Caja Segovia hará «lo imposible» para que la sillería del Parral regrese al monasterio
La pieza, trasladada a Madrid a raíz de la desamortización de 1836,se exhibe estos días en el Torreón de Lozoya en una exposición
CARLOS ÁLVARO
Sábado, 14 de febrero 2009, 11:00
La Historia, en ocasiones, ofrece una segunda oportunidad. A la sillería de coro del Monasterio del Parral parece haberle llegado 173 años después de dejar Segovia. De momento, ha regresado a la vera del Acueducto, que no es poco, aunque lo haya hecho dentro de la exposición 'Mecenazgo y poder en la España del siglo XVI. Colecciones del Museo Arqueológico Nacional', que ayer abrió sus puertas en el Torreón de Lozoya con motivo del ciclo cultural 'Segovia Renacentista', organizado por Caja Segovia. Pero el objetivo es que esta pieza que Bartolomé Hernández Alemán talló en 1526, y que sufrió las vicisitudes de la controvertida desamortización de Mendizábal en 1836, regrese a Segovia en un futuro próximo.
Esto es lo que pretende Caja Segovia, y así se lo hizo saber su presidente, Atilano Soto, a la directora del Museo Arqueológico Nacional, Rubí Sanz, en el transcurso de la apertura de la exposición. Soto subrayó que la entidad está dispuesta a hacer «todo lo posible, e incluso lo imposible» para que la sillería de coro del Parral regrese al Monasterio, de donde nunca debió salir.
La idea es que el Museo Arqueológico Nacional mantenga la propiedad de la obra y que comparta con Caja Segovia los gastos que genere su mantenimiento, según se desprende del 'ruego' realizado por Soto con los periodistas como testigos. «Naturalmente, el museo mantendría la propiedad, pero el cuidado podría ser conjunto, poniendo en ello todo el cariño del mundo y haciendo lo que sea necesario para que permanezca siempre entre nosotros, porque será como un vínculo que nos una a ese pasado nuestro tan importante, pero también una seña de identidad de la vitalidad cultural de Segovia. No me quedaría tranquilo si no lo pidiera».
Atilano Soto le dijo a Rubí Sanz que la sillería estaría mejor en Segovia, «porque el Monasterio del Parral es un lugar muy visitado y visitable, y además es el lugar donde en su día estuvo. Nosotros ya hemos pasado la página de la desamortización y el regreso del coro del Parral abriría una nueva página para Segovia. Transmite por la vía adecuada la propuesta que os hace Caja Segovia porque estoy seguro de que será un acierto para el museo que el pueblo segoviano os va a agradecer». Por su parte, la directora del Museo Arqueológico Nacional se comprometió a trasladar el ruego al Ministerio de Cultura, «con la seguridad de que se valorará y se estudiará, porque es algo que hay que meditar muy bien», declaró.
El traslado de la sillería sacaría a la luz una auténtica obra de arte porque el Museo Arqueológico Nacional no la exhibe desde el año 1969, cuando la retiró de sus salas con motivo de una reforma semejante a la que ahora se encuentra acometiendo, según la historiadora y comisaria de la exposición, Carmen Mañueco Santurtún.
La exposición
La sillería luce estos días en todo su esplendor en las salas del Torreón de Lozoya. Merece la pena acercarse e invertir unos minutos en contemplar la belleza de la talla. Ayer, a la inauguración de la exposición, acudieron varios frailes del Parral, que no dudaron en fotografiarse delante de la pieza. Ésta ocupa un lugar muy especial en el entramado de una exposición montada con gusto exquisito. La sillería fue tallada en 1526 con un programa iconográfico «muy interesante», según puso de manifiesto la comisaria, pues la temática de los relieves es el Apocalipsis, basado formalmente en estampas de Alberto Durero. La iconografía de la sillería alta, con sus espectaculares respaldos tallados, se adelanta a los presupuestos del Concilio de Trento al potenciar la imagen de los santos como mediadores válidos entre el cristiano y Dios. La huella segoviana se percibe en la presencia de San Frutos, patrono de Segovia.
La pieza que se muestra en el Torreón procede del Museo Arqueológico Nacional, pero hay otra parte que se encuentra en la Basílica de San Francisco el Grande de Madrid, donde se reubicó tras la desamortización decimonónica.
La exposición también está integrada por más de ochenta piezas correspondientes al periodo renacentista: pinturas, esculturas, objetos de platería, tapices o retablos de esmalte. El recorrido se divide en tres espacios diferentes que a su vez se corresponden con otros tantos sectores de la vida en el siglo XVI: el mundo religioso, el civil y el funerario, según explicó Carmen Mañueco, que en el montaje ha contado con la colaboración del equipo de Caja Segovia encabezado por Rafael Ruiz Alonso. Dentro del ámbito religioso se inscribe la presencia de un 'Cristo atado a la columna', obra de un desconocido seguidor de Miguel Ángel, y el dramático 'Llanto sobre Cristo muerto', una escultura anónima perteneciente a la Escuela Palentina.
La comisaria de la muestra destacó asimismo la presencia de dos tapices de la serie 'Los Apóstoles' que toman como cartones los que pintó Rafael para el Papa, en el año 1510, y tejidos en Bruselas; así como un retrato de Felipe II, de Sofonisba Anguissola, otro de su hijo, el rey Felipe III, obra de Pantoja de la Cruz. Este último cuadro lo compró el Patronato del Alcázar de Segovia hace un mes.
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