«Generamos biometano a bajo coste y apto para pequeñas explotaciones»

El valor diferencial del proyecto radica en que es el primero que presenta una ventaja respecto a las tecnologías actuales que se utilizan para separación de mezclas: se trata de una operación fácilmente escalable (las plantas actuales deben tener un volumen mínimo, por lo que no sirven para explotaciones de pequeño tamaño), de modo que el coste de la inversión se abarata. La solución de Idecal sirve para todo tipo de explotaciones agrícolas, incluidas las de pequeños agricultores o granjas ganaderas.

«El objetivo es aprovechar el biogás que se genera por la descomposición de la materia orgánica mediante plantas que maximizan la producción instaladas donde se encuentran los residuos: depuradoras, azucareras, granjas o vertederos», explica Jesús María Martín, doctor en Ingeniería Industrial e Ingeniero Químico de Cartif.

La tecnología más utilizada para separar los componentes del biogás (que es metano en un 60% y CO2 en un 39%) es la de membranas, por su versatilidad y porque no es contaminante. Pero su coste es elevado, ya que trabaja con 16 bares de presión. La tecnología de contactores de membrana desarrollada por Idecal con el centro tecnológico Cartif tiene un menor coste energético, ya que es una variante que solo requiere 4 bares. «Utiliza materiales menos resistentes y por tanto más baratos y tiene otros usos, de modo que ofrece mayor aprovechamiento y adaptación», señala Félix Nieto, ingeniero industrial especializado en I+D y al frente de Idecal.

Las ventajas de este sistema se traducen en los menores costes de la inversión y de la operación y en que es completamente escalable, sobre todo para abajo. «Se puede llegar a sitios más pequeños y una granja, por ejemplo, puede utilizar el biometano para fines industriales, para su flota de vehículos o para inyectarlo en la red de gas natural», señala Nieto. En el proceso se genera también dióxido de carbono, que se utiliza para fines industriales.

El sistema está testado en laboratorio y funciona. Ahora está siendo sometido a otro tipo de pruebas para comprobar la robustez, su rentabilidad y su viabilidad económica. El consorcio, coordinado por Aqualia cuenta con siete empresas especializadas en el desarrollo de la cadena de valor del hidrógeno y el biometano: FCC Medio Ambiente, CADE, Ghenova, AriemaEnerxía, H2B2, MindCaps e Idecal (pyme de ocho trabajadores con sede en Valladolid), además de diez centros tecnológicos, entre ellos Cartif.

Al poder utilizarse con residuos urbanos, agroalimentarios, aguas residuales o lodos de depuradora, el proyecto piloto se está desarrollando en la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Salamanca. Pero sus promotores buscan un impacto a nivel nacional, no exclusivamente local. La iniciativa cuenta con una ayuda total de 4,5 millones de euros, de los que a Castilla y León van a parar 440.500 euros a través de Idecal, que ya trabaja en una instalación para el Centro de Tratamiento de Residuos de Valladolid. También en un sistema para la producción de hidrógeno mediante residuos.

Eclosión ha sido financiado por el CDTI en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia y cuenta con el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación y la ayuda otorgada al cuenta con la financiación de la Unión Europea a través del Fondo Next GenerationEU.