La leonesa Ester Muñoz, de asesora de Mañueco al PP confrontador de Feijóo
La política reparte días desahogados, como los que viven en el PP, y otros de funeral, que son ahora para el PSOE con el efecto de 'demoliciones Cerdán' que se lleva por delante las expectativas del antitudanquista Javier A. Cendón
El fin de semana madrileño abrirá escenarios desiguales en Castilla y León, primera contienda electoral segura en el horizonte a expensas de lo que las noticias de Soto del Real y Santos Cerdán ... y compañía deparen a Pedro Sánchez y al PSOE. Será un regreso desahogado para Alfonso Fernández Mañueco y el PP y apurado para Carlos Martínez y el PSOE. La gestión de daños, por mucho que se esfuercen en Ferraz, tiene sus límites.
Se percibe el estado de ánimo de ambos viendo su agenda. El primero mete el acelerador en los anuncios y va de foto en foto y el segundo está casi desaparecido, apenas ejerciendo de alcalde en las fiestas sorianas. La exposición pública sirve de termómetro y suma y resta crédito electoral.
El ascenso en el PP de Ester Muñoz coincide con la fulminación de su paisano socialista, Javier A. Cendón, por su cercanía a Cerdán
Los populares de Castilla y León ya salían reforzados del congreso nacional del partido. Antes de entrar. Con la leonesa Ester Muñoz tomando ahora las riendas del grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, sustituyendo a Miguel Tellado como portavoz. El PP autonómico se apuntará el tanto de lo que supone el nombramiento de Muñoz de respaldo a la dirección que capitanea Mañueco. Pero ese ascenso se gesta en Madrid. A la vera de Tellado y de Feijóo, en la calle Génova.
Con el tándem del gallego y la leonesa, el PP marca línea acerada para derribar a un sanchismo socavado por los audios y las instrucciones judiciales de Koldo, Ábalos y Cerdán, con este último en prisión preventiva. A eso suman de lastre los socialistas, las maniobras anti UCO de Leire Díez y las investigaciones que afectan a la esposa y al hermano de un presidente que residirá en La Moncloa hasta que quieran sus socios de investidura, sobre todo Puigdemont el amnistiado.
El ariete del PP para romper la última resistencia del sanchismo está ahora en manos de Tellado y de Muñoz. De esta se destaca que no evita la confrontación. No es del todo correcto. Más bien es de los dirigentes que la busca. Lanzada y vehemente en los debates, el riesgo de ese estilo de ejercer la política es el mismo que corre la conducción de un bólido que pasa de 0 a 100 en apenas segundos: el sistema de frenado. Hace falta controlar los temas minuciosamente y saber cuándo hay que morderse la lengua para no pasarse de frenada. Eso le ocurrió a la leonesa cuando con muy poco respeto y bastante chulería deshumanizó a los represaliados del Franquismo, reduciendo la memoria histórica a «desenterrar unos huesos».
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Ester Muñoz (León, 1985) fue senadora antes que diputada. Entre medias, cuando en 2019 el PP perdió las elecciones y un porrón de escaños, incluido el suyo, encontró refugio laboral como asesora de Mañueco pagada por la Junta gracias a que el popular logró gobernar en Castilla y León, pese a quedar segundo en las urnas, por el apoyo de Cs.


Luego fue delegada territorial en León y Mañueco la designó sobre la marcha presidenta del PP leonés, formación incendiada por unas primarias cainitas que dejaron en herencia episodios como que la lista a la Diputación impulsada en 2023 por Muñoz y apoyada expresamente por Mañueco perdiera frente a una candidatura alternativa.
León es un territorio muy complicado, que se lo digan también a los socialistas. Ahí está Javier Alfonso Cendón, secretario del PSOE en León y fajador máximo en la caída de Luis Tudanca, que ganó influencia en Ferraz a la sombra de Cerdán y acaba de ser fulminado por Sánchez. Su mano derecha, Nuria Rubio, ascendió en febrero al segundo puesto del PSOE de Castilla y León, tras Carlos Martínez.
Madrid permite otras perspectivas. En las sedes de los partidos y en las de organismos como el CIS, que se despacha esta semana con una encuesta de marzo que da ganador en Castilla y León al PSOE, de largo y con la que está cayendo. El estudio es más agradecido para populares gobernantes como Moreno Bonilla, Díaz Ayuso o López Miras, que para Mañueco. Solo el valenciano Mazón sale menos respaldado como presidente que el castellano y leonés.
Pero es el CIS de Tezanos, que no se caracteriza en esta tierra por atinar en sus pronósticos.
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