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Parcela de cereal afectada por la sequía esta pasada campaña en la provincia de Burgos. Nacho Rincón

La factura que dejan en Castilla y León los fenómenos naturales

La sequía, las heladas o el pedrisco son cada vez más recurrentes e incrementan las indemnizaciones que se abonan por daños en cultivos agrícolas y viviendas

Silvia G. Rojo

Domingo, 10 de diciembre 2023, 00:08

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Hay un aumento de la siniestralidad «más que evidente» que se asocia al cambio climático. Los ciclos están «raros y alterados», con episodios más pronunciados de pedrisco y heladas incluso «más importantes» para los daños que ocasionan en algunos cultivos en determinados años. Lo certifican expertos como Pablo Resco, responsable de Estrategia Agroalimentaria en Plataforma Tierra y estudioso de los efectos del cambio climático en la agricultura. Pero también se constata en la factura que se desembolsa en indemnizaciones para paliar los daños que se registran en inmuebles y cultivos agrícolas.

Solo Agroseguro, el Sistema Español de Seguros Agrarios, ha abonado una factura de 805 millones entre 2017 y 2023 por sequía, helada y pedrisco en Castilla y León. Una comunidad en la que «es vital si hay o no precipitaciones, porque los años de sequía son cada vez más recurrentes (2017, 2019, 2022 y 2023) y elevan las cifras por su impacto en los cultivos herbáceos», señalan fuentes de la entidad. Sin olvidar las tormentas de pedrisco, «que son ya un riesgo que causa daños muy importantes cada año».

El aumento de daño por sequía «es cada vez más evidente, frecuente e intenso», señala Pablo Resco, quien puntualiza que también en la agricultura de regadío «los fenómenos asociados a la escasez de agua por falta de precipitaciones obliga a restringir los riegos». «Si no hay recarga de los acuíferos o precipitaciones hay una sobre-explotación de los recursos hídricos y esto lleva a que se tenga que tratar de restringir el uso del agua o tirar de otro tipo de aguas como la desalación con otros problemas asociados como el precio», considera.

Daño en el viñedo causado por una helada. Susana Gutiérrez

Más de la mitad de los daños, por sequía

De los 805 millones de euros que Agroseguro ha abonado a los productores asegurados en Castilla y León, más de la mitad corresponden a daños por sequía. El 77% de las indemnizaciones resultan de la suma de sequía, helada y pedrisco, los riesgos más frecuentes.

El resto de las indemnizaciones de la factura asumida por el Sistema Español de Seguros Agrarios Combinados a los agricultores y ganaderos asegurados en la región corresponden al resto de riesgos: lluvia, viento o fauna, así como a los riesgos pecuarios. De los últimos siete ejercicios, solo uno de ellos (2020, precisamente el de pandemia y confinamiento) presentó una siniestralidad baja.

Esa recurrencia de la sequía se aprecia en las cifras. En 2017, las hectáreas siniestradas por sequía, helada y pedrisco fueron 1,1 millones, y la factura en indemnizaciones del seguro agrario por sequía se elevó hasta 138,7 millones de euros. El 2018, las hectáreas fueron 408.906, pero de nuevo en 2019, la cifra se elevó hasta 995.017. En 2020, el dato se quedó en 252.358 hectáreas, en 2021 en 370.670 y de nuevo en 2022, el dato no dejó indiferente a nadie con 837.665 hectáreas siniestradas y 50,7 millones en indemnizaciones por sequía. Eso sí, el récord lo ha batido este 2023, hasta el 15 de noviembre se han contabilizado 1,4 millones de hectáreas siniestradas y 167 millones abonados por la falta de agua. En total, la factura de la sequía asciende a 420 millones en estos años.

Tampoco hay que subestimar al pedrisco, que en ese periodo ha causado daños en las parcelas de los asegurados por valor de 133,3 millones de euros, con 33,3 millones en 2018, 31,4 millounes en 2021, o 23,8 millones en este 2023.

