El Carlos III alerta de un mayor riesgo de mortalidad por calor en Palencia, Salamanca y Burgos

El Instituto de Salud Carlos III tiene implantado un sistema de vigilancia de la mortalidad diaria asociada a la temperatura, MOMO, implementado en el Centro Nacional de Epidemiología para contribuir al plan nacional de acciones preventivas contra los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud del Ministerio de Sanidad. Y en el mismo, solo hasta el 16 de julio, fecha que cierra el último informe al respecto, ya estimaba nueve fallecidos por causas atribuibles al calor. No recoge los últimos días que han sumado grados de forma importante y previsiblemente anoten incremento de decesos.

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Y junto a dicha monitorización, el Carlos III emplea para poder realizar proyecciones en cuanto a fallecimientos atribuibles a excesos o defectos de temperatura el llamado Índice Kairós. Un modelo que predice situaciones de desproporción de mortalidad por dicha causa en base a la probabilidad de que se produzca un exceso de defunciones atribuibles a la temperatura igual o superior al 10%. Realiza sus cálculos en base al acúmulo de calor durante días, a las predicciones de la AEMET y a las características de una determinada población –básicamente edad y sexo–, fundamentalmente. Y establece tres niveles de riesgo desde el nulo (verde), pasando por el moderado (naranja) hasta el alto (rojo).

Según este modelo, en Castilla y León, Palencia tiene actualmente una alta alerta y Salamanca y Burgos, más moderada. El resto la registra baja. De rojo pinta también este panel las vecinas Comunidad de Madrid y Toledo, Pontevedra, Navarra, Zaragoza, Huesca, Barcelona y Gerona. Y en el siguiente nivel menor de riesgo hay otras siete provincias en España.

Para la provincia palentina, prevé como peores jornadas los día 1 y 2 de agosto. Y en Burgos, la última jornada de julio y la primera del próximo mes mientras que Salamanca comenzará a sentir alivio el día 31. El resto, como Valladolid por ejemplo, no solo carecen de riesgo sino que mejoran conforme se cambia de mes.

Las tres provincias de Castilla y León más afectadas lo son entre sus habitantes con más de 65 años y desciende al llegar a los octogenarios mientras que desde los 85, León se incorpora en alerta naranja.

Y es que la temperatura no es el único dato que se tiene en cuenta a la hora de calcular el Índice Kairós, influye mucho la edad en la resistencia al calor y en las enfermedades crónicas que podrían empeorar. Este modelo permite segmentar por grupos de edad y sexo.

También cabe valorar el entorno socioeconómico, dado que no es lo mismo vivir en una casa bien aislada y protegida del calor que en otra más expuesta o sin posibilidades de aire acondicionado o ventiladores, o en soledad o acompañado, se decir, que pueda haber un cuidador al tanto de necesidades y sobre todo hidratación, vivir en zonas verdes con ríos o pantanos, que sobre el asfalto urbano... Beber mucho agua, tomar alimentos frescos y protegerse del sol, es decir, las medidas de prevención, son básicas.

De hecho, todo el sur, excepto Alicante, está excluido de esta alerta de posible incremento de decesos que, sin embargo, afecta al norte navarro, el País Vasco, Cataluña y parte de Galicia.

Las temperaturas intensas no matan por golpes de calor, no es habitual, sino por provocar un desequilibrio en el sistema del ser humano, más propenso a ello si está enfermo o es vulnerable por edad, anciano o niño.

Los enfermos más vulnerables son los que padecen insuficiencia cardiaca o renal o con deterioro cognitivo.