Segovia da el último adiós a Luis Conde

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, presidió ayer en la Academia de Artillería de Segovia, el funeral de Estado por el brigada Luis Conde de la Cruz, asesinado el lunes por ETA en Santoña, e impuso sobre el féretro, situado en el centro del patio y cubierto con la bandera de España, la Medalla al Mérito Militar con distintivo amarillo.

El Patio de Órdenes de la Academia acogió el solemne funeral que ofició el obispo de Segovia, Ángel Rubio, celebrado en la intimidad por deseo de la familia, ya que asistieron sólo sus compañeros y familiares, además de Rodríguez Zapatero; el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; el del Congreso de los Diputados, José Bono; los ministros de Defensa e Interior, Carme Chacón y Alfredo Pérez Rubalcaba; el jefe del Estado Mayor del Ejército, Fulgencio Coll; el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla; al jefe del Estado Mayor de la Defensa, José Julio Rodríguez; al delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo; al alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, y al general director de la Academia de Artillería, Ricardo Sotomayor.

También acudieron al funeral el consejero de Interior del Gobierno Vasco, Javier Balza; el presidente del PP, Mariano Rajoy, la portavoz parlamentaria del PP en el Congreso, Soraya Saez de Santamaría; el vicesecretario general del PSOE, José Blanco; el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares; el secretario general del PSCL. Óscar López, y la diputada de UPyD Rosa Díez.

Féretro a hombros

En la homilía de la ceremonia religiosa, el obispo de Segovia ha expresado su deseo de que termine la violencia terrorista «que genera el mayor daño moral en la sociedad». La viuda y el hijo del militar, María Lourdes e Iván, mostraron su serenidad durante el sepelio y, al finalizar la imposición de la Medalla al Mérito Militar, recibieron la bandera y la condecoración que les entregó el jefe de Estado Mayor del Ejército, Fulgencio Coll. Los compañeros del brigada asesinado y los de su hijo y todos los asistentes entonaron con encendida emoción el Himno de Artillería, el de España y 'La muerte no es el final', antes de que la marcha fúnebre anunciara la salida del féretro del centro de enseñanza militar donde trabajaba el fallecido.

Los compañeros de Iván en la escuela Básica de Suboficiales portaron en hombros los restos de Conde hasta el vehículo que los trasladó a Valladolid, donde fueron incinerados. Cerca de quinientas personas que esperaban en la calle alternaron los aplausos y el respetuoso silencio durante muchos minutos, el tiempo que tardaron en salir por la puerta principal de la Academia de Artillería una larga fila con más de cuarenta coronas de flores precediendo a la viuda, el hijo y los familiares del militar asesinado. La esposa de Luis Conde salió del brazo de su hijo Iván y del jefe inmediato de su marido, el coronel López Carrillo, mientras lanzaba besos a los demás compañeros del brigada asesinado. Tras ellos salieron los políticos, visiblemente emocionados, especialmente la ministra de Defensa, Carme Chacón, que lloró durante el funeral y mantenía el gesto desencajado.

El presidente de Cantabria, Miguel Revilla, manifestó a la salida que no habría tenido inconveniente en hablar con el consejero vasco de Interior, Javier Balza, presente también en el funeral y mantuvo su postura al considerar que los nacionalistas vascos deben dejar su «ambigüedad política».