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Eduard Estivill, especialista en conductas del sueño. / VICENS GIMÉNEZ
«Para dormir bien hay que saber decir no durante el día»
EDUARD ESTIVILL MÉDICO PEDIATRA, ESPECIALIZADO EN ALTERACIONES DEL SUEÑO

«Para dormir bien hay que saber decir no durante el día»

El autor de 'Duérmete niño' y de 'Recetas para dormir bien' afirma que la cama está sólo para dormir, hacer el amor y «para nada más»

FERMÍN APEZTEGUIA

Lunes, 12 de noviembre 2007, 01:32

«Lo mismo que la cuchara debe utilizarse sólo para comer, la cama debe reservarse para dormir y hacer el amor. Nada más». No lo dice cualquiera. La afirmación pertenece al médico que, probablemente, más sabe en España sobre dormir bien. Eduard Estivill, director de la clínica Dexeus y coautor de títulos superventas como 'Duérmete niño' y el más reciente 'Recetas para dormir bien'.

-¿Cuántos niños calcula que han aprendido a dormir con usted?

-Hemos atendido en nuestra consulta más de 3.000 y otro millón y medio de padres han leído el libro.

-¿Realmente es necesario aprender a dormir, algo que parece tan natural como respirar?

-Dormir bien es un hábito que se aprende, igual que comer adecuadamente o limpiarse los dientes con un cepillo. Hay niños que aprenden rápidamente y otros a los que les cuesta un poco más.

-¿Por qué tantos duermen mal?

-Les faltan rutinas que los padres no llevan a cabo con normalidad. Es algo lógico y producto de nuestra sociedad. Tenemos mucha presión en el trabajo y poco tiempo para estar con nuestros hijos. Por eso tendemos a sobreprotegerlos.

-¿Para enseñar a dormir a un niño hay que dejarle que llore?

-No. Este es el error más grande que comete la gente. Los que aplican bien el método de nuestro libro, verán que es justo lo contrario. A un niño hay que enseñarle con afecto, explicarle, repetirle y no dejarle abandonado a que llore.

-¿Qué es el 'método Estivill'?

-Nosotros proponemos que cuando se deje al niño a dormir, hay que explicarle que tiene que empezar a hacerlo. Hay que hablarle con cariño y acudir a su lado continuamente, al cabo de un minuto, dos, tres, espaciando cada vez más las visitas para que aprenda a dormir correctamente, pero nunca abandonarlo.

-¿Pero cuando uno abandone la habitación, el niño romperá a llorar como un loco!

-Sí, el mismo tiempo que se pasa llorando cuando le dejas en la guardería los primeros días y no se traumatiza, ¿verdad? Lo importante no es tanto el tiempo, sino la actitud que tengamos con él, cómo le enseñemos, la seguridad y el afecto que le transmitamos.

-A partir de los 2 ó 3 años, el niño ya sabe levantarse de la cama y utilizar su palabra favorita: no...

-Cuanto mayor es el niño, más estrategias tiene para saltarse las normas. Los papás necesitarán ser mejores maestros. Hay que aplicar otras estrategias, como limitar el sitio donde les enseñamos a dormir. Cuando es bebé limitamos ese espacio a la cuna y sus protecciones. Ahora hay que enseñarles que los límites son otros.

¿Un método cruel?

-¿Debe dejársele que duerma con los padres?

-Los hábitos son culturales. En los países orientales, duermen en la misma habitación los abuelos, los tíos, toda la familia. En nuestra cultura, se recomienda que el niño duerma en su cuarto, pero puede haber excepciones.

-Dicen sus detractores que su método es cruel con los chavales.

-Opinan así quienes no se han leído el libro. Han encontrado en Internet un foro para expresar sus opiniones y lo hacen. Hay gente muy mala en Internet que no tiene nada que decir. Yo hago caso a los compañeros científicos y no a la gente que habla porque sí.

-Ahora se propone que también los mayores duerman como lirones con 'Recetas para dormir bien'. ¿Esto ya es harina de otro costal?

-El tema de los mayores es distinto. La gran mayoría de gente que duerme mal es por acúmulos de tensión y de ansiedad durante el día. Sí que es cierto que con algunas normas aplicadas durante el día se puede mejorar el control de la ansiedad, pero ésta es una cuestión completamente distinta a la de los niños.

-¿Su consejo básico?

-Lo mejor para dormir bien es tener la conciencia tranquila. Esto ya sé que es muy fácil de decir y muy difícil de hacer. Sobre todo, porque tiene mucho que ver con la forma de ser de uno. Hay personas que saben desconectar con más facilidad y otras no tanto.

-¿Cómo pueden conciliar el sueño los que no saben desconectar?

-Con pequeños ejercicios de relajación y la puesta en práctica de tácticas como organizarse bien el día y aprender a decir no, que suele costar hacerse. Todo esto redundará en un mejor sueño.

-Apneas, ronquidos, dolores de espalda, ¿por qué nos cuesta tanto dormir a pierna suelta?

-Hablamos de alteraciones del sueño. Hay gente obesa que tiene tendencia a sufrir ronquidos y apneas. También hay otras personas con otras enfermedades, como algunas depresiones o nuevas patologías que descubrimos al explorar al paciente, como la que conocemos como el 'síndrome de piernas inquietas', un trastorno neurológico que afecta seriamente a la calidad del sueño.

-A algún experto he oído decir que utilizamos mal la cama, que la cama sólo debe usarse para hacer el amor y para dormir. ¿Usted le dice esto mismo a sus pacientes?

-Lo suscribo totalmente. Lo mismo que la cuchara sólo debe utilizarse para comer, la cama debe reservarse para dormir y hacer el amor. Una de esas cosas malas que hemos aprendido de los americanos es que en la cama lo hacen todo: trabajan, ven la tele, comen...

-¿Consultar un problema con la almohada es también un error?

-Al contrario. Cuando dormimos bien, nuestro cerebro hace una función de organización de todo lo aprendido durante el día. Ocurre cuando el sueño es más produndo, durante la fase REM. La memoria se consolida mientras dormimos

-No hay que irse a la cama y dar vueltas y más vueltas al asunto...

-No. La idea correcta es la de dejar dormir el problema, descansar. Lo importante es saber desconectar del problema para poder dormir. Una vez que ha pasado el tiempo de sueño, al día siguiente, vemos las cosas con una perspectiva más clara, mucho más optimista.

-Defina el ambiente ideal para dormir en casa

-La habitación debe tener una temperatura adecuada entre 18 y 22 grados. Sin luz y sin ruido.

-Y usted, ¿qué tal duerme?

-Bueno, yo soy como todo el mundo, ¿eh!. A veces ronco y duermo mal y, a veces, cuando viajo o tengo algún problema, tengo algo de insomnio. Hago lo que puedo.

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