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Sánchez Cabrera, alcalde de Ávila. A. Hernández
Primeros efectos del nuevo mandato local

Primeros efectos del nuevo mandato local

Mañana se cumplen cien días desde la constitución de los ayuntamientos, un tiempo de adaptación y escasos avances en las administraciones locales que han cambiado en la región

Patricia Carro, José María Díaz, J. Calvo y Paula Velasco

Burgos | Palencia | León | Ávila

Domingo, 22 de septiembre 2019, 08:19

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La casualidad ha querido que mientras el Rey firma el decreto de disolución de las Cámaras (Congreso y Senado) de cara a convocar las elecciones para el próximo 10 de noviembre, los Ayuntamientos celebren los primeros cien días del nuevo mandato que surgió también de las urnas pero en este caso, con fecha 26 de mayo. Ambas situaciones se producen mañana, 23 de septiembre.

La administración local, la más cercana al ciudadano, echó a andar el 15 de junio con la constitución de prácticamente todos los ayuntamientos de Castilla y León excepto los casos más llamativos de Segovia y León. Ambos se formaron el 5 de julio después de superar un proceso de investigación judicial a raíz de denuncias relacionadas con errores en el recuento de los votos. En el caso de Segovia, el resultado final no modificó la entrega del bastón de mando a Clara Luquero, la regidora de la capital del Acueducto.

No ocurrió lo mismo en León, donde, a pesar de la victoria de los socialistas, inicialmente no estaba tan claro que pudieran gobernar dado que bailaba un concejal entre los partidos de Vox y UPL. Eso condicionaba el mandato para el PP o para el PSOE, respectivamente, y al final fue el candidato de la izquierda, José Antonio Diez, el que se hizo con el poder. De esta forma, y por eso el caso leonés se contempla en este análisis, los socialistas desbancaron al PP de la Alcaldía de León simbolizando uno de los cambios más significativos entre los ayuntamientos de la comunidad.

El resto de los casos que rompieron con el escenario anterior tienen que ver con la Alcaldía de Burgos, donde no fraguó el anunciado pacto entre Ciudadanos y PP para que gobernaran los primeros, puesto que se hizo necesario el apoyo de Vox que no consiguió. De esta forma, el PSOE, vencedor de los comicios, recogió el bastón de mando.

No ocurrió lo mismo en Palencia, donde la única concejala de la formación de Santiago Abascal apoyó a Mario Simón, el candidato de Ciudadanos que con solo tres ediles se convirtió en el alcalde la capital con el apoyo de los nueve concejales del Partido Popular.

En Ávila, y sorprendiendo, Por Ávila firmó once concejales que le permitían retirar la Alcaldía al Partido Popular y gobernar en solitario. A pesar de ello, Ciudadanos (con dos ediles) les dio su apoyo y se convirtieron en socios de gobierno. Ahora cumplen cien días con un primer desencuentro, la anunciada subida del 20% del IBI en la capital.

En este reportaje encontrarán un análisis de los tres primeros meses de mandato en estos consistorios en los que el cambio político ha sido evidente. En el resto de los ayuntamientos de las capitales de la comunidad se han mantenido los mismos gobiernos (con nuevos concejales y pactos, en algunos casos) pero sin grandes alteraciones. Es el caso del Consistorio de Valladolid, donde Óscar Puente sigue gobernando con Toma la Palabra; de Salamanca, donde Carlos García Carbayo recogió el testigo de Alfonso Fernández Mañueco en un gobierno del PP; de Segovia, donde Clara Luquero se encamina a su segunda legislatura; de Soria, donde Carlos Martínez sigue sumando años a su poder municipal, y finalmente de Zamora, donde Francisco Guarido mejoró sus resultados y firmó la mayoría absoluta.

Burgos

Un gobierno sorpresa del PSOE al que el PP no le ha dado tregua

Daniel de la Rosa se convirtió por sorpresa en el alcalde de Burgos. Tras un sprint final, con Vox como protagonista y en el que se evidenciaron las carencias de Ciudadanos, el PSOE se hacía con la Alcaldía frente a la mayoría del centroderecha. Tres meses más tarde, los socialistas han comprobado que el gobierno en minoría está lleno de espinas y que el PP se va a cobrar todas las afrentas del último mandato, en el que Javier Lacalle también gobernaba en solitario.

El PSOE ha tenido que hacer frente a contratos caducados, concursos paralizados, expedientes perdidos y facturas pendientes de pago. Y ha trabajado para hacerse fuerte, marcando territorio. La oposición asegura que el Ayuntamiento está paralizado, que la gestión municipal no tiene impulso más allá de las reuniones protocolarias del alcalde, en las que va sumando compromisos que, recuerdan, tendrá que soportarse en un presupuesto municipal para el que todavía no hay ni borrador, ni mucho menos acuerdo político.

