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Los bomberos desinfetando el interior de una residencia de mayores en la capital ribereña. BC
Coronavirus en Burgos: «Era durísimo ver el coche de la funeraria en las residencias cada día cuando íbamos a desinfectar»
Burgaleses ante el coronavirus

«Era durísimo ver el coche de la funeraria en las residencias cada día cuando íbamos a desinfectar»

Javier Puente, bombero en Aranda de Duero ·

Como servicio esencial, los Bomberos de Aranda han trabajado sin descanso durante todo el estado de alarma y han visto de cerca las peores consecuencias de la pandemia

Gloria Díez

Burgos

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Martes, 26 de mayo 2020, 10:55

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Cuando le preguntan a Javier Puente si eligió su profesión por vocación, este bombero de Aranda de Duero responde sin dudar: «Si hay un trabajo vocacional, es este». Así lo han demostrado tanto él como sus compañeros día tras día durante la crisis del coronavirus y continúan haciéndolo, porque «el problema no se ha terminado» y estos profesionales aseguran que su deber es estar al servicio de las autoridades y de la ciudadanía, como hasta ahora. «Como servicio esencial teníamos que dar la talla y eso hemos intentado», manifiesta Puente.

Como a la mayoría, la declaración del estado de alarma les pilló «por sorpresa» pero con una excepción, ellos tenían muy claro qué protocolos debían poner en marcha desde el principio y los implementaron de forma estricta desde el día 13 de marzo. Así lo explica Puente: «El día 13 tuvimos una reunión todas las jefaturas de los servicios esenciales para ver qué normas debíamos aplicar y en el parque de bomberos lo tuvimos muy claro, desde el primer día pusimos distancia de seguridad, habilitamos una puerta de entrada y otra de salida, fichamos con bolígrafos que nos llevamos de casa, no se utilizan zonas comunes como el gimnasio y la cocina solo de uno en uno».

En este sentido, reconoce que ellos tuvieron «mucha suerte» porque contaron con la ayuda del Ayuntamiento de inmediato y no les faltaron EPIs, ni mascarillas, ni ningún elemento de protección. Entre otras labores durante la emergencia sanitaria, han estado realizando la desinfección de todas las zonas públicas y residencias de ancianos de Aranda: «Hemos ido a desinfectar los alrededores de los ambulatorios, plazas, estancos y calles en general», explica Puente. Han acudido a la mayoría de los centros de mayores de forma periódica a limpiar las instalaciones y zonas comunes y es en estos lugares donde más difícil se ha hecho sobrellevarlo: «Era durísimo ver el coche de la funeraria todos los días en las residencias», confiesa este bombero, que sabe de primera mano el gran impacto que ha tenido la covid-19 en las residencias.

Además de las tareas de limpieza y desinfección, han hecho reparto de material, han dado apoyo a Protección Civil y han continuado acudiendo a aquellos avisos que requieren de su actuación inmediata: «Sí que es verdad que los servicios normales han bajado muchísimo durante el estado de alarma porque la gente estaba confinada, ha habido menos accidentes en general», declara Puente. En su labor diaria han comprobado que «el 90% de los arandinos han cumplido y han tenido un comportamiento ejemplar» pero «siempre tiene que haber un 10% de irresponsables», señala.

A pesar de que el equipo de bomberos adoptó enseguida las medidas higiénico-sanitarias de forma estricta y de las protecciones con las que les aprovisionaron, este colectivo se ha visto afectado recientemente por la demora en la realización de los test de covid y por una tasa de contagios llamativa. Para Puente los resultados «son asumibles por el equipo, ahora hay dos compañeros de baja y aislados porque han dado positivo, muchos de nosotros ya lo hemos pasado según el resultado». Este profesional considera que «entra dentro de la normalidad» ya que son un colectivo «muy expuesto». «Si acudes a un tráfico es imposible mantener distancia con la persona que excarcelas y poco antes de la declaración del estado de alarma estuvimos en un accidente y la mujer a la que sacamos dio positivo después en el hospital», recuerda.

Ante la perspectiva de futuro con la reciente entrada de la provincia en fase 1, hay más dudas que certezas. «No sabemos cómo va a ser pero la vuelta a la antigua normalidad va a ser muy complicada», expone. Porque el virus sigue estando presente y si no se mantiene la precaución es posible que se produzca un repunte que vuelva a poner al sistema sanitario al límite y a la población en peligro. Por este motivo, ante todo, desde todos los servicios esenciales piden «prudencia» y «responsabilidad» a la ciudadanía.

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