Una aplicación móvil permitirá contar con un «carné de inmunidad» en Castilla y León

La Junta de Castilla y León implantará un carné de inmunidad. «Es como un carné de vacunaciones. Si viajo a Estados Unidos me preguntan si estoy vacunada de determinadas cosas y esto permite que yo pueda demosrar con un carné si estoy inmunizada», explicaba gráficamente Verónica Casado, consejera de Sanidad, a preguntas de los periodistas.

La idea es que el regreso a la normalidad, lo que los técnicos han llamado «desescalada», se produzca con las máximas medidas de seguridad posibles para evitar que se produzca un rebrote de la enfermedad. «Vamos a poner en marcha el carné de inmunidad para aquellas personas que hayan pasado la enfermedad«, señaló Casado. «A través de la aplicación móvil Sacyl Conecta (iOS y Android) -la misma que se utiliza para pedir cita en el Centro de Salud, por ejemplo- sabrán de su situación inmunológica y podrán presentarla a requerimiento. Todos los ciudadanos podrán tener su carné de inmunidad», afirmó.

Para eso será preciso someterse a los test que demuestren que esa persona ha superado el Covid-19. Las pruebas tendrán que hacerse a aquellos que han mostrado síntomas -y que se han registrado en el sistema Medora por parte de los médicos de Atención Primaria- y los que han padecido esos síntomas y han guardado cuarentena en casa. Los que han recibido el alta hospitalaria, teóricamente, también estarán inmunizados pasado el periodo de cuarentena necesario, según los casos.

El cómo se articulará todo esto es algo que está aún por ver. El Gobierno ha creado un Comité de expertos para estudiar la estrategia a seguir y Castilla y León ha propuesto, como su representante, al vicepresidente Francisco Igea. «Ayer se celebró un Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud -los consejeros autonómicos con el ministro de Sanidad, Salvador Illa- y se comentó que se pondrá en marcha un comité de estrategia para la desescalada. La Junta propone a Francisco Igea, que formará parte del comité de expertos».

«Este grupo no ha establecido aún los criterios de la desescalada. Hemos debatido que nos gustaría poder extender los test a toda la población, tener la app funcionando, la geolocalización... Que las personas que salgan primero sean inmunizados, menores de 50 años y en zonas con cero contagios en los últimos 14 días. Hemos mantenido una postura de prudencia en la contención. La salida debe ser lenta y segura. Si tenemos un nuevo repunte esto puede ser terrible para nuestras tasas de letalidad y el propio sistema sanitario«, aclaró Verónica Casado sobre las ideas que pueden regir esa estrategia de regreso paulatino a la normalidad.

«Sobre el protocolo del uso de test, se hacen sobre sintomáticos y personas que han pasado la enfermedad. Si son positivos, la persona ha tenido el Covid-19, si son negativos hay que hacer el PCR. Son complementarios. Nos sirve para determinar en las residencias quién está enfermo y qué actuaciones hay que hacer. Y si son negativos, PCR. Para residentes y personal», añadió respecto a cómo y a quién se van a hacer los test rápidos.

La consejera explicó que la idea, ahora que los ingresos empiezan a disminuir, es «ir recuperando la actividad normal, hay plantas de hospitales libres de Covid-19 y hay que empezar a utilizarlas para seguir con la normalidad médica y quirúrgica».

Eso a pesar de que los casos confirmados van a experimentar, con total certeza, un repunte a medida que se van a incrementar las pruebas realizadas. «No temo que suceda. Los casos se van a incrementar porque nos vamos a acercar a la realidad y muchos tendrán que ver con síntomas leves. A medida que hagamos más test conoceremos mejor la realidad y los datos irán convergiendo con los de Medora -que cifran los «sospechosos/confirmados» en 36.007 frente a los 9.581 efectivamente detectados-. Tendremos muchos más datos. Hasta ahora hemos hecho 700-800 test y vamos a intentar hacer 2.000 diarios«, indicó Casado.