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Como alcalde os doy la bienvenida a Burgohondo. Tanto su ubicación como su clima hacen del municipio un enclave natural singular, que junto al patrimonio cultural, arquitectónico y etnográfico, ofrecen un destino turístico de interior idóneo.
La propia oficina de turismo es el comienzo de la visita a este municipio, que está ubicada en la zona céntrica del pueblo, en la que está enclavada en la ermita de La Vera Cruz, que precisamente se rehabilitó para acoger este servicio. Es el testimonio vivo que queda en Burgohondo de la presencia de los judíos.
Una recomendación imprescindible es visitar los principales monumentos de la localidad, entre los que reina la Abadía de Burgohondo, que fue declarada monumento histórico-artístico en el año 1983. Y si es bello el interior, la mirada no puede evitar perderse en el exterior, donde destaca la torre construida en el siglo XVI (la Abadía es del XI).
Sin salirnos del patrimonio religioso, hay que referirse a la ermita de San Roque de donde nacen unas fiestas que también tienen mucha devoción en la localidad. Y ya que se está en Burgohondo no hay que perder la oportunidad de ver el Ayuntamiento y su Plaza Mayor.
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Destaca que este espacio, que es el centro de vida en el pueblo, se convierte en plaza de toros durante las fiestas. Y si se quiere andar un poco más, sin duda despiertan todo el interés Las Umbrías. Se trata de una serie de caseríos que formaban barrios.
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