De la Hoz: «Aún pueden pasar muchas cosas» hasta la constitución de las Cortes
Desde Ciudadanos reconocen que el acuerdo sobre el programa está «muy cerca», una idea que se ha repetido en los últimos días por ambas partes
Las jornadas avanzan sin cambios aparentes. A solo dos días de la constitución de las Cortes de Castilla y León, Partido Popular y Ciudadanos se ... mantienen en el mismo punto de hace una semana. El preacuerdo anunciado por las direcciones nacionales de ambas formaciones hace siete días, en el que parecía cantado que el popular Alfonso Fernández Mañueco presidiría la Junta a cambio de que Ciudadanos se hiciese con alcaldías y diputaciones en la comunidad, sigue sin ser rubricado. Y, aunque desde la parte del PP se confía en que todo llegue a buen puerto, se han instalado ciertas dudas sobre el desenlace de las conversaciones, como reconoció Raúl de la Hoz, uno de los miembros del equipo negociador. «Pueden pasar muchas cosas. Todo está abierto», concedió el portavoz del PP.
En principio, tal y como reconocen en Ciudadanos, el acuerdo sobre el programa está «muy cerca», una idea que se ha repetido en los últimos días por ambas partes. De la Hoz señaló ayer que este punto «está prácticamente culminado en lo fundamental». Pero la negociación no acaba ahí. Lo más apremiante pasa por llegar a un acuerdo sobre la composición de la Mesa de las Cortes, que se constituyen este viernes. Con un pacto cerrado, Ciudadanos podría hacerse con dos puestos en este órgano rector, uno de ellos la presidencia, y mejorar los que le corresponden por número de procuradores. Sin acuerdo, el reparto sería de tres para el PSOE (incluida la presidencia de la cámara), dos para el PP y uno para Cs. «No hay previsión de reunión, pero debe fijarse pronto porque la fecha del pleno aprieta», dicen en Ciudadanos.
Escenario negociador
Nadie quiere descartar nada porque el escenario negociador puede cambiar en cualquier momento. El PP confía en que nada se tuerza y el pacto de gobierno trazado por las direcciones nacionales llegue a buen puerto. Aparentemente, el escollo pasa por el reparto de consejerías entre los dos partidos, pero Francisco Igea, líder regional de Ciudadanos, se mantiene en silencio, con dudas crecientes sobre si mantendrá la férrea disciplina con la que le sujeta el partido desde Madrid. Su homólogo popular, Alfonso Fernández Mañueco, le ha calificado repetidamente como «un duro y hábil negociador».
Igea puede aceptar las imposiciones de su partido, convertirse en el vicepresidente de Mañueco y llevar a Ciudadanos a la Junta como socio del PP, según encarrilaron los dos partidos en Madrid. Pero también puede dar un golpe de mano y evitar suscribir el pacto, una posibilidad que no se puede descartar hasta que los hechos demuestren lo contrario.
Los procuradores electos de Ciudadanos no forman un grupo homogéneo y en su seno conviven, en proporciones similares, fieles a Igea y parlamentarios pegados a la línea que fija Albert Rivera desde Madrid. Una ruptura con la dirección nacional quebraría el juego de mayorías que necesita Mañueco para convertirse en presidente. El PP cuenta con 29 procuradores. Ciudadanos tiene 12. La mayoría absoluta de la cámara está en 41. Si Igea y otros procuradores de su partido votaran por su cuenta, el PSOE de Luis Tudanca, con 35 escaños, puede alcanzar los números necesarios para gobernar. El hemiciclo regional se completa con los dos procuradores de Podemos-Equo, y los escaños únicos de UPL, Por Ávila y Vox.
