Valladolid rescata a los músicos del 'Titanic' un siglo después del naufragio

Dicen las hemerotecas que 1.517 personas se hundieron con la leyenda del 'Titanic', pero han sido ocho, solo ocho, los que han encontrado un lugar en la memoria colectiva. Son los ocho músicos del 'Titanic', la orquesta que continuó interpretando valses y polkas, incluso cuando el agua comenzaba a diluir sus partituras. Hay quien los presenta como héroes. Otros, como servidores que siguieron adelante con su cometido y cumpliendo con la petición que les hizo su capitán de permanecer en sus puestos. Pero para la mayoría son un ejemplo de profundo amor a la música.

Valladolid rindió ayer, un siglo después del hundimiento del transatlántico, un homenaje a estos músicos de la mano del grupo de cámara Contrapunto, en un espectáculo dirigido e ideado por Ernesto Monsalve y organizado por la asociación de vecinos Parque Alameda-Paula López, que con este recital celebraba su tercer concierto de primavera.

El repertorio de la velada estuvo compuesto por aquella obras que, según los documentos que se pudieron rescatar del barco, sonaron durante la travesía del 'Titanic'. Entre otras, piezas de Mozart, divertimentos de Debussy y valses de Strauss. Las obras que los pasajeros pudieron escuchar en el comedor, a la hora del té o en último baile que se organizó a bordo del buque. Y, como colofón, 'Near my god to thee', la obra que, dicen, interpretaron los músicos antes de que el agua silenciara sus instrumentos. Esta tonada se escuchó anoche, en el centro cívico José María Luelmo, acompañada de 'Ángel de la música', poema de Carlos Aganzo que ensalza la figura de unos músicos que ayer, un siglo después, volvieron a subirse a un escenario.