Los clientes de un hostal de Ataquines retienen a golpes a un atracador armado

Tres encapuchados, pertenecientes a una peligrosa banda de atracadores rumana afincada en Vicálvaro (Madrid), accedieron a las 3.30 horas de ayer al bar del hostal Los Arcos, situado en el kilómetro 141 de la N-VI, en Ataquines. Los indeseables 'clientes', que iban armados con barras de hierro y palos, amenazaron a los presentes -un camarero y tres clientes- y se liaron a golpes con las máquinas tragaperras. Lo que no esperaban fue la reacción de las, en principio, indefensas víctimas.

Estos últimos decidieron enfrentarse a los asaltantes a golpes y, entre los cuatro, lograron retener a uno de los delincuentes. Los otros dos lograron huir con las manos vacías a bordo de un coche dejando abandonado a su compinche.

Lo que quizás no sabían los testigos que decidieron pasar a las manos es que el después detenido, un joven rumano de 29 años, F. T., pertenecía a una banda más que «peligrosa que cuenta en su haber con la friolera de 36 atracos con violencia», de idéntica factura al de ayer, cometidos a lo largo del territorio nacional -17 de ellos en Castilla y León, incluidos 2 en Valladolid- hasta la aparente desarticulación de la banda el 25 de noviembre, cuando fueron detenidos sus doce integrantes en Madrid.

F. T., en concreto, tiene un historial de vértigo con 39 antecedentes por robos con violencia, siempre en establecimientos hosteleros, y 70 diligencias judiciales abiertas. Y aún así estaba en libertad. Pero ayer volvió a visitar los calabozos de la Guardia Civil -fue detenido a las 3.55 horas- previo paso por el Servicio de Urgencias del Hospital de Medina del Campo para ser atendido de las lesiones, de carácter leve, que sufrió en su encontronazo con los clientes .

La Benemérita busca ahora a sus compinches y fuentes del Cuerpo indicaron ayer que ya tenían conocimiento de la vuelta a la actividad de la banda después de las denuncias presentadas días atrás por otros dos hosteleros del entorno que sufrieron robos similares.

El hostal, lugar de paso habitual de camioneros, abrió ayer sus puertas con absoluta normalidad.