Santos Reyero: «Defender León y luchar contra lo que lo perjudica no implica, para nada, una guerra contra Valladolid»

Son 22 años de militancia en la Unión del Pueblo Leonés (UPL), un partido cuya esencia se mantiene inalterable, incluso, en su lucha por convertirse en una comunidad que abarque, solo, al viejo Reino de León.

¿Cuál va a ser su línea de actuación esta legislatura?

La misma de los últimos años: Estar vigilantes y reivindicar cuanto afecte a León, es decir León, Zamora y Salamanca, nuestra apuesta por el eje logístico es diferente y ahí es donde ha fallado el Gobierno de Juan Vicente Herrera a la hora de definir un proyecto.

¿Cuál es la capital de Castilla y León?

No existe. Valladolid es el resultado de 24 años de alguien impulsándola, de concentración de servicios e instituciones e, incluso, aparece en los libros de texto erróneamente.

¿Cuál debería ser?

No está contemplada la capitalidad en esta comunidad y además ha sido una autonomía que se ha generado de forma artificiosa y poco pragmática por su tamaño. Deberían estar el Reino de León y el viejo de Castilla. Pero esto no hay que interpretarlo como una guerra contra Valladolid, no implica eso.

¿A estas alturas se está a tiempo de plantear una separación?

Siempre se está a tiempo. No es fácil; pero estamos en un mundo muy cambiante, las instituciones cambian rápidamente.

Ahora que muchas voces critican precisamente el Estado de las autonomías, plantean una más...

No todo está cerrado. Igual es el momento de volver a replantearse, repensar toda esta organización... porque hay muchos absurdos como el que haya varios consejos consultivos y otras duplicidades. UPL lleva en su DNI ese cambio. En León hay un claro sentimiento de hablar de León, de identificación.

Es la provincia más perjudicada?

No sé si la más, pero de las que más. Ha perdido 33.000 habitantes en 30 años con lo que tiene un serio problema de despoblación y ello por no entrar en datos económicos... La minería es en lo que León era fuerte; se ha acabado con el carbón y con las alternativas y lo de escribir cartas del presidente Herrera es que era un chiste. Debe exigir, no pedir, y son los suyos, si los suyos no le dan caben dos cosas irse a casa o del partido.

¿Por qué retiró su apoyo a la investidura? ¿Por qué se la dio Ciudadanos?

Eso no es cierto. Fue malicioso decirlo. Es legítimo el derecho a pactar, lícito y además tienen muchas similitudes. El problema fue que no se dieron las condiciones. Queríamos someter el documento a nuestros afiliados y ni siquiera hubo documento, no llegamos a tenerlo. Podrá haber diálogo y acuerdos puntuales, no de legislatura.