Tras los pasos de la leyenda
F. GÓMEZ
Viernes, 23 de octubre 2009, 03:01
No hay castillo que se precie que no tenga sus buenas mazmorras y su propio fantasma. El del Buen Amor ha reconvertido las mazmorras en comedor pero las historias protagonizadas por su fantasma han hecho correr ríos de tinta, propagando su popularidad. Hasta el célebre Grupo Hepta -una institución en el mundo de la parapsicología- celebró una de sus sesiones en el castillo.
Las afirmaciones de este grupo insisten en corroborar la presencia de una Dama Blanca que lleva a cabo una rutina formada por el recorrido de distintos pasillos, escaleras y habitaciones, como si se negara a asumir su muerte o como si vagar atormentada por las penas del desamor.
Para la tradición popular no hay duda, esta dama es la célebre María de Ulloa, la amante del arzobispo más famoso de la historia de Salamanca, Alonso de Fonseca, Patriarca de Alejandría. Sin embargo, la Historia a veces endereza lo que el tiempo tuerce, y hoy no hay duda de que aquel arzobispo nada tiene que ver con el castillo, que fue reedificado por otro obispo, éste de Ávila, Alonso de Fonseca Quijada. Y sí, en el palacio hubo amores prohibidos, con Teresa Cuevas, de quien nacieron nada menos que cuatro hijos, uno de ellos, don Gutierre, públicamente legalizado como hijo del obispo y reconocido como primer señor de Villanueva del Cañedo.
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