Un serranito con jamón ibérico en el bar más futbolero del Polígono Argales

Con ganas de cambiar de aires tras tener varios restaurantes en el centro de la ciudad, Isailovic, exjugador del Real Valladolid, se ha hecho un hueco en el polígono Argales con su nuevo bar, el Eleven, una clara referencia al dorsal que llevaba en el club blanquivioleta. Muy cercano con sus clientes y comprometido con su nuevo local para que «el ambiente sea el mejor posible», el ahora empresario asegura que «los primeros meses han sido buenos» y cada vez «conoce mejor a los clientes y ellos se sienten como en casa».

Es uno de los aspectos que más destaca al estar ubicado en la calle Daniel del Olmo González. Los trabajadores de la zona necesitan bares cercanos que puedan visitar a diario, con una buena oferta gastronómica para comer durante el descanso o al terminar un dura jornada. «Lo que más me gusta de aquí es que acabas conociendo a los clientes y ellos a ti porque vienen a diario y hablar con ellos de todo un poco» explica el exfutbolista. «Me apetecía salir del centro y estar en un entorno más familiar, aquí se respira otro ambiente» destaca.

Lejos de ser solo un bar destinado al polígono, aquí vienen también amantes del deporte, en especial del fútbol, no solo por el pasado blanquivioleta de Isailovic, sino también por las instalaciones que se encuentran justo al lado donde se pueden jugar partidos de fútbol indoor. «Después de hacer deporte la gente viene a cenar o a tomar algo y se organizan muchos cumpleaños al lado, por eso también esto está muy animado los fines de semana» explica. Además, también destaca que, al no estar ubicado en pleno centro, aquí pueden organizar cenas con grandes aglomeraciones sin tener que preocuparse de molestar a los vecinos.

Para esta ocasión, el Eleven ha optado por mostrar uno de sus bocadillos estrella, el serranito, un clásico ideal para comer o tomar el almuerzo y reponer fuerzas. Con pan de chapata de cristal, en su interior hay lomo, pimientos, jamón ibérico y tomate, ingredientes con los que es imposible fallar a los clientes y que conquistan a los paladares más exigentes.

Acompañado de unas patatas con alioli, estamos ante un plato saciante elaborado con ingredientes básicos pero de calidad. Su éxito se demuestra nada más llegar a la barra, llena de trabajadores y vecinos de la ciudad que, para alejarse de las aglomeraciones del centro, apuestan por lugares más tranquilos pero acogedores y renovados.

«La carta es sencilla pero la gente está encantada porque saben lo que van a comer y son recetas que gustan a todos» dice Isailovic. Por si fuera poco, también ha instalado una terraza fuera que, él mismo, asegura que ha querido «que sea lo más parecida a la de otros bares del polígono» pues su idea es que la gente sienta que, a pesar de ser un nuevo y renovado bar, mantiene una esencia similar a los restaurantes de carretera.

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