En este escenario, una rebelión de una parte regional de Ciudadanos contra su cúpula supondría la previsible expulsión del partido naranja. El reglamento de las Cortes de Castilla y León contempla qué sucede con los procuradores que se quedan sin grupo, con varias posibilidades. Los grupos parlamentarios se constituyen dentro de los siete días siguientes a la sesión constitutiva de las Cortes (que se celebrará este viernes). Si hay procuradores que no forman parte de ningún grupo tras este periodo pueden «asociarse» y «siempre que el otro grupo parlamentario los acoja», como señala Carlos Ortega, letrado mayor de las Cortes de Castilla yLeón. «Serían procuradores de ese grupo a todos los efectos». Si esto no sucede, pasarían a formar parte del Grupo Mixto.
La situación es diferente si el grupo ya se ha constituido y uno o varios de sus miembros dejan de pertenecer a él por voluntad propia o expulsión. Entonces, pasan a tener la condición de «procuradores no adscritos», con la imposibilidad de incorporarse a ningún otro grupo. «Cuando han surgido en algún parlamento, los no adscritos son muy problemáticos para el funcionamiento de la cámara porque todo se enfoca a los grupos, que facilitan la proporcionalidad, el reparto de tiempos en los debates, las iniciativas... Sus funciones no están reguladas en detalles en nuestro reglamento», subraya Ortega. Los procuradores no adscritos pierden automáticamente cualquier cargo que ostentasen en la cámara.
Grupo separado
Para formar un grupo parlamentario bastan cinco procuradores o tres de una formación política con, al menos, el 5% de los votos de Castilla y León. La posibilidad de crear un grupo «separado» tiene impedimentos. El artículo 19.2 del reglamento señala que no podrán «formar grupo parlamentario separado los procuradores que, al tiempo de las elecciones, pertenecieran a formaciones políticas que no se hayan presentado como tales ante el electorado».
Esta redacción es casi una copia del reglamento del Congreso de los Diputados, que se introdujo para evitar divisiones por territorios, incluso dentro del mismo partido, como sucedía con el PSOE y el PSC. Un grupo político no puede dividir sus escaños, pero está por ver qué sucedería si hay procuradores en número suficiente que ya no forman parte de ese partido.
La Mesa tiene hasta el 12 de julio para proponer al candidato para la presidencia de la Junta
La sesión constitutiva de las Cortes de Castilla y León, que comenzará este viernes a las 11:00 horas, abrirá la X Legislatura y despejará las dudas sobre la composición de la Mesa. Si PP y Ciudadanos rubrican su pacto, el nombre de Luis Fuentes, procurador naranja, figura como el gran candidato a ocupar la presidencia, según informó ayer Castilla y León Televisión. El otro nombre que más aparece en las quinielas es el Ana Carlota Amigo, procuradora de Cs por León. Para conocer quién será el próximo inquilino de la Junta habrá que esperar más.
El presidente o presidenta de la Cortes dispone de 15 días para efectuar una propuesta, previa consulta a los portavoces de los grupos parlamentarios. Pero esos 15 días no son días naturales, sino hábiles, como explica Carlos Ortega, letrado mayor de las Cortes. «Hay que entender que se trata de días hábiles y no naturales, al no especificarse esto último. Entonces, ya no estaríamos hablando del 6 de julio, sino del 12 de este mes».
El 12 de julio es, por tanto, la fecha tope para que el presidente o presidenta de las Cortes formule su propuesta. Apartir de ese momento, tendría que fijarse la sesión de investidura, previa consulta con la Junta de Portavoces.
El candidato a presidente de la Junta de Castilla y León expondrá su programa de gobierno en una intervención sin límite de tiempo. Para ser elegido como jefe del ejecutivo regional, el candidato deberá obtener la mayoría absoluta en primera votación. Si no lo lograse, le bastaría la mayoría simple en una segunda ronda.
En el caso de bloqueo parlamentario, el reglamento de la cámara fija el margen antes de unas nuevas elecciones: «Si, transcurrido el plazo de dos meses a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiera obtenido la confianza de las Cortes de Castilla y León, estas quedarán automáticamente disueltas».
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