«El impacto del cambio climático y el incremento en la siniestralidad, unido a otros factores, como el apoyo decidido de las administraciones públicas, ha potenciado la contratación de seguros agrarios», reconocen desde Agroseguro.

Así, el número de pólizas, capital asegurado, superficie o producción asegurada se ha incrementado en Castilla y León en los últimos años de manera constante, salvo en 2023, cuando la sequía redujo las posibilidades de crecimiento durante la campaña.

La contratación de 2023 todavía está a falta de cerrar los cultivos herbáceos o la uva de vino, prevista para el 20 de diciembre, y aún queda toda la contratación final. Aun así, las cifras de contratación total de Castilla y León «ya son muy elevadas».

Por ahora, si se compara la contratación 2022–2023 a la misma fecha (22 de noviembre) en los cultivos herbáceos, se aprecia un incremento. A esa fecha, en Castilla y León existen un 3% más de pólizas, un 4,5% más de superficie asegurada (1,17 millones de hectáreas) y un 7,1% más de producción asegurada (3,3 millones de toneladas).

Daños en municipios

Desde enero de 2021 y hasta noviembre de 2023, la Delegación del Gobierno en Castilla y León ha tramitado 347 expedientes a municipios por gastos de emergencia y recuperación derivados de diversas catástrofes. Esos expedientes han supuesto subvenciones por valor de 16.405.411 millones de euros.

El nombre de Filomena trae a la mente un enero de 2021 marcado por nevadas y situaciones limitantes. Los expedientes en fase de emergencia tramitados por este fenómeno fueron en la región 76 y las subvenciones abonadas 401.248 euros. Esos importes son los necesarios para que un municipio pueda establecer de nuevo los servicios básicos y esenciales como luz, agua o vías de comunicación. Los importes de Filomena por daños de recuperación, es decir, los daños que se han producido en edificios o instalaciones, donde se actúa para que vuelvan a su estado original, alcanzaron los 136 y casi siete millones de euros en subvenciones.

El paso de Filomena por Valladolid en enero de 2021. A. Mingueza

El resto de daños y expedientes se corresponden con incendios forestales, inundaciones y tormentas, de los que 20 se iniciaron en fase de emergencia y 115 en fase de recuperación, con más de 9 millones de euros.

Daños en el patrimonio

El Barómetro de Catástrofes 2022, elaborado por la Fundación Aon España, también se detiene en los fondos destinados a la restauración y conservación del patrimonio histórico de Castilla y León en los municipios afectados por los incendios, que en el pasado ejercicio ascendió a 1.320.760 euros. Ahí se incluyen 295.699 euros para la recuperación de las eras tradicionales de Monsagro, en Salamanca, o los 217.447 euros para la restauración de corrales, fuentes o molino en Villanueva Valrojo, Zamora.

Sin duda, las 56.000 hectáreas calcinadas en la provincia de Zamora en ese verano de 2022 convierten a esos incendios en los más significativos de los últimos lustros.

Por último, no se puede obviar la pérdida más importante derivada de las catástrofes naturales, las pérdidas humanas, que en 2022 fueron cinco en Castilla y León.

En el conjunto del país, las catástrofes naturales tuvieron asociados unos costes económicos de cerca de 2.900 millones de euros en 2022, tal y como se recoge en el informe realizado por el Barómetro de Catástrofes, presentado recientemente, y en el que también se indica que las catástrofes naturales implicaron un coste de 1.496 millones de euros para el tejido asegurador nacional.

Más de la mitad de los costes asegurados fueron cubiertos por Agroseguro, lo que pone de manifiesto la especial vulnerabilidad del sector agrícola ante las catástrofes naturales. Las heladas (39%), el pedrisco (21%) y la sequía (16%) fueron los eventos que más daños provocaron a la agricultura española durante el año 2022.

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