«No estamos a favor de los aranceles de Trump», tratan de reafirmar una y otra vez los procuradores de Vox en Castilla y León. ... El PP, su principal rival para captar votos en la derecha, ya les ha adjudicado el trumpismo como adjetivo. No ha sido difícil. Las fotos de Santiago Abascal en la toma de posesión de Donald Trump lo dicen todo. Al mismo tiempo defienden que es lógico que Trump cumpla con lo prometido, aquello de 'America first' (América primero), aunque eso perjudique a los intereses de España vía Unión Europea. Y luego tratan de revertir la carga de la prueba: los aranceles de Trump no son más dañinos que el Pacto Verde europeo.
Elon Musk, principal valedor de Donald Trump en términos de comunicación política con su red social, X, a su servicio, acabó por pedir una política de «aranceles cero» después de comprobar el daño bursátil que los anuncios del presidente norteamericano causaban a sus empresas. Quizá no conocía con precisión la hoja de ruta de Trump, que el filósofo José María Lassalle ubicaba en un documento de 41 páginas publicado por Stephen Miran en la web del grupo de inversión Hudson Bay Capital Management. Miran es el principal consejero económico de la Casa Blanca. Aquel documento se titulaba ' Una guía de usuario para reestructurar el sistema de comercio global'.
Un vistazo al documento permite comprobar que la política arancelaria va a ser una constante, por ejemplo. «El presidente Trump ha demostrado que los aranceles son un medio eficaz para obtener ventaja en negociaciones —y generar ingresos— a costa de los socios comerciales», escribe Miran. Pero no solo eso. «El presidente Trump también ha planteado la posibilidad de adoptar cambios sustanciales en la política sobre el dólar. Aranceles generalizados y un alejamiento de la política del dólar fuerte podrían tener algunas de las repercusiones más amplias de cualquier política en décadas, reconfigurando fundamentalmente los sistemas de comercio y finanzas globales».
Así que el plan existe.
Las empresas de Elon Musk han perdido miles de millones en valoración bursátil. El propio Musk ha salido públicamente a pedir 'aranceles cero' con Europa y se ha enzarzado con otro de los asesores de Trump, Peter Navarro, al que llamó «imbécil» después de que este le calificara como «ensamblador de piezas de automóvil».
Vox no tiene empresas dependientes de que un arancel de Trump sacuda la Bolsa, pero sí tiene unos votos que defender. El partido de Abascal salió de los gobiernos autonómicos antes del verano de 2024, pese a las discrepancias con algunos de sus altos cargos, forzados a dimitir. Una maniobra que, en lugar de debilitar su posición, parecía haberla reforzado, a tenor de las encuestas internas que manejan tanto los de Abascal como en el PP, según algunas fuentes. La línea política a seguir, con una oposición dura al PP mientras se ataca sin cesar a Sánchez y a las «políticas woke» parecía dar réditos. Hasta que han llegado los aranceles de Trump.
Vox no acudió a las reuniones con el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, para hablar de los presupuestos. Sí lo hizo, sin embargo, esta semana cuando el jefe del Ejecutivo regional citó a partidos políticos y agentes sociales para hablar de los aranceles y de cómo proteger de ellos a la economía castellana y leonesa.
Vox sabe que el relato de un partido pro-trumpista, alineado con los intereses norteamericanos, que perjudican a los españoles, hace daño. Y en Castilla y León, una comunidad en la que 1.092 empresas exportan a Estados Unidos componentes de automoción, alimentos y bebidas, ese es un discurso que van a manejar tanto el PP como el PSOE.
En las elecciones autonómicas de 2022, Vox obtuvo un 17,64% de los votos en la comunidad, con picos como el 20% en Valladolid. Fueron 212.000 votos con un PP en su mínimo histórico en décadas. En la próxima cita se augura una desaparición ya total de Ciudadanos (Francisco Igea se llevó 18.800 votos en Valladolid), y Podemos (sin estructura territorial apenas y con un solo escaño ahora). Si el PP recupera algo de terreno y el PSOE no mejora, la distancia en votos entre ser decisivos o irrelevantes, para los de Abascal, puede ser muy pequeña. Y Vox, si quiere imponer sus políticas, su discurso y su manera de entender la economía o la sociedad, necesita ser decisivo.
Mañueco ha encontrado una nueva idea que añadir al abandono del Gobierno de Vox «por órdenes de Madrid»
«El otro día no vinieron [a la reunión] porque no querían hablar de los aranceles, señoría»; «hace un papelón tremebundo defendiendo a Trump, defendiendo a los aranceles, que son un ataque, un impuestazo a las empresas, a los trabajadores y a los empresarios»; «ustedes están poniendo en riesgo a miles y miles de empleos»; «han dado la espalda a los sectores productivos más importantes de Castilla y León, la automoción, la agroalimentación, el sector farmacéutico»; «no se puede ir de patriota y callarse ante los aranceles». Todas estas frases fueron el eje de la respuesta de Alfonso Fernández Mañueco a David Hierro (Vox) en la última sesión de control de las Cortes. El argumentario ha cambiado. A lo ya sabido de «ustedes dejaron el Gobierno porque se lo mandaron sus jefes de Madrid» se une la alianza con Trump. Y esa va a ser claramente la estrategia del PP mientras dure la guerra comercial. Y vista la hoja de ruta del asesor Stephen Miran, no va a terminar pronto.
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