El personal que cuida a ancianos cada vez se vacuna menos contra la gripe en la región
Solo tres de cada diez profesionales que atiende centros para mayores está inmunizado mientras crece la protección entre las embarazadas y los sanitarios
La temporada gripal ya ha pasado página hasta el próximo otoño y es la hora de los balances y evaluaciones.
La vacuna de la gripe ... tiene una alta efectividad y seguridad. Coinciden ello no ya solo los responsables sanitarios sino las sociedades científicas y hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Es un importante problema de salud pública», indica la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Especialmente vulnerables son las personas mayores y con enfermedades crónicas de riesgo y también indicado para las que pueden transmitir con mayor facilidad el virus a la población diana, entre las que destacan, por encima de todo, los trabajadores de los centros sanitarios, tanto de Atención Primaria como Especializada y los de los centros geriátricos.
Pero en España, la vacunación no es obligatoria, es solo una recomendación acompañada de campañas y del fácil y gratuito acceso a la misma a cualquier edad.
Baja la cobertura entre la población donde era una costumbre habitual y sube entre nuevos colectivos
El Servicio de Epidemiología de Salud Pública de Castilla y León acaba de cerrar su informe sobre la temporada 2018-2019. Un trabajo que recoge un descenso general, entre ciudadanos y profesionales, de esta protección frente a un virus que puede tener serias complicaciones e, incluso, terminar por provocar la muerte. Solo el colectivo de las embarazadas, aunque ha costado años de recomendaciones, ha mejorado su cobertura y también hay un cierto incremento entre el personal sanitario de centros de salud y hospitales; pero no así de las personas que cuidan de los mayores en residencias. Solo tres de cada diez se pusieron la antigripal esta temporada, el 28,83% frente al 33,58% de hace cuatro campañas antigripales anteriores. El descenso entre este personal es lento y desigual pero la tendencia es a la baja. A la baja y desigual porque mientras en Palencia se vacuna la mitad, en León o El Bierzo solo rondan el 20%. El año pasado se pusieron la antigripal 5.018 de estos profesionales y este última campaña ya solo 4.644.
En cuanto a los residentes de los geriátricos, también cada vez se vacunan menos aunque la cobertura es alta. Así, mientras desde 2005 y hasta 2016 llegaba a más del 93%, en los últimos ejercicios ha bajado en unos tres puntos y el pasado otoño solo se pincharon el 90,89%.
El dato
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530.740 castellanos y leoneses se han vacunado en la campaña de 2018-2019 contra la gripe. Son el 22,03%, similar a la etmporada anterior pero mucho más baja, con el 24,99% de la de 2005-2006. Bajan los colectivos más hbituados a la vacuna y suben, en cambio, algunos delos tradicionalmente más reacios a ponerse la inyección.
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4.258 mujeres embarazadas se pusieron la vacuna el año pasado frente a las 2.862 de hace dos, el millar ed los años anteriores y las solo 568 de 2010.
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Sanitarios Entre los que son sanitarios el porcentaje de los trabajadores que se vacunan asciende al 36,75% frente al 24,90% del resto y los mejores datos de cobertura los aporan los de los centros de salud con un 42,62% frente a los de Especializada que alcanzan solo el 36,75%. Y son los médicos y los enfermeros los que más se vacunan, sobre todo los primeros. Los facultativos de Primaria ya llegan al 43,34% y al 49,08% los de los hospitales. Esta inmunización baja entre auxiliares y técnicos a un total del 24,70%, algo más alto en el primer nivel asistencial.
Distintos autores han descrito importantes descensos en la mortalidad de pacientes institucionalizados tras vacunar al personal sanitario; incluso con coberturas bajas entre estos, lo que convierte a la vacunación en una de las medidas más efectivas para evitar brotes nosocomiales. Los dos primeros ensayos relevantes sobre la influencia de la vacunación en sanitarios para reducir la gripe en pacientes de riesgo se realizaron en Glasgow (Reino Unido). Después de vacunar a 653 sanitarios (61%) de 12 centros geriátricos se registró una reducción en la mortalidad de los pacientes de 10% al 17%. Además enfermar, recoge también este trabajo, «se asocia a absentismo laboral que, dado el carácter estacional y epidémico de la gripe, puede llegar a comprometer gravemente la asistencia clínica en los centros sanitarios por falta de personal».
«La vacuna de la gripe reduce la hospitalización de personas mayores en más de un 30% y la mortalidad por todas sus causas en un 4%», recuerda por su parte la Sociedad Española de Geriatría y Geron tología.
Los que sí ha registrado una cierta mejoría de cobertura es la vacunación son los profesionales de Primaria y Especializada, que han pasado del 24,45% al 34,02% en este último registro. Un considerable avance para unos trabajadores que parecen mostrarse muy reticentes pese a la comodidad del acceso a la vacuna y pese al ejemplo que no dan a sus pacientes cuando, en cambio, sí lo recomiendan, además del peso que puede tener que sean transmisores dado que tratan a diario con enfermos y tampoco, recogen fuentes sanitarios, trabajan al menos con mascarillas.
Los Mir de Primaria
No obstante, entre los que son sanitarios el porcentaje asciende al 36,75% frente al 24,90% del resto y los mejores datos de cobertura los aporan los de los centros de salud con un 42,62% frente a los de Especializada que alcanzan solo el 36,75%. Y son los médicos y los enfermeros los que más se vacunan, sobre todo los primeros. Los facultativos de Primaria ya llegan al 43,34% y al 49,08% los de los hospitales. En los Mir de Primaria es mucho más baja, del 26,32%, que los que hacen la residencia en un complejo asistencial que llegan al 40,14%. Esta inmunización baja entre auxiliares y técnicos a un total del 24,70%, algo más alto en el primer nivel asistencial.
Buenos resultados ofrece en cambio el progresivo incremento de la vacunación entre mujeres gestantes, una forma muy recomendada por los especialistas de proteger al futuro recién nacido. En un solo año la cobertura ha subido del 25,60% al 39,01%. Hace ocho años, solo 568 mujeres que esperaban un hijo se pusieron la antigripal, la última campaña registró 4.258.
La cobertura general prácticamente se mantiene en su conjunto. Fue del 22,03% en 2018-2019 y del 21,80% un año antes. La evaluación realizada por Salud Pública revela un curioso descenso en los grupos habituales, donde ya se creía consolidada una cultura de vacunación como es en mayores de 60 años con incrementos, según aumenta la edad y la institucionalización, y en cambio un aumento entre médicos, enfermeros y resto de sanitarios y entre las embarazadas. Una comparativa con el resto del país muestra siempre una mejor cobertura vacunal en Castilla y León pero más estable en España.
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