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J. ASUA
Viernes, 30 de enero 2009, 10:31
Literalmente en la calle. Valladolid cuenta desde ayer con 295 parados más. De un plumazo, casi trescientas familias de la provincia se apuntan sin esperárselo al drama del desempleo. Los trabajadores de Sitel, una empresa de teleoperadores subcontratada por ONO, se levantaron ayer de sus camas con intención de acudir a sus puestos en el Parque Tecnológico de Boecillo. En las puertas de la sede de la compañía telefónica les esperaba una desagradable sorpresa: Seis guardias de seguridad para impedir su entrada, cuando a diario hay uno, y una carta en la que les anunciaban su despido. Así, sin previo aviso.
De dos en dos y escoltados en todo momento fueron pasando a las instalaciones para firmar las misivas con un 'no conforme' y recoger sus efectos personales. Responsables de ONO y Sitel vigilaban sus movimientos para evitar la salida de datos confidenciales de los clientes. «Peor que si fuéramos delincuentes, nos han echado como a perros», subrayaban los afectados que no terminan de creérselo. A los del turno de tarde la noticia les llegaba de sus compañeros por teléfono y se confirmaba luego con un frío burofax.
La razón que alega Sitel: la finalización del contrato de obra con la compañía telefónica. Para los empleados se trata de «un expediente de regulación encubierto y totalmente ilegal», porque trabajo sigue habiendo. «Con uno de nuestros sueldos pagan a cuatro personas en las plataformas que Sitel tiene en Chile y Colombia», recalcaban durante la asamblea que celebraron por la tarde en la Casa de las Palabras, uno de los locales que la Confederación General del Trabajo (CGT), sindicato mayoritario en el comité, tiene en el centro de la capital.
El efecto dominó
Había rumores, pero como los hay en todas las empresas desde que España ha entrado en el torbellino de la crisis. Sabían que podían formar parte de un efecto dominó después de que ONO anunciase un ERE para 1.300 trabajadores el pasado mes de octubre. No obstante, al comité de empresa no se le había dado ni una pista de lo que podía pasar. «Nos habían convocado para hoy para una reunión ordinaria y nos hemos encontrado con esto», explicaban. De hecho, el martes habían mantenido contactos con los responsables de Sitel y en ningún momento se trasladó la idea de que podrían producirse despidos.
De los 295 trabajadores, 247 están en nómina y el resto en excedencia por diferentes razones. La mayor parte de los empleados en activo, cerca del 90%, son mujeres de entre veinte y 45 años y tenían un contrato por obra o servicio. Llevaban de media entre seis y nueve años de vinculación laboral. La empresa les abonará ocho días por año trabajado, «una miseria», según comentaban a las puertas de la sede de Ono.
A los que disfrutaban de contrato indefinido se les despide por razones disciplinarias con el reconocimiento de la improcedencia. Cobrarán 45 días por año trabajado. Otras 15 personas con contrato fijo que disfrutaban de permisos de maternidad, reducción de jornada o que pertenecen al comité se les ofrece o bien veinte días por año trabajado o su traslado al centro que Sitel tiene en Sevilla. «¿Alguien cree que con sueldos de 700 o 900 euros alguien puede aceptar un cambio de ciudad con lo que eso supone?», se preguntaban.
En el edificio de ONO en Boecillo la operación de este despido masivo la controlaba el director de recursos humanos de Sitel, que aceptó salir para hablar con EL NORTE. Francisco José Ullate justificó el refuerzo de la seguridad ante la posibilidad de que se pudieran producir situaciones conflictivas. Respecto a la obligación legal de advertir a los trabajadores con quince días de antelación, el directivo aseguró que el convenio contempla la posibilidad de omitir el preaviso siempre que se remunere esa quincena, «algo que se va a cumplir».
La decisión de ONO de reducir el número de trabajadores de la compañía afectados por el expediente de regulación está detrás del despido en Sitel. Según explican los responsables de esta última firma, ONO volverá a asumir parte de los servicios con los empleados que se salven de su ERE. Los afectados no se lo creen.
Ya por la tarde, los trabajadores acudieron una asamblea en la que se percibía una sensación a medio camino entre la incredulidad, la impotencia y la rabia. El comité ha pedido la intervención de la Junta de Castilla y León, a través del consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, así como una reunión con el subdelegado del Gobierno, Cecilio Vadillo. Los damnificados quieren que los responsables públicos les ayuden, que para eso están.
Ayer se organizaban para denunciar el caso ante los tribunales con el objetivo de que Sitel dé marcha atrás y readmita a los despedidos. La otra posibilidad es lograr las máximas indemnizaciones. La plantilla ha convocado una manifestación para hoy a las 11.00 horas que saldrá de Fuente Dorada. «Nos tenemos que hacer oír, los ciudadanos de Valladolid tienen que saber esto», afirman.
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