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Iban Mayo ataca el puerto./ EL NORTE
CICLISMO

El Tour cabe en 21 curvas

La subida al ahora mítico Alpe d'Huez llegó tarde a la carrera, en 1952, pero desde entonces resume lo bueno y lo malo de la ronda francesa

J. GÓMEZ PEÑA ENVIADO ESPECIAL. BREST

Viernes, 4 de julio 2008, 04:38

Del Tour de siempre hablan las rampas del Tourmalet, el Galibier, el Izoard o el Puy de Dome. Para saber del Tour moderno basta con escuchar al Alpe d'Huez, que regresa el próximo 23 de julio. Nadie resume como él la historia reciente de la Grande Boucle: la leyenda convertida en éxito popular, la aventura de un deporte único, la necrosis del dopaje... Una biografía repartida no en capítulos sino en curvas: 21. Es un puerto con todo a favor. En su acta de nacimiento figura el nombre de uno de los grandes: Coppi, el primero en ganar allí, en 1952. Mediado el siglo. Justo en el cambio de era. Aquélla fue la primera edición retransmitida por televisión. Coppi, en blanco y negro. El ciclista que dio el testigo entre el viejo y el nuevo Tour. Para cuando la carrera volvió allí, en 1976, ya era un espectáculo mediático, masivo. Lo mejor y lo peor del Tour concentrado en esos 14,5 virados kilómetros.

El Alpe d'Huez lo inventó un pintor del pueblo que está en su falda, Bourg d'Oisans. De nombre: Jean Barbaglia. Lo hizo con una pregunta: «¿Y por qué no traemos el Tour aquí?». Georges Rajon, propietario de uno de los hoteles de aquella joven estación de esquí, tradujo la respuesta en números. Hacían falta 3.000 euros para contratar la etapa. Era una inversión. Arriesgada, parecía. Resultó inmejorable. La bicicleta fue el mejor vehículo para descubrir la nieve de Alpe d'Huez. Y más con un ganador como Coppi. Imposible un mejor bautizo para el primer final en alto en la vida del Tour. Ese mismo año, Hussein se sentaba en el trono de Jordania con apenas 16 años. Y ese mes de julio, Emil Zatopek engarzaba las medallas de oro en 5.000, 10.000 y el maratón de los Juegos de Helsinki. En Francia, Coppi descubría Alpe d'Huez.

Era la décima etapa. En la salida de Lausana, el líder del Tour, Andrea Carrera, lustraba con mimo las zapatillas de su jefe de equipo, Coppi. Carrera era líder casual. Hasta pidió perdón al gran Fausto. Sin problemas. Alpe d'Huez iba a ordenar la clasificación. Con la tele de testigo. Primero atacaron Geminiani y Robic, la gárgola francesa. Coppi reaccionó. Cabeza alta. Chepa. Piernas sin fin. El menudo Robic le soportó dos acelerones. Al tercero, adiós. Bienvenida la leyenda de Alpe d'Huez: Coppi vence en la cima, se viste de amarillo con cinco segundos sobre Carrera y conserva el liderato hasta París. Y el mundo lo vio enmarcado en una pantalla. Una ventana mágica sobre el Tour.

Del Alpe d'Huez también es uno de los grandes escándalos del Tour. El de 1978. Fue una edición convulsa. Liada. En los Pirineos, los corredores habían hecho huelga. Piernas caídas. Tras la etapa del Tourmalet, un atasco de tráfico copado de aficionados detuvo a los ciclistas camino de los hoteles. Llegaron a Tarbes de noche. Ni masaje ni casi cena. A las cuatro de la madrugada sonó la diana. Ese día había doble sector: etapa por la mañana y por la tarde. El pelotón reventó. Paró. Félix Levitan, patrón del Tour, anuló la jornada. Dejó la carrera en manos de los Alpes. Pero allí se quebró aún más. En Alpe d'Huez. Arriba, el carmín de las azafatas premió al belga Michel Pollentier, 38 segundos más rápido que Kuiper y 56 que Hinault. Líder. Aunque efímero. Subió tan veloz como luego fue lento en el control antidopaje. No meaba. Venga a dar vueltas en la caravana que hacía de laboratorio. En eso, de tapadillo, sacó una bolsa de plástico oculta en una axila. Llena de orina de otro. De alguien que no había consumido un fármaco denominado 'Alupin', de moda entonces. Los médicos antidopaje le pillaron. Y el Tour le expulsó. Pecado en el gran templo del Tour moderno.

Alpe d'Huez es una especie de 'Maracaná' del ciclismo. Un millón de espectadores. Repartidos en los 21 balcones de sus curvas. Una fiesta que dura tres días y que se puede subir en apenas 37 minutos y 35 segundos. Ése es el récord de Marco Pantani. Data de 1997. Ni Armstrong ha podido con él.

«Subo tan rápido para dejar antes de sufrir», dejó dicho como lema vital el Pirata. Esa frase resume su vida; también su muerte por sobredosis de cocaína. Subir para caer. El de 1997 fue el Tour que ya no corrió Induráin; el único que ganó Ullrich; el año que Armstrong derrotó al cáncer. Pantani era sólo un joven italiano calvo prematuro y escalador. Había ganado allí dos años antes. Pero no a esa velocidad.

Ya se movió en la curva 20, en la segunda. Riis, Virenque y Ullrich se le agarraron. El danés claudicó en el giro 16. En el lazo número 12 cayó Virenque. Curva con forma de soga. Ullrich cejó unos metros después. Nadie ha subido nunca Alpe d'Huez como aquel día Pantani. Pisó como tercero el podio de París, a 14 minutos de Ullrich. Un año después, el maldito 1998 del 'caso Festina', el 'Pirata' resucitó en el Galibier un Tour asfixiado por el dopaje. Lo ganó. En 1999, en un Giro que ya era suyo, sobrepasó el límite legal de hematocrito. Desde ahí, el escalador más veloz no dejó de bajar. Caída libre. En el Alpe d'Huez queda su herencia. La plusmarca.

De Holanda a España

«Este puerto es ya como una de las grandes clásicas», definió el ex patrón del Tour Jean Marie Leblanc. Es la imagen del Tour. Hornillos de gas y sacos de dormir por la noche. Pintura sobre el asfalto de día. Y cerveza. Y banderas. Primero fue la cima de los holandeses. De Zoetemelk, Kuiper, Winnen, Rooks y Theunisse. Siempre ha sido de los italianos. Desde Coppi a Bugno, Conti, Guerini y Pantani. También pasó dos veces por las manos de Armstrong. Y de Hinault, que allí se resignó a conceder el Tour'86 a Lemond. Y de dos vascos en fuga: Etxabe y Mayo. Y de Frank Schleck en 2006, el último ganador, el que cierra la lista de Coppi. En menos de tres semanas habrá otro nombre. Un millón de voces repartirán sus ánimos en 21 curvas. Y más aún al otro lado de la pantalla. Que allí empezó la versión moderna del Tour. Con lo bueno y lo malo concentrado en 14 kilómetros.

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