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EUROPA PRES
Miércoles, 16 de julio 2008, 03:20
La empresa constructora Martinsa-Fadesa tiene contraída una deuda de 35 millones con Caja de Burgos y de diez millones de euros con Caja de Ávila, dos de las tres cajas que forman parte del accionariado de esta compañía, según informaron fuentes de ambas entidades de ahorro. En concreto, la participación de Caja de Burgos en el capital de Martinsa-Fadesa es del 0,87%.
Respecto a la situación de la empresa constructora, Caja de Burgos aseguró que gestionará este concurso de acreedores como cualquier otro. Tras reconocer que este tipo de circunstancias son propias del negocio de Caja de Burgos como entidad financiera, las mismas fuentes recordaron que la política de la caja desde el año 2005 es la de una mayor dotación de provisiones, un hecho que ha realizado durante todo este año.
Caja de Ávila figura como acreedora de Fadesa con 10 millones de euros, según la entidad abulense, que reseña que se trata de «un porcentaje muy pequeño».
Martinsa-Fadesa presentó ayer ante la autoridad laboral un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a 234 empleados, la cuarta parte (el 26,5%) de la plantilla de 880 trabajadores con que actualmente cuenta la empresa, según informaron fuentes de CC.OO. y UGT.
Los responsables de Recursos Humanos de la inmobiliaria que controla y preside Fernando Martín cuantificaron a los representantes de los trabajadores la dimensión del ajuste de plantilla previsto en la empresa para adaptarla a las nuevas condiciones del mercado en una reunión celebrada en la mañana de ayer en Madrid.
Federación del metal
En fuentes de la Federación de Metal, Construcción y Afines de UGT (MCA-UGT) expresaron la preocupación del sindicato, no sólo por los efectos del ERE sobre la plantilla de Fadesa, sino por su impacto en subcontratas que emplean a unas 3.000 personas y en las empresas proveedoras.
Por su parte, el portavoz de la Federación de Construcción, Madera y Afines de CC.OO., Antonio Garde, adelantó que «exigirán» a la dirección de la empresa un plan de viabilidad que garantice el futuro de la compañía a «medio y largo plazo», además de «las mejores condiciones para los trabajadores que tengan que abandonar la compañía.
En su opinión, la situación económica de Martinsa-Fadesa es «terrible», por lo que mostró su preocupación por que ello conlleve su desaparición en un plazo breve de tiempo.
La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró que el Ejecutivo central trabaja para «mitigar» las consecuencias de la suspensión de pagos de Martinsa-Fadesa y «atender a sus trabajadores en el marco de los Expedientes de Regulación de Empleo que puedan plantearse», dijo. El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, aseguró que el Estado «no está» para salvar empresas con dificultades, sino para crear las condiciones adecuadas para que «quien tenga ganas» monte su negocio y genere riqueza y empleo.
«No dejar de pagar»
El ministro de Industria, Miguel Sebastián, comentó ayer que es un «buen momento para que el Gobierno compre suelo y lo destine a uso público», como alternativa a su intervención directa en casos similares al de la constructora Martinsa-Fadesa. «El 'pobre de mí' es para los sanfermines», dijo, y «no tiene nada que ver con el sector inmobiliario.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda a las familias que tienen comprado un piso a Martinsa-Fadesa y están pendientes de su entrega que «no dejen de pagar», ya que de lo contrario «se produciría una ejecución judicial por impago y las familias estarían perdidas».
El primer accionista de Martinsa-Fadesa, el vallisoletano Fernando Martín, ha puesto a disposición del G-14 que aglutina a las trece principales inmobiliarias del país.
Provisiones de bancos
El primer socio de Martinsa es Fernando Martín, con el 45,12% de su capital, por delante de su socio Antonio Martín (14,89)); Bancaja (6%), los hermanos Salazar (Sos Cuétara) y el empresario Juan Carlos Rodríguez Cebrián (con entre un 6% y un 8% cada uno de ellos), y tres cajas de ahorros con alrededor de un 1% cada una.
La petición de concurso voluntario de acreedores hizo ayer mover ficha rápidamente a los bancos acreedores de Martinsa-Fadesa. Sobre todo a los que el pasado mes de mayo le refinanciaron 4.000 millones de euros. Entre estos, La Caixa, Caja Madrid y Popular, que suman 2.400 millones en créditos a la compañía.
Las tres entidades anunciaron ayer que han provisionado (apartado) dinero suficiente para cubrir los más q ue posibles impagos de la inmobiliaria. La caja madrileña ha puesto a buen recaudo 250 millones de euros; la catalana, otros 192 millones mientras Popular, ha hecho lo propio con 100 millones.
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