Jesús Posadas optará a la reelección como presidente de Acor el próximo día 27

La principal novedad de la próxima asamblea radica en que los 3.414 socios de la cooperativa votarán de forma ponderada, de manera que habrá 6.104 sufragios. «Quienes más actividad tienen, los que más facturan y los que más han contratado en los tres últimos ejercicios contarán con entre uno y cinco votos, mientras que los socios inactivos tendrán un voto equivalente a 0,1», detalla Posadas, quien comenta que «es lógico que el que más arriesga con la cooperativa tenga más poder decisorio».

A la pregunta de si siente que su gestión recibirá un respaldo mayoritario, Posadas señala que es algo «que tendrá que decir el socio el próximo día 27». «Tanto mi equipo como yo creemos que la labor realizada ha sido positiva tanto en lo que respecta a la remolacha como al girasol y la colza. No en vano, hemos conseguido mantenernos en unos niveles de precios superiores a los del mercado. En algo nos habremos equivocado, pero el balance general creo que puede considerarse positivo», señala.

El sector azucarero atraviesa, según su valoración, «un momento delicado». En este sentido, recuerda que a su principal competidor en España, Associated British Foods, «no le están yendo muy bien las cosas» y ha anunciado una reestructuración de Azucarera, afectada por unos costes demasiado altos y una pérdida de ingresos tras los que se encuentran los bajos precios del azúcar. «Nosotros vamos a seguir defendiendo el sector, trabajando para que la remolacha siga siendo cultivo principal en Castilla y León, esforzándonos para poner al sector en el lugar protagonista en el que estuvo en años pasados», añade. Y sentencia: «Si al socio le va bien, a Acor le irá bien también;pero si al socio le va mal, Acor lo pasará mal».

Respecto a uno de los asuntos que han suscitado polémica en los últimos tiempos, la cuota de 120 euros anuales para los socios inactivos, señala que «fue aprobada por la asamblea general» y «no afecta a quienes tienen actividad cooperativizada, que están exentos». «Ser de Acor proporciona unos beneficios y tenemos unos gastos fijos para mantener un funcionamiento del que se aprovechan todos los socios, así que la cuota es algo natural», sostiene, para a continuación manifestar que «algunos se han animado y la han pagado y otros se han dado de baja, pero no hemos echado a nadie sino que hemos hecho algo que puede considerarse normal».

En lo que a la búsqueda de rentabilidad para los cultivos respecta, Posada destaca que «en Acor se están poniendo unos precios mínimos garantizados que ya de por sí son rentables, si bien luego los costes de riego y energía de cada cual pueden introducir alguna distorsión». «Los ingresos del socio han llegado a doblarse», asegura, y los resultados económicos de la cooperativa, aunque descendieron en el último ejercicio, lo hicieron «desde la cantidad récord de 25 millones del año anterior». «Fue una caída porcentualmente menor que la del precio del azúcar, que llegó al 40% mientras que para el socio fue solo del 8%».

En este sentido, insiste en que tanto Acor como la producción de azúcar dependen «de unos factores de mercado que no controlamos y que aportan condicionantes». «Lo que más nos ha perjudicado –al igual que al maíz, el girasol o el trigo– es la entrada masiva de azúcar ucraniano, que se ha multiplicado por 25 y ha inundado el mercado por decisión de la Unión Europea». «Vemos razonable que el mercado sea global, pero que lo sea en igualdad de condiciones de producción», concluye.