«En mi casa el Real Valladolid es una parte más de la familia»
Óscar Puente, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento
PPLL
Domingo, 17 de noviembre 2013, 18:16
Por una cuestión casi de raza, Óscar Puente es del Pucela y del PSOE.O al revés. Del ala izquierda, por su abuelo; del equipo blanquivioleta, no solo como aficionado. En las reuniones familiares se habla de política pero también y mucho de fútbol. Puente es y ejerce de vallisoletano: «Con Vicente Cantatore ofrecimos nuestra mejor esencia de fútbol», declara.
Una rosa roja y bastantes alusiones al que fuera alcalde de Valladolid, Antonio García Quintana, son las referencias visuales del despacho en el Ayuntamiento de Óscar Puente (Valladolid, 1968). En terrenos deportivos, se presenta como un ex, uno de esos practicantes intensivos que a base de esfuerzos ha dilapidado todas o casi todas las reservas del depósito. «He hecho mucho deporte. Desde que tengo uso de razón siempre lo he practicado. Jugué dos años al waterpolo en el Instituto Zorrilla, al fútbol, balonmano, baloncesto en segunda división en La Salle Iberduero, beisbol en EEUU, esquí, golf». Ahora, con el tendón de Aquiles roto, el cartílago del fémur operado, una tendinitis en la muñeca y remiendos por todos los lados, «físicamente estoy muy mal, no puedo hacer deporte salvo esquiar y un poco de golf cuatro meses al año», señala, omitiendo el ejercicio físico de ir a trabajar al Ayuntamiento en bicicleta. «Jugando al pádel no me veo, es que me recuerda mucho a Aznar», matiza.
Las ataduras al mundo del fútbol le llegaron ya a través de su abuelo Antonio Santiago, fundador del Club Deportivo La Victoria en el barrio del mismo nombre. Luego su tío Ángel Santiago y su primo e hijo del anterior, Jorge, han estado y están en el organigrama del club blanquivioleta con lo que «en mi casa el Real Valladolid es una parte más de la familia. Yo muchas veces no subo al campo porque lo paso fatal. Cuando ha habido descensos lo he llevado muy mal y no sólo es una cuestión deportiva sino familiar. Tienes parientes ahí metidos y una vinculación muy fuerte», señala.
De fútbol y de política
Así pues, en las muchas reuniones familiares de los Santiago, el balompié es uno de los temas a tratar. «Hablamos mucho de fútbol, del Real Valladolid y del Barcelona, ya que todos compartimos estos colores, pero siempre de la situación deportiva, de los entrenadores, jugadores Mi primo (Jorge Santiago, director de operaciones del Valladolid) es siempre muy discreto con los temas económicos del club».
Y el otro, la política, claro. El abuelo era militante del PSOE y funcionario municipal. «Para nosotros fue un referente ético y moral muy importante; le expulsaron del Ayuntamiento y estuvo tres años en la cárcel cuando fue una persona que se dedicó a hacer el bien. Para todos nosotros era muy difícil no empatizar con esta causa», añade.
Los mejores momentos que rememora Óscar haber vivido en el José Zorrilla son la final del Campeonato de Europa sub 21 entre España e Italia. «Recuerdo que José María García hizo una crítica muy dura por haber traído el partido a Valladolid. Generó mucha polémica porque decía que la afición vallisoletana era muy fría. Luego resultó que el estadio se volcó y fue un día muy bonito».
Respecto a los partidos del Valladolid, «la época de Cantatore fue un referente en cuanto a buen juego y resultados. Para mí, es el Valladolid en esencia. Ha sido el mejor entrenador por encima de los más recientes que también han salido buenos».
Al respecto de lo anterior, Puente defiende al público vallisoletano: «En el teatro (no olvidarse de que el entrevistado también ha ejercido como actor), en la política o en un deporte como el fútbol, el respetable de aquí no regala nada. Es un público de referencia, entendido, que se entrega y generoso siempre que reciba algo a cambio. Es auténtico, no es de fingir, devuelve lo que le dan. Si ve furia, entrega y calidad, lo devolverá con aplausos desde la grada, pero por obligación no hay que aplaudir, chillar, animar». En este sentido, Puente se posiciona como espectador «que paga una entrada por ver un entretenimiento» más que como hincha: «No entiendo los fanatismos. Yo soy aficionado pero crítico con el Barcelona, y me gustan cosas del Madrid aunque no soy de ese equipo. No comprendo las adhesiones diga lo que diga, haga lo que haga. En este sentido me deja patidifuso el grado de apoyo de muchos madridistas a Mourinho por encima de los muchos errores que ha cometido». Y remarca. «En mi caso pese a que con el Valladolid hay algo afectivo, es mi tierra, mis colores, mi familia, yo trato de racionalizar las cosas».
