Unos kilos de cultura en la bolsa de la compra
Cinco compañías locales desembarcan en el Mercado del Val
ANTONIO CORBILLÓN
Viernes, 25 de mayo 2012, 22:36
Pero tú crees que es normal. Y yo ¿qué hago? ¿Me pongo también a ver el espectáculo? Una de las fruteras del Mercado de Val resumía así su impresión del teatro de calle cuando tomas las calles. Eso de la intervención urbana y de la calle como escenario suena muy vienen los foros de debate. Otra cosa es cuando nos afecta a la bolsa. La jornada del Festival de Artes de Calle de Valladolid contempló hoy el asalto de seis miniproducciones del propio festival (cinco de Valladolid) de varios puestos de ese céntrico mercado al que le queda poca vida. Carreras por los estrechos pasillos, amas de casa pidiendo paso con el carrito sin muchas ganas de enterarse del porqué de la rutina rota, y algunos usuarios que debían compartir la cola de la pescadería cercana con los mirones que solo han venido a comprar arte (por eso llegan y se van con las manos vacías, sin bolsas ni prisas, ni nada). Y allí está el faquir Eduard metiéndose un tornillo por la nariz con un taladro, mientras una mujer que pide unos filetes rusos en el puesto de al lado cierra los ojos tras abrirlos como platos. Y en la cámara frígorífica donde antes había carne, Guetto 13/26 ha metido una tele de plasma en la que proyecta imágenes de una mujer. En la ota esquina, la compañía Puto Periodo ha convertido un puesto vacante en un camerino donde se desenvuelven las mil caras del artista (en el puesto de al lado clientes y dependientes también hacen teatro de la buena urbanidad en el comprar y el vender). En el mismo espacio Rosa de Algeciras se eleva sobre el murmullo de peticiones, preguntas de precios y entrega de cambios, y llena el aire de sonidos sureños y flamencos. Este inusual fresco, que se repetirá mañana por último día, lo completan los ex alumnos de la Escuela de Arte Dramático, que realizan una coreográfica tarta de cumpleaños a ritmo de Mozart. Los que abandonan el mercado por la puerta de la Plaza del Val aún pueden sentarse y apostar por un peinado moderno y ecológico echo con esencias de frutas gracias a la particular peluquería de los Lokolook (Lacafruit).
La calurosísima mañana del Festival repitió las sensaciones de la jornada anterior con Claire, los portugueses Fiar o los héroes de la verticalidad y el riesgo, Lézards Bleus y Galizian Urban Proyect, aunque hubo paso para nuevos reencuentros, como los valencianos Visitants. Amigos de excesos pirotécnicos y grandes propuestas para llenar la calle de ritmo y sonido en otros tiempos, los castellonenses apuestan esta vez por un espectáculo callejero pero íntimo en el que Judith & Paul son un par de ancianos en zancos que se buscan por la calle Santiago mientras buscan también sus recuerdos y su pasado, robados por ese temido señor de apellido alemán llamado Alzheimer.