La reflexión tranquila de los concentrados del Azoguejo

A las doce de la noche del viernes, la gente concentrada en la plaza del Azoguejo siguió pitando con silbatos y haciendo ruido con objetos muy diversos durante unos minutos, pero poco después callaron. Eran cerca de doscientas personas, la mayoría jóvenes, y bastantes continuaron apoyando el movimiento pacífico del 15-M, que en Segovia ha ido creciendo desde el pasado jueves. Un grupo de treinta pasó la noche en la plaza manteniendo el testimonio, la queja silente que, para muchos, persigue el modelo de Islandia, un cambio en la ley electoral, la verdadera separación de poderes y, sobre todo, que los políticos resuelvan la quiebra del contrato social que implica la crisis económica.

La jornada de reflexión transcurrió ayer de forma tranquila. Los que pasaron la noche en el Azoguejo tuvieron su desayuno porque la solidaridad de varios establecimientos llegó hasta ellos. A media mañana, junto al escenario instalado para las representaciones de los próximos días alguien dejó un sofá, varias sillas, una mesa, una tabla de planchar (sobre la que luego se recogieron firmas de apoyo), una radio y un improvisado bote en el que se recogen donativos para pagar los cientos de fotocopias que se reparten.

Las personas que permanecen en la plaza del Azoguejo son de toda condición y de todas las edades, predominan los estudiantes, aunque entre ellos hay desempleados, trabajadores, jubilados, profesores. Es verdad que hay gente de formaciones políticas de izquierda, pero no cobran protagonismo. No hay un portavoz sino muchos que toman la palabra, y algún (o alguna) joven se ocupa más que otros de lanzar los avisos por la megafonía, pero todos cuidan los detalles.

Talleres

Por la tarde, la gente que acudió con niños pudo mantenerlos ocupados en los talleres de malabares, de aviones de papel y de pintura, mientras otros voluntarios atendían la recogida de firmas, los carteles y a la gente que preguntaba en el punto de información. La jornada de reflexión se veía en los panfletos, en los cartones con el lema 'cambiemos la situación'. Nadie recomendaba el voto o no votar y no hubo incidentes, tampoco las posibles sanciones por continuar con la concentración, la policía se mostró «comunicativa y dialogante» en todo momento, según reconocieron los voluntarios; su única queja, que «Segovia sea la única ciudad donde han obligado a quitar las pancartas».

Están en contacto con Madrid, con los acampados en la Puerta del Sol, y todo lo deciden en asambleas y en grupos. «Cada ciudad -afirman- es un reflejo de lo que pasa en Sol». Hoy volverán a reunirse a las 20:30 horas, cuando cierren los colegios electorales. Y su intención, allí y aquí, es continuar.