
DOLORES ALONSO
Viernes, 16 de enero 2009, 01:43
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Impresionan algunas fotografías de la exposición 'Utopía' -estos días en San Benito-, porque transmiten con emoción la desesperanza ante la imposibilidad de cambiar el mundo. En el caso de la arquitectura racionalista, a través de esos edificios, ahora yacentes. En ese pensamiento, amplificado por el silencio absorto de la nieve en la mañana del martes, encontraban eco los retazos de las mil noticias sobre eres, caídas de ventas, disminuciones de producción, paro. Como si también esto fuera la decadencia de la utopía de la sociedad del bienestar -¿o del despilfarro?-. Al llegar a casa busqué información sobre esos edificios de 'Utopía' y me enteré de algunos no habían sido demolidos sino reconstruidos o terminados, como el conjunto de viviendas, iglesia y estadio de Le Corbusier en Firminy-Vert. Ayer, mientras contemplaba los lunarcitos negros que iba dejando en mi pantalón el barrillo de grasa de coche que saltaba del carril bici, impulsaba el pedaleo con un pensamiento rítmico: año de nieves, año de bienes, año de nieves, año de bienes.
Aunque hará falta, como reclamaban estos días los empresarios, que los bancos empleen ya el jugoso dinero que se les ha inyectado, concediendo créditos, para que la reactivación que algunos se atreven a pronunciar no sea algo utópico.
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