Por su parte, el PP se ha erigido en líder de la oposición y, aprovechando la ventaja que ofrece su experiencia al frente del gobierno municipal, no le ha dejado ni los cien días de cortesía antes de atacar. Lacalle asegura que el PSOE está viviendo de las rentas, sacando adelante iniciativas que los populares ya dejaron encauzadas. Presumen de hacer una oposición férrea, pero responsable, y de haberse comido algún sapo por el bien de la ciudad.

De la Rosa, el pasado 15 de junio.
De la Rosa, el pasado 15 de junio. El Norte

Mientras, Vox y Ciudadanos lamentan que la voluntad de diálogo y búsqueda de consenso, de la que presume el gobierno municipal, se esté quedando solo en buenas palabras. Critican que el PSOE haya maniobrado para mantener el control de comisiones y organismos autónomos cuando no suman votos y que tomen decisiones de manera unilateral, imponiéndoselas a la oposición. Aunque no a toda, pues los dos ediles de Podemos están ahí, aunque como 'muleta' del PSOE.

Y, mientras, la opción de la moción de censura sigue viva. Es una herramienta democrática y el PP está dispuesto a utilizarla. Eso sí, insisten en que cualquier gobierno alternativo en el Ayuntamiento de Burgos debe pasar por un alcalde del PP, y no de Cs como se pactó antes de la investidura. A Cs no le parece bien y acusa al PP de no querer compartir el poder. Y Vox cree que la moción es poco viable a corto plazo, pues la oposición está desunida. Ni siquiera se han sentado a hablar, afirman.

Unos y otros aseguran que el próximo reto, que definirá el devenir político de Burgos, serán los presupuestos de 2020.

Palencia

Más tiempo de organización que de ejecución en el Consistorio

Palencia es uno de los ayuntamientos que ha sufrido una mayor convulsión después de las elecciones municipales. Después de ocho años de gobierno del popular Alfonso Polanco y con una holgada victoria en las urnas de la socialista Miriam Andrés, que obtuvo once concejales, frente a los nueve del PP, el despacho de la Alcaldía no lo ocupa ninguno de estos dos partidos, sino el que fuera candidato por Ciudadanos, Mario Simón, cuya formación política obtuvo solo tres ediles.

Pero ya se sabe que la política hace extraños compañeros y después de un duro final de mandato, con un fuerte acoso de Ciudadanos hacia el equipo de gobierno del PP, con Mario Simón, precisamente, al frente de las críticas hacia el entonces alcalde Alfonso Polanco, en esta nueva etapa populares y Cs se ven obligados a caminar de la mano en el Ayuntamiento, debido al pacto sellado a nivel nacional entre ambas formaciones para desbloquear la Presidencia de la Junta. Y así, Mario Simón gobierna ahora como alcalde, con un equipo de gobierno de doce concejales (tres de Cs y nueve del PP), que no tuvieron más remedio que mirar siempre hacia la derecha, hacia la única edil de Vox, Sonia Lalanda, para conseguir la mayoría absoluta que se precisa para poder sacar adelante la mayor parte de los proyectos.

Mario Simón, con el bastón de mando.
Mario Simón, con el bastón de mando. A. Quintero

El alcalde no tuvo más remedio que crear una figura novedosa en la distribución de su organigrama para satisfacer la demanda de Vox de control de la Agencia de Desarrollo Local, designando a Sonia Lalanda concejala con delegación especial en esta. El resto de responsabilidades se han distribuido entre los miembros del PP y de Cs, figurando el anterior alcalde, Alfonso Polanco, como portavoz popular y primer teniente de alcalde.

Los primeros cien días de mandato han estado marcados fundamentalmente por los esfuerzos de ambos equipos para ofrecer una imagen de unidad como coalición de gobierno, algo que no resulta fácil, con un modelo en el que los ediles del PP no parecen rendir cuentas ante el alcalde, sino ante su portavoz, por lo que se han generado algunas situaciones de conflicto y críticas cruzadas, que tanto Simón como Polanco se esfuerzan por ir limando.

El trabajo se ha centrado fundamentalmente en ordenar las cuentas municipales tras haber empezado el año con un presupuesto prorrogado. Se ha optado por solventar este problema manteniendo la prórroga, pero cubriendo las carencias con expedientes de modificación de crédito para poder financiar algunas inversiones.

