Falete para curiosos

Falete llenó con su presencia el escenario. Y soltado esto, que había que decirlo, conviene recordar que era el de la Plaza Marcos Fernández, que no es la Mayor, pero sí la principal de Parquesol. Y no es poco. Al principio se veía más de la mitad del cemento, pero poco a poco el zoco se fue llenando de personas, más curiosos que aficionados, todo hay que decirlo. Llegaba al barrio uno de los personajes que más expectación ha despertado en el programa musical de las ferias, escaso de estrellas movilizadoras. Y era más por cachondeo que por admiración. Pero ayer había respeto y gente de todas las edades.

En las primeras filas estaban, casi todas mujeres, las más entregadas y palmeadoras. Y eso que pocos, por no decir nadie, cantaba sus canciones. Solo esa de «miedo, tengo miedo, miedo, de quererte» al principio. Falete, mantón de manila rosa al principio y negro sobre azul celeste después, coleta infinita, pendientes y maquillaje, involucró al público durante esos compases.

«Yo soy del Sur, pero parece que nací en la Patagonia», soltó, mostrando su gusto por el frío para intentar ganarse a un público variado. Los niños, que correteaban, los jóvenes, que curioseaban, los mayores, que estaban por allí, sin quitar ojo pero sin mover un músculo, y los que, atrás, charlaban despreocupados por el flamenco.

Y Falete dejó tiempo a los secundarios. Guitarreo por allí, taconeo por allá, el hombre que aparece para cantar otro palo. «¿Dónde está Falete?», se preguntaba una señora. Y apareció. «Sin miedo, que estamos en un país democrático», arengó a los espectadores. «¡No sabemos qué decir, si guapo o guapa!», se preguntaba la misma mujer para arengar el arranque de genio de 'Lo siento, mi amor'. Y ajena al vozarrón, una niña dormitaba a pocos metros.