Entre la Iglesia y los nobles
La historia de la localidad va ligada al obispado, su propietario durante años
MÓNICA RICO
Viernes, 4 de junio 2010, 02:41
En el nordeste de la provincia y limitando con la de Valladolid se sitúa el municipio de Laguna de Contreras. Situado en un enclave maravilloso, en un valle rodeado de monte, la naturaleza tinta el paseo de diversas tonalidades.
Un paseo por la zona de El Monte, que la Asociación Honorse Tierra de Pinares ha plasmado como una de las sendas de la comarca que atesora algunos de los más bellos paisajes de la provincia, para que tanto los vecinos como los visitantes los descubran caminando y disfrutando de la naturaleza.
Los quejigos cubren una de las laderas de este monte, hasta el barranco de Colmenares. Durante el camino aparecen también campos de labor, que tras varios metros se pierden dando paso a algunas sabinas.
Junto a estos paisajes, una vega poblada de sauces, chopos y fresnos, sin olvidar el cercano canal del Duratón y arroyos como el de la Hoz, que hacen de Laguna de Contreras un lugar ideal para el descanso, aunque a lo largo de su historia hayan sido muchas las batallas que los vecinos han tenido que librar.
Ya se tienen noticias de la localidad en el año 942. Sin embargo, unos cuarenta años después Almanzor destruye el poblado y mata a sus habitantes, por lo que no fue hasta el año 1037, con la llegada de la nueva repoblación, cuando la historia regresa al municipio. Entonces ya toma un nuevo nombre, Lagunillas, que conservó durante siglos.
El municipio perteneció desde el siglo XII al obispado de Segovia, tras una donación realizada por Alfonso VIII. Tras este acto, la localidad quedó excluida de las comunidades de Villa y Tierra de Peñafiel. Según los historiadores, fue a partir de esta fecha cuando se construyó el palacio, del que una parte aún se conserva en el municipio.
El edificio en principio era una casa fuerte bajo la potestad del obispado. Una pequeña fortaleza debido al lugar estratégico de la localidad junto al valle del Duratón. El gobernador de esta, era elegido entre los canónigos de la catedral.
Una cerca de mampostería y tapial cerraba el recinto, en el que se disponían la torre del Homenaje, una capilla de cabecera plana y las estancias del gobernador.
Libertad y crisis
Varios cientos de años después de la construcción de este palacio, en el año 1580, los entonces 95 vecinos de Lagunillas decidieron convertirse en Villa, con jurisdicción propia. Para comprar al obispado de Segovia su libertad, tras reunirse en concejo, decidieron acudir ya entonces a un préstamo.
Sin embargo la crisis del siglo XVII redujo el número de vecinos y los que quedaron, abrumados por las deudas, vendieron de nuevo la jurisdicción, en este caso a Antonio Manuel de Contreras, conde de Cobatillas, quien a cambio se hizo cargo de las deudas de la villa. El nombre de los nuevos señores quedó desde entonces patente en la localidad, ya que el municipio pasó a denominarse Laguna de Contreras, en honor a su propietario.
Al realizar la cesión, los vecinos del municipio hicieron entrega de la casa fuerte del siglo XII, un molino, la veda de caza y pesca del término y varias tierras de regadío. La casa fortaleza construida por el obispado vuelve así a cambiar de manos. La familia Contreras construyó una gran casona en el lado norte y colocaron sus escudos de armas flanqueando la entrada al lugar, que pasó de pequeña fortaleza a palacio de los condes.
Continuando con el patrimonio histórico artístico, en la localidad destaca la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, un templo barroco. Sin embargo llama la atención que junto a la misma se encuentran unas ruinas, que parecen ser los restos de la capilla de la casa fortaleza transformada en palacio. Según los historiadores este pequeño templo ya estaba en ruinas en el siglo XIX.
La primera referencia de la localidad aparece en un documento en el año 942, cuando se llamaba Lagunelas. Tras la nueva repoblación se adopta el nombre de Lagunillas, que conservó durante siglos. La venta de la localidad por parte de los vecinos a Antonio Manuel Contreras, supuso el cambio de nombre por el de Laguna de Contreras, en recuerdo y agradecimiento a su señor.
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