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David Esteban, vicepresidente segundo de la Diputación de Valladolid y María José Gutiérrez, dircom Centro de Telefónica, entregaron el premio a Rafael San José, director del Centro Rural Agrupado Campos de Castilla y Rocío Lucas, consejera de Educación. José C. Castillo
Centros Rurales Agrupados-Premio Territorio

La educación que sostiene la vida en los pueblos

Su labor con la infancia ha sido merecedora de este galardón que «reconoce que se están haciendo cosas importantes también» en el medio rural

Celia Martínez

Martes, 18 de noviembre 2025, 23:18

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Para nosotros es una alegría enorme y un motivo de satisfacción porque al final se valora tu trabajo». Con estas palabras Rafael San José, director del CRA Campos de Castilla, resume la emoción del colectivo de los Centros Rurales Agrupados por recibir el reconocimiento Territorio de los Premios de El Norte de Castilla. Un galardón que, asegura, llega a todos los rincones del medio rural: «Muchas veces en estos pequeños pueblos parece que estamos un poco más apartados, lejos de las grandes ciudades y que por ello tenemos pocos niños», por eso explica que este premio «reconoce que se están haciendo cosas importantes también».

En concreto, en Castilla y León hay 174 CRA, que atienden a unos 13.483 alumnos y unas 470 localidades tienen un colegio perteneciente a un centro.

Además, el director lo tiene claro «este premio representa a toda la comunidad educativa y a todo el medio rural. Así, asevera que estos centros no podrían funcionar sin la administración que realiza un esfuerzo «importantísimo» para hacer llegar recursos; los ayuntamientos que ponen limpieza calefacción y luz; las familias, que confían en los centros; los niños que disfrutan, se esfuerzan y trabajan y, por último, los docentes, que en su opinión !aprenden mucho» al tener que adaptarse a aulas con varios niveles simultáneos.

La descripción del trabajo diario revela la dimensión humana del modelo: «Tienes niños de varios niveles en la misma aula y hay que adaptarse a todos. Hay que dar clase a uno de infantil y a la vez estar pendiente de primero o incluso de quinto de primaria», añade Rafael San José.

Sobre las razones que han hecho merecedor al modelo de los CRA del premio, San José no duda, «porque se valora el servicio que se está prestando, uno que considero que es fundamental». Además, sentencia que «se debe preservar a toda costa el derecho funamental a la educación, cueste lo que cueste, especialmente en territorios donde la escuela puede ser un factor decisivo para que una familia permanezca en su pueblo».

San José subraya que en los centros «se hacen muchos proyectos» y que los alumnos reciben una educación que es «adecuada y la que ellos necesitan». El reconocimiento pone en valor no solo la atención a la diversidad y al alumnado del medio rural, sino también la relación con las familias y las instituciones, «muy buena y estrecha».

Asimismo, añade que la labor cotidiana va «mucho más allá» de impartir clase, «se hacen todo tipo de actividades, exactamente igual que se puede hacer en un colegio de 500 niños en la ciudad, a veces incluso más».

Por otro lado, San José ha explicado que la principal diferencia es numérica, con claustros más pequeños y aulas con muy pocos alumnos de edades diversas. En este sentido, pone el ejemplo de su propio centro, donde explica que «cinco de los ocho alumnos en total, no son españoles, algunos ni siquiera hablan castellano, y es por eso por lo que esa diversidad sumada a la mezcla de edades exige mucha organización y mucho compromiso».

Además, las tareas administrativas recaen casi por completo en el profesorado, ya que según explica el director, en estos centros «ni hay auxilares administrativos ni conserje ni nada de eso. Somos los propios profesores los que tramitamos becas, permisos y licencias».

Pero también existen ventajas evidentes como puede ser una educación muy individualizada. «Con pocos alumnos, el docente detecta enseguida dificultades y avances; sabes casi lo que desayunan los alumnos, conoces todo su entorno e incluso su casa»

Describe con claridad el papel de estos centros educativos pues garantizan «el derecho de las personas a la educación y a tenerla cerca de sus hogares, de esta forma las familias se evitan desplazamientos y mantienen vivos los pueblos de Castilla y León». Estos centros se organizan en torno a una localidad cabecera, que alberga la sede administrativa, y varias localidades satélite.

Los retos

Para concluir, Rafael San José subraya que el reto principal del curso es claro: «Tenemos un altísimo porcentaje de alumnado inmigrante, y el reto principal es que aprendan a hablar español y se manejen en castellano». También destaca la importancia de que el colegio sea «la oportunidad de su vida» para muchos niños y un lugar donde «sean felices» y «aprendan mucho».

En cuanto a la despoblación, reconoce la complejidad del problema, pero señala que la administración regional ha puesto una medida para «mantener las aulas abiertas hasta con tres niños». Su misión es demostrar que estudiar en un CRA «no supone menos oportunidades».

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