Especial cinco años de la pandemia

Los hábitos del covid-19 en Valladolid: ¿siguen vivas las costumbres de la pandemia?

«Alguna costumbre mantenemos pero ya menos, no es como los primeros tiempos», aseguran Miguel Ángel Sánchez y María Jesús Blanco, una pareja de jubilados que reconoce que mantienen algunos hábitos que fueron implantados durante la pandemia. Además, exponen que aplican otros como lavarse las manos «más habitualmente» o visitar «sitios más ventilados» como terrazas.

Pasados cinco años de aquel momento en el que el virus conocido como covid-19 paralizase la actividad humana de todo el mundo y, de que los habitantes del planeta se encerraran y cambiaran sus hábitos para evitar el contagio, aún existen personas que siguen con costumbres que se implantaron con la llegada de la enfermedad.

Junto a esta pareja se une la opinión de Yeray Berrocal, estudiante universitario, que afirma que sigue la rutina de asearse las manos, sobre todo en empresas que dejan a disposición del cliente un gel hidroalcohólico.

El hábito que más se menciona es, sin duda, el de emplear la mascarilla, ya sea cuando se padece una enfermedad o incluso si asiste al hospital. Ángel Luis García afirma que mantiene la costumbre de usarla en esos ámbitos y añade que «si de alguna manera sirve para evitar contagios, pues nos la ponemos y ya está». No es el único que lo piensa, pues Tania Fraile, odontóloga de profesión, apostilla que el uso del cubrebocas «se ha instaurado como una forma de prevenir enfermedades» cuando antes «era muy raro ver a alguien con ella» estando indispuesto.

Claudia Renedo además de confirmar lo que expresa la odontóloga menciona que, después del confinamiento, se ve «más motivada a hacer ejercicio en casa y fuera». Berrocal, al igual que Claudia Renedo, mantiene la rutina de practicar deporte mientras recuerda la importancia de salir a la calle, ya sea para simplemente tomar el aire o dar un paseo, algo que durante la cuarentena no era posible.

A la vista está que la práctica más destacada de todos es la de utilizar la mascarilla. No es el caso de Ángel Alcaraz y Mila Castro, aunque afirman que ven sobre todo a gente mayor con ella. Lejos queda la distancia social, la ventilación cruzada o lavar todo lo que entra en casa, prácticas recomendadas para evitar la afección.

Ideas como el teletrabajo, las recetas electrónicas o usar más la tarjeta de crédito sí que se ven más arraigadas cinco años después. Se implantaron con la idea de evitar el contacto y ser más productivos dentro de casa y, a día de hoy, se mantienen por la efectividad y provecho que dan a las empresas además de ayudar a prevenir la transmisión de otras dolencias.

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