La superficie de remolacha caerá unas 2.000 hectáreas este año
Azucarera recupera cuota en La Bañeza y Toro y pierde en Miranda, mientras que Acor deja de cultivar unas 3.300 hectáreas
Las cifras no son definitivas porque las lluvias de las últimas semanas no han permitido rematar las siembras, pero el sector azucarero ya aventura una pérdida de superficie de unas 2.000 hectáreas de remolacha en la región. Mientras que la pasada campaña se alcanzaron en Castilla y León 21.231 hectáreas, según las estadísticas de la Consejería de Agricultura y Ganadería, este año parece que rondarán las 19.200.
En el caso de la cooperativa Acor, hasta el momento ya contabilizan 10.650 hectáreas. Otras 150 están en el aire esperando a que las condiciones sean óptimas para acceder a las tierras. De cumplirse las previsiones y alcanzar las 10.800 previstas, los números seguirían alejados de las 14.120 hectáreas contratadas el pasado ejercicio. De este modo, la cooperativa dejaría por el camino una cifra que podría rondar las 3.320 hectáreas.
En palabras de Miguel Ángel Catalán, jefe del Servicio Agronómico de Acor, no se puede establecer un único motivo para justificar la pérdida de superficie. «Han concluido los cinco años de la ayudas del Programa de Desarrollo Rural y a pesar de que se ha prorrogado dos años más, hay gente que ha preferido descansar » , destaca, « además está la conformación de las comunidades de regantes que aunque están presentadas las solicitudes, no han tenido contestación y se han retraído ante la inseguridad». Catalán suma otros factores como el envejecimiento o el propio coronavirus y la incertidumbre que ha calado en el agricultor.
Lo que parece un hecho es que las hectáreas que pierde Acor no las recupera Azucarera que sí que sube con respecto a la campaña anterior y pasará de las 10.000 hectáreas en la zona norte, unas 1.500 más. Hay que puntualizar que de ese total previsto, unas 8.400 hectáreas se cultivarán en Castilla y León.
Según confirma Salomé Santos, directora del Área Agrícola de Azucarera, en Toro confían en aproximarse a las 4.000 hectáreas, de hecho ya están sembradas alrededor de 3.700. «Veníamos de 3.000 hectáreas por lo que el resultado es muy bueno».
Esta misma cifra se espera registrar en La Bañeza, una zona en la que el margen de siembra es todavía mayor, hasta primeros de junio; y por último, parece que en Miranda no podrán mantener las 3.100 hectáreas del ejercicio pasado pues como indica Santos, «nos ha fallado, por distintos motivos, La Rioja y Álava». La parte de Burgos y Palencia se mantiene, unas 400 hectáreas, pero parece que la compañía no irá a más de 2.500.
«Superaremos las 10.000 hectáreas, hemos subido en dos fábricas», aclara Santos, «hemos roto la tendencia del año pasado recuperando superficie con una relación con los agricultores más centrada en la rentabilidad y el servicio que el puro precio, es un modelo adaptado al perfil de cada agricultor».
Salomé Santos se muestra «optimista» a la hora de valorar la situación del sector remolachero, y tomando en consideración diversos factores aprecia que en cuanto al precio, «la tendencia alcista se reafirma y vamos a estar por encima de los 400 euros la tonelada».
En cuanto al estado del cultivo, Miguel Ángel Catalán, corrobora que «los daños por heladas han sido mínimos, ha habido daños ocasionales por granizadas y los nacimientos están siendo bastante buenos, alguna ya está muy avanzada, se sembraron a mediados de febrero y están cerrando líneas».
Los problemas de los años húmedos suelen estar en que si llueve con mucha frecuencia es más difícil entrar en las tierras para hacer los tratamientos. Esa humedad es propicia para la aparición de hongos en el suelo por lo que la recomendación es «estar pendiente del cultivo y a los primeros síntomas, actuar».