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Secundino Sacristán, en las instalaciones de El Norte de Castilla. Gabriel Villamil
«Necesito una transfusión de sangre cada mes para poder vivir»

«Necesito una transfusión de sangre cada mes para poder vivir»

Día de la Talasemia ·

Secundino, como muchos enfermos de talasemia u oncológicos, depende de las donaciones

Ana Santiago

Valladolid

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Martes, 8 de mayo 2018, 07:49

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«Llevo más de mil bolsas de sangre transfundida. Si no hubiera donantes, habría muerto a los seis años y tengo 53». Secundino Sacristán Velasco, un vallisoletano de Cogeces del Monte, sabe muy bien, y valora cada segundo, que debe la vida a la generosidad de los donantes. «Es mi regalo de Navidad todos los meses». Una existencia plena, con trabajo, una familia –tiene una hija, Silvia, de 22 años y solo portadora de la enfermedad– y muchas ganas de seguir, de conocer, de sentir el paso de los días... y, para ello, imprescindible esa transfusión de salvia mensual, en ocasiones, incluso más frecuente.

La talasemia es una anemia hereditaria que destruye los glóbulos rojos de la sangre y se debe a un trastorno en la producción de hemoglobina. Para padecerla, ambos padres deben tener tal carga genética. Las personas que la desarrollan pueden tener anemia severa, crecimiento lento y pubertad tardía, y problemas en el bazo, el hígado, el corazón o los huesos. Mucho de esto no es ajeno para Secundino. Aparece en los primeros años de vida y cada vez logra tratarse más, en niños, con un trasplante de médula pero los casos muy graves y de adultos requieren la 'renovación' frecuente de la sangre.

Hoy es el Día de la Talasemia. Hoy Secundino pondrá su mesa informativa, desde las 9:00 hasta las 15:00 horas, en el número 17 del Paseo de Filipinos de Valladolid, junto al Centro de Hemoterapia, para recordar que donar sangre es regalar vida. «No solo en mi caso, no lo quiero centrar en mí, sino en todos los enfermos, de talasemia, pero también oncológicos que precisan transfusiones y para otros tipos de enfermos o personas sometidas a una cirugía. Es importantísimo tomar conciencia y que el donante no se olvide, que forme parte de su calendario. No se trata de obsesionarse; pero sí de no olvidarse, especialmente los jóvenes porque los mayores llega una edad que ya no pueden y hay que renovar donantes».

Tratamiento

Nació cansado. Vivió una infancia fatigada. Un niño enfermo, sin fuerzas, sin jugar al fútbol, sin respuestas. Muchos médicos, tantas pruebas... y no sería hasta que cumplió los seis años cuando su enfermedad tendría un nombre y un tratamiento. Eso sí, de por vida. «Mi padre tuvo que pagar a un especialista de Madrid 35.000 pesetas, entonces era una barbaridad, para que me hicieran pruebas y me dijeran lo que tenía. Un niño de esa edad sin transfusiones hubiera muerto».

El tratamiento conlleva también procedimientos para eliminar el exceso de hierro del cuerpo que se acumula continuamente. Así, Secundino, visita cada poco el Hospital Clínico de Valladolid para recibir esas dos bolsas y «eso si no pasa nada especial. A veces con más frecuencia o cantidad. He pasado cuatro episodios graves. Una con el bazo porque hacía mala sangre y me lo tuvieron que quitar, estudiaba Electricidad en Cristo Rey y estuve dos meses ingresado. Después, me casé con 28 años y cuando mi hija tuvo varicela me contagió y otra vez que casi me lleva por delante. Estoy vacunado de todo, porque todo es un problema para mí. Y, también estuve muy mal cuando me quitaron la vesícula. Todo ello consecuencia de la talasemia. También una neumonía, con ocho días en la UCI y más de 40 en planta y otras cien bolsas de sangre...». Y lo percibe, cuanto «me ponen sangre cobro la vida, se nota muchísimo».

Y con todo este historial, y las muchas veces al borde de la muerte, Secundino asegura que «mi enfermedad es solo un episodio, lo importante es donar e informarse. La asociación Alheta, que reúne 50 casos de España, hace una labor importante».

El registro de la Consejería de Sanidad recoge 1.298 diagnósticos en Castilla y León de talasemia de diferentes grados de gravedad, con una edad media de 45 años en el hombre y 47 en la mujer.

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