La feria quiere la noria más alta de Europa

Si tiene vértigo o le dan miedo las alturas con solo pensarlo, mejor que no siga leyendo. Pero si le van las descargas de adrenalina, las vistas espectaculares y el riesgo controlado, entonces siga leyendo... que a lo mejor está de suerte. Ya ha causado furor en las ciudades por las que ha pasado (en Pamplona, durante los Sanfermines; en Málaga...) y la próxima semana podría recalar en Valladolid, si todo va sobre ruedas. El Real de la Feria quiere albergar, entre otras atracciones, la noria desmontable más grande de Europa, una rueda de 65 metros de alto que podría convertirse en uno de los principales reclamos del recinto ferial para las próximas fiestas de la Virgen de San Lorenzo (que arrancan el próximo 1 de septiembre). El vicepresidente de los feriantes, Marcelino González 'Cholo', explicó ayer que el Real de la Feria albergará este año una nueva noria y que se está trabajando para que la incorporación sea este mastodonte. «Estamos en conversaciones y el próximo lunes lo confirmaremos», asegura 'Cholo', quien confía en que las negociaciones vayan por buen término. El caso es que habrá que cerrarlo cuanto antes porque el montaje de esta noria no es nada sencillo. Para su traslado se utilizan 27 camiones (toda la estructura pesa 600 toneladas) y las tareas para su instalación requieren de varias jornadas de trabajo. Una de las cuestiones que se están estudiando, antes de cerrar su llegada a Valladolid, es la cantidad de parcelas que ocuparía en el Real de la Feria, por si fuera necesario reubicar a otros feriantes.

La noria mide 65 metros de alto, cuando lo habitual en este tipo de atracciones es que ronde los 40. Dispone de 42 cabinas cerradas y climatizadas, con capacidad cada una de ellas para ocho viajeros y accesible para personas de movilidad reducida. Además, está iluminada por 20.000 bombillas led de bajo consumo y las cabinas permiten al pasajero tener una vista panorámica de 360 grados, ya que están acristaladas, y divisar en torno a unos 30 kilómetros cuadrados. La rueda tarda un minuto en dar una vuelta y en otras ciudades el precio por montar ha sido de cinco euros.

En Málaga se convirtió a principios de agosto en todo un fenómeno, sobre todo porque su instalación no estuvo alejada de cierto jaleo, después de que la Agencia Estatal de Seguridad Aérea estableciera que no se debería haber montado en el recinto ferial de la ciudad andaluza porque sobrepasaba 20 metros los límites de altura de las servidumbres del aeropuerto. Al final, el Ayuntamiento consiguió un permiso especial y la noria pudo funcionar con absoluta tranquilidad durante los días de fiestas.

Precios congelados

Con estos precedentes de éxito en otras ciudades, los feriantes confían en que este carrusel recale en Valladolid y se convierta en un foco de atracción para revitalizar el Real de la Feria, donde también se han notado otros años los achuchones de la crisis. De momento, los responsables de los diferentes puestos han decidido asumir el IVA y mantener los precios que cobraban otros años, esto es, 2,5 euros por la mayoría de atracciones y 3,5 para las más espectaculares. «Nos gustaría cobrar menos y hemos pedido al Ayuntamiento que nos rebajara la tasa de ocupación para poder también nosotros bajar los precios, pero el margen que tenemos ya es muy reducido», asegura González, quien añade que además de la posible llegada de la noria hay dos atracciones relevantes este año: una pantalla de cine en tres dimensiones y un platillo volante.

En total serán 132 puestos que incluyen los carruseles para adultos, las atracciones para niños y también casetas de rifas, sorteos y tómbolas donde triunfarán los pitufos y... las serpientes de peluche de dos metros de largo que ya se dejaron ver el año pasado por el Real de la Feria. Sin olvidarnos, claro, de Bob Esponja, que va camino de convertirse en un clásico (con el permiso del Perrito Piloto).