Hostelería, gimnasios y centros comerciales se despiden en Burgos
Las últimas restricciones de la Junta entran en vigor este viernes amparadas por la alta incidencia de la covid en la región y con la crítica de los sectores afectados
La última caña, la última mancuerna levantada, la última compra en centros comerciales... los últimos ingresos para esos negocios, al menos durante 14 días. Así lo decidió la Junta de Castilla y León por la alta incidencia de la covid en la región y así lo han acatado los sectores afectados, aunque con amplias críticas. Se quejan de las «inexistentes» ayudas, además de sentirse señalados como los responsables de los contagios.
Aunque el reloj aún no marcaba las 00:00 horas, momento en el que entrarán las nuevas restricciones, a las 22:00 horas toda la actividad se acabó. El toque de queda hizo acto de presencia y todo se finiquitó, por el momento. La nostalgia se notaba en muchos hosteleros y consumidores que apuraban el último sorbo. «El cierre de la hostelería es un confinamiento encubierto. Estoy seguro que a partir de mañana a estas horas (21:00 horas) hay muy poca gente en la calle», ha apuntado un hombre en un bar céntrico de la capital.
Aunque a los hosteleros no les pilló de nuevas el anunció del cierre de sus negocios, esta noche se les notaba alicaídos. Les ha tocado bajar la persiana y eso les transportaba a mediados del mes de marzo. «Ahora es diferente. En aquel momento entendíamos que teníamos que parar por el bien de todos. Ahora nos sentimos señalados porque se piensan que somos un foco de contagio. Y no es así, somos los primeros en preservar la salud de los clientes», ha señalado el propietario de un local.
La nostalgia se palpaba en el ambiente, incluso muchos clientes habituales ya no se acercaron a despedir a su local de referencia. «Muchos han optado por no venir. Un día como el de hoy, estaríamos funcionando mucho mejor, pero el toque de queda ya nos hizo mucho daño», añade.
Once días de toque de queda que han servido de preámbulo para el cierre total de la persiana hasta nuevo aviso, ya que los hosteleros consideran que esto no acaba con 14 días de cierre total. Aun así, esperan que el daño económico que están padeciendo sirva para contener al virus. «De lo contrario sería una catástrofe aún mayor para todos», afirman varios hosteleros.
En la jornada de este jueves también se apagaron las luces de gimnasios y centros comerciales. Forman parte de las restricciones y también van a padecer un cierre total durante las dos próximas semanas. Al igual que la hostelería, se sienten señalados, aunque acatarán las medidas.
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