales son importantísimas.
–¿Anima a las jóvenes a estudiar arquitectura? Siempre ha tenido fama de carrera durísima y si, encima, solo triunfan unos pocos y son hombres...
–Animo a que hagan lo que les guste, que se dediquen a lo que les guste porque van a tener que estudiar mucho, trabajar mucho, dedicarle muchísimas horas de su vida, muchísimo esfuerzo, muchísimos lloros, superar muchísimas zancadillas... O haces algo que te guste o si no, estás perdido.
–Para superar la brecha de género entre hombres y mujeres se alude al cambio cultural que ha de experimentar la sociedad, pero ese cambio ni llega ni parece que se impulse mucho...
–Es que es muy difícil. Con otras empresarias lo he hablado mucho en los últimos tiempos. Diferentes profesiones, diferentes puntos de vista, y coincidimos en que es muy difícil porque culturalmente la mujer se sigue dedicando a los niños. Muchas lo deciden de manera voluntaria y eso es estupendo. Yo no los he tenido y tal vez eso me ha ayudado a dedicar más tiempo a mi carrera profesional. También el tener una pareja que me apoya en eso y me da libertad para desarrollar esa carrera profesional. Todo tu entorno te tiene que apoyar en ello.
–Muchos estudios alertan de cada vez más posturas intolerantes de jóvenes varones hacia jóvenes mujeres.
–Yo creo que hay una dejación de funciones en la educación de los chicos...
–...¿Por parte de quién?
–De las familias, del propio sistema educativo... Pero también porque culturalmente hay algo ahí detrás... Por ejemplo, el juez Calatayud advierte de que se ha pasado del padre dictador al padre colega. Y yo creo que ni lo uno ni lo otro. Vamos muy mal en ese sentido. Vas de paseo por la calle y ves a padres que le sueltan el móvil a su hijo pequeño con tal de que le dejen en paz.
–¿Tendrá final el eterno debate terminológico sobre esa realidad incuestionable que es que hay violencia contra las mujeres por el solo hecho de ser mujeres?
–La violencia es violencia. Y creo que en los últimos tiempos nos hemos ido de punta a punta en esto. ¿Dónde está el sentido común? Yo defiendo la igualdad en todo, en derechos y deberes. Yo no tengo más derechos que usted. ¿Por qué? Estamos perdiendo todo, el norte, el sur, el este y el oeste.
–¿Dónde se sitúa respecto al lenguaje inclusivo?
–Yo no me he sentido nunca discriminada porque alguien delante de mí para referirse a todas las personas diga todos. Por mi trabajo estoy todo el día junto a hombres; en las obras la casi totalidad son hombres. Nos estamos perdiendo en las formas y no estamos atacando el fondo.
–¿Y el fondo es...?
–Educación y respeto. Que una mujer sea madre y pida la baja por maternidad está en la psique colectiva, pero que lo haga el hombre, no. ¿Y por qué? ¿Por qué la madre tiene que llevar al niño al colegio y el padre no? ¿Y por qué ella se tiene que quedar en casa y el hombre no? Es algo que está tan arraigado en la sociedad que va a costar mucho y creo que vamos a peor.
–Y por si había pocas polémicas ha llegado la de las bajas laborales por la regla.
–Es que ya me parece...
–...¿Qué? ¿Qué le parece?
–Es que todo lo que han luchado mi madre, mi abuela, nosotras para que nos traten de igual a igual respecto a los hombres... Cuando quieres ser una más, igual que el resto, tienes que ser la primera en comportarte como tal. Eso no quiere decir que seas una marimacho ni que seas menos femenina: tienes que ser una igual y no ir de princesa, ni de que me tienes que tratar mejor que al otro y que te tienes que coger la baja... En vez de hacernos cada vez más fuertes nos quieren hacer cada vez más debiluchas. Es que como tienes la regla... Pues como si te duele la cabeza. ¿Por qué con algo que es connatural a nosotras, que lleva ahí siempre, ahora quieren generar un elemento de controversia? Es que esta actitud no ayuda a las mujeres para nada.
–¿Ya se ha parado a meditar qué quiere ser de mayor?
–Feliz, lograr la plenitud personal y profesional y que, pase lo que pase, que no me perturbe. Tengo la suerte de dedicarme a lo que me apasiona y puedo ayudar con mi trabajo a los demás. Además, tengo un marido maravilloso, ¿qué más le puedo pedir a la vida?
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