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CÉSAR BLANCO
Martes, 25 de marzo 2014, 13:01
Pasión y sacrificio por el oficio. La relación de Juan Antonio Herrero con los vinos es «apasionada ya desde mi infancia», ha comentado en varias ocasiones. Mucho tiene que ver su padre, propietario del restaurante La Violeta en Sepúlveda y fundador de la Asociación de Sumilleres de Castilla y León y de la de Segovia. Su trayectoria es el ejemplo del camino de la profesionalización y formación por el que anda el gremio. La celebración del primer Foro de la Cocina Rural es la muestra de la importancia que concita reunir a toda la hostelería de la provincia. Entre sus deseos está que este congreso «contribuya a dar un impulso al medio rural en materia turística y gastronómica». En esta línea, el reconocido sumiller sepulvedano pone de relieve la necesidad de que «las zonas rurales se pongan al día en sala», una parcela fundamental para medir la calidad de un restaurante, sin olvidar «la importancia de seguir defendiendo los vinos y productos de la provincia, pues son sólidas referencias de nuestras señas de identidad segovianas».
Esa pasión de la que hace gala es la que lleva a aprender cada día. El foro de ayer ha constituido un buen motivo para ahondar en esa formación constante. «Un sumiller bien preparado no tiene que irlo demostrando, la gente no es tonta y todo el mundo te puede enseñar. Yo, personalmente, aprendo cada día de la gente que me rodea así como de mis clientes», confiesa cuando se le pregunta por el oficio. El segoviano, pese a los galardones, mantiene los pies en el suelo.
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