León

Peatonalizar y limpiar, los primeros objetivos de Diez en León

El socialista José Antonio Diez, nuevo alcalde de León, empleará 20 días más que el resto de ediles hasta llegar a la barrera de los cien días. Ese margen se corresponde con el tiempo empleado entonces para resolver los recursos sobre las mesas electorales con papeletas dudosas y que sirvieron para establecer una configuración final del pleno que le permite gobernar junto a Podemos Equo y bajo la aprobación de la UPL.

Con el bastón de mando en su mano, Diez ha aprovechado el primer tramo de su legislatura en León para realizar una 'peatonalización express' de la principal arteria de la ciudad, Ordoño II, hoy cortada al tráfico y pendiente de un proyecto de remodelación «que se verá incluido en el próximo presupuesto». No es el único proyecto que está sobre la mesa en la agenda del nuevo alcalde. Urge, según sus palabras, la limpieza de una ciudad que se encuentra «muy sucia» además de reconocer la necesidad de mejorar los planes Edusi para la recuperación de áreas urbanas y acometer planes específicos.

Como prioritario se encuentra agilizar las nuevas plazas para la Policía Local, un cuerpo ya muy diezmado por las jubilaciones, y «reactivar la ciudad» que sufre «ocho años de parálisis» correspondientes al ejercicio del PP.

Ese activismo por rearmar León forma parte de la hoja de ruta de un gobierno socialista que pretende recuperar aquellos proyectos «que se quedaron en el camino». De forma especial, Diez mira al Teatro Emperador, una infraestructura cultural cerrada en 2006 y ahora de titularidad ministerial, a la que se pretende buscar un 'plan de salida' que incluye la rehabilitación del inmueble por algo más de siete millones de euros. Para el equipo del nuevo alcalde se trata de un proyecto que pasa de forma inevitable por el compromiso de todas las administraciones. Desde el PP entienden que «está en el periodo de gracia de los cien días, pero por lo que apunta, lo único que quiere es vivir de los proyectos y las iniciativas que se tomaron por nuestro equipo municipal», remarcó Antonio Silván.

Ávila

Polémica por las dedicaciones en el estreno y problemas con la sequía

Por Ávila se estrenó en el Ayuntamiento con la polémica reorganización interna y el incremento de las dedicaciones exclusivas. El alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, lo explicó como «una inversión» para trabajar por la ciudad «en cuerpo y alma», algo con lo que la portavoz del PP, Sonsoles Sánchez-Reyes, no estuvo de acuerdo. «¿Es preciso cobrar más de 50.000 euros al año para estar dedicado en cuerpo y alma al Ayuntamiento?», comentó.

Después vinieron los cambios en la imagen y la comunicación corporativa, prestando más protagonismo a las redes sociales para comunicarse con los ciudadanos, y poco después de la segunda polémica del mandato: la supresión, por primera vez en su historia, del Concurso Hípico Nacional Ciudad de Ávila, tras 57 ediciones. La sequía, y la situación de los embalses, por entonces al 46% de su capacidad, hicieron que se tomara esta decisión, siempre basándose, según informó Por Ávila, en los informes técnicos, que apuntaban a un gasto de «cerca de dos millones de litros de agua».

Sánchez Cabrera, en su toma de posesión.
Sánchez Cabrera, en su toma de posesión. A. Hernández

Los datos de las reservas fueron descendiendo semanalmente y por eso la sequía de la capital ha sido el asunto que «ha quitado el sueño» a Sánchez Cabrera por lo que el Consistorio tuvo que tomar medidas restrictivas como el riego en parques y jardines, lo que ha provocado que este verano, la Ávila verde se haya transformado, en amplias zonas como la ladera de la muralla, en un campo amarillo y seco. También el agua ha sido temática en varias ocasiones en la vida política, ya que la reivindicación de las obras de captación de agua del embalse de Las Cogotas ha copado declaraciones y quejas.

Revuelo, también este verano, por la adjudicación del Mercado Medieval, la mayor fiesta de la ciudad. Esta adjudicación fue suspendida por las alegaciones de algunas de las empresas licitadoras, que denunciaban errores en la baremación. El alcalde, siempre aludiendo a la profesionalidad del equipo técnico, suspendió la adjudicación para que se estudiara, y finalmente se resolvió dando el evento a otra empresa que no era la inicial.

El ayuntamiento ha llegado a estos cien días con otra polémica tras anunciar una subida del 20% del IBI para el próximo ejercicio dada la deuda encontrada en la administración local que, según el equipo de gobierno, superaba los 30 millones de euros. Ningún grupo de la oposición, incluido Cs (socio de gobierno y titular de la concejalía de Turismo), se mostró de acuerdo con esta medida.

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