«Ahora se arreglan más abrigos viejos por la crisis»

Utiliza el dedal y la máquina de coser con destreza. No en balde lleva 18 años al frente de su taller de costura en el barrio de La Rubia. Ahora, en época de rebajas, el trabajo de Dolores del Ser crece.

-¿Se trabaja más ahora con las rebajas?

-A mi el trabajo no me ha faltado, pero sí que es cierto que entran más pantalones para arreglar. Quizás el hecho de que se compre ropa tan barata, supone para algunos no llevar las prendas al cose todo.

-En todos estos años, ¿ha notado diferencias dentro de una misma talla?

-La verdad es que a veces las prendas del mismo fabricante, incluso, tienen diferencias. Creo que eso Se debe al afán de vender tanto, y a veces se confunden de tallas al repartirlas.

-¿Se ha perdido la costumbre de hace décadas de darle a la madre, o a la mujer, el pantalón para que lo metiese?

-Sí, totalmente. Ahora no se sabe coser y te lo traen al cose todo porque no hay tiempo para meter ni el bajo de un pantalón. Cada uno tiene su actividad profesional. A mi taller vienen clientes con prendas para coser en el día. Eso sucede incluso con novios que se dan cuenta que el traje que han comprado en la tienda no les queda bien cuando se lo prueban la víspera de la boda.

-¿La profesión de costurera está reconocida socialmente?

-Creo que no. La gente piensa que es un trabajo caro, cuando es una de las actividades que menos se cobra si se tiene en cuenta el tiempo invertido. ¿O es caro meter unos bajos desde 4 euros? Claro que algunos piensan que hay que hacerlo gratis.

-¿Cuál es la prenda que más le traen al taller?

-Los pantalones, las camisas y este año muchos trajes y abrigos. Y no ha sido por el mal tiempo que ha hecho estas semanas. Creo que la crisis ha hecho presencia, y se han sacado prendas del armario para recuperarlas ajustándolas un poco.

-¿Sus clientes son más mujeres que varones?

-Pues de unos años a esta parte el hombre es el que suele traer la ropa. De cada diez clientes, cuatro son hombres. La igualdad ha avanzado en este sentido y ahora echar una mano o traer el pantalón a coser no está mal visto.