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V. V.
Lunes, 19 de mayo 2014, 15:32
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Está en el ecuador de su vida, con 4.500 millones de años, y dicen que, además, se encuentra en uno de sus picos de actividad (el máximo de este periodo de manchas solares fue en 2013). «Esta situación se da en ciclos de unos once años, por lo que hasta 2024 no volveremos a verlo como ahora», explica Olga Gómez, profesora del instituto Arca Real, quien entiende que este es un momento idóneo para que sus alumnos de primero de Secundaria vean lo más cerca posible el sol, la estrella más cercana a la Tierra y que permite la existencia de vida en nuestro planeta.
Para ello, y en colaboración con la Asociación Astronómica de Valladolid, que ha prestado los equipos necesarios, ha colocado un telescopio en el centro del patio del instituto para que los chavales puedan contemplar el sol. Se trata de un telescopio especial, Coronado PST, diseñado exclusivamente para la observación solar, por lo que consta de un filtro delantero que protege de la luminosidad del sol y una segunda pantalla que estrecha aún más el haz de luz y permite descubrir algunas curiosidades de la superficie solar.
Por ejemplo, las manchas solares, que por un efecto óptico se presentan más oscuras porque están a una temperatura inferior a los alrededores. «Estas manchas se forman por el campo magnético del sol que asciende hasta la superficie», explica Gómez. Algunos de los alumnos más insistentes y curiosos, los que con más paciencia continuaron la observación, pudieron contemplar también algunas protuberancias solares, las explosiones que se generan en el astro rey.
«El telescopio que nos ha cedido la Asociación Astronómica de Valladolid tiene un ocular que da 40 aumentos, lo que permite que veamos el sol 40 veces más cerca», indica la profesora. Esto supone que si el sol está a 150 millones de kilómetros, los estudiantes pudieron verlo como si estuviera a entre tres y cuatro millones de kilómetros. «El objetivo es que cuando los alumnos miren al sol con la protección adecuada lo hagan con la seguridad de que lo conocen un poco mejor». Entre las curiosidades que más llamaron la atención a los chavales destaca el hecho de que el sol tiene un tamaño tan grande que podría albergar un millón de tierras o que la energía que libera puede haber sido producida hace un millón de años.
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