Decía Jorge Valdano que el fútbol creativo y de toque es de izquierdas y el de pura fuerza, patadón y marrullería, de derechas. Óscar Puente se anexiona completamente: «Soy de Valdano mucho más que de Mourinho. Este destila un totalitarismo incompatible con la ideología de izquierdas. Valdano, por el contrario, es un tipo interesante, intelectual más allá del fútbol».
Consciente de la situación actual de padres con niño futbolista, de la necesidad de educar valores «por encima de querer que tu hijo sea el delantero centro del Madrid y te saque de pobre», Puente sí considera que el deporte y las estrellas de este juego han demostrado históricamente una procedencia humilde. «Los casos de Cristiano Ronaldo, de Fernando Alonso en la Fórmula 1, otros muchos nos indican que hace falta ese hambre de triunfo para llegar a ser los mejores. Los vasos comunicantes más claros se sitúan en estratos sociales más bajos. El boxeador, por ejemplo, se dice que cuando pierde la perspectiva del gueto, pierde la fuerza. Hay excepciones, pero claro que influye», remarca.
Acerca de si hay futbolistas de izquierdas o de derechas, Puente responde categóricamente: «En este país se perdona muy mal que las figuras del deporte, de la cultura, del cine se posicionen a un lado u otro de la política. Me da envidia la sociedad americana que es más tolerante en el sentido de respetar que una determinada persona pública se manifieste. La mayoría de los futbolistas eso lo saben. Por ello es muy raro que uno en activo se posicione. Si el Cristiano Ronaldo de turno dijera que vota al PSOE o al PP perdería el 50% de sus seguidores».
Utilización del deporte
Al contrario de los que sucede por ejemplo en otros países como Israel (Maccabi, el equipo del centro político; Hapoel, el de los sindicatos; o Beitar, el de la derecha), Bulgaria (CSKA, equipo del ejército; Levsky, el de los estudiantes) o Argentina (Boca, el equipo del pueblo o River, de los millonarios), «en España no está tan marcadas estas diferencias. Hay gente de derechas con planteamientos nacionalistas que son del Barça y, al revés, de izquierdas con cierto concepto de Estado abierto y que son aficionados del Real Madrid», incide Óscar Puente. Lo que ha existido es que la «política siempre tiene la tentación de utilizar al deporte. ¡Cuántas veces el alcalde lleva la camiseta cuando asciende el equipo y cuando desciende todos a esconderla! Hemos utilizado el fútbol, por ejemplo, como elemento de distracción que embrutece y no deja aflorar el espíritu crítico de la ciudadanía. También se ha jugado con la expectativa de proyectos para tributar réditos políticos».
Asoma por allí en sus palabras el Valladolid Arena. «Fue un planteamiento muy interesante en su origen, financiado con dinero privado a cambio de la recalificación de un centro comercial. Hasta ahí equilibrado, y por ello lo apoyamos. Sin embargo, en un momento determinado cambia el contexto, se ralentiza y esto cambia. A partir de 2008, es un proyecto inviable porque no hay iniciativa privada para hacerlo y la pública está muerta. Tuvo que pararse ese año, pero se ha seguido jugando con ello, y sigue latente. Hoy en día es inviable. Hasta que no pasen 10 o 15 años no se sabe i podrá volver a retomarse», matiza Puente.
El deporte en Valladolid, desde la perspectiva del Ayuntamiento, es una de las cosas que mejor funcionan a su entender. «La Fundación Municipal de Deportes tiene un responsable, Borja Lara, que hace una gran labor y conoce como nadie la realidad del deporte en Valladolid». Aun así, si algún día cogiera el bastón de mando, Puente caminaría en tres frentes en este terreno: «reequilibrar las ayudas que se dan a los clubes. Los de rugby reciben cantidades pírricas con relación por ejemplo al baloncesto en cuanto a número de aficionados, masa social y chavales de cantera. Además, el Ayuntamiento ha perdido influencia en la sociedad, con relación a las empresas que puedan ayudar o patrocinar a los clubes deportivos. Unas sinergias que sí hubo con el Real Valladolid de los Fernández y Tomás Rodríguez Bolaños. Por último, incrementaría el centro de la ciudad en cuanto a instalaciones deportivas paliando un evidente déficit. ¡Ah!, y aunque sea tema de movilidad y salud, potenciaría el transitar en bicicleta por toda la ciudad».
Hoy, Óscar Puente, predicando y dando trigo, se marchará también en bici.
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