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Aeronaves en el hangar de la instalación.
El aeródromo de Villacastín vuelve a tener actividad tras años de abandono

El aeródromo de Villacastín vuelve a tener actividad tras años de abandono

Una exhibición de motoveleros, ultraligeros, ala delta y aviones sin motor llenará de público la instalación este sábado

Carlos Álvaro

Viernes, 24 de octubre 2014, 20:08

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En la provincia de Segovi funcionan a pleno rendimiento los aeródromos de Fuentemilanos y Marugán, pero pocos saben que en Villacastín existe una de las instalaciones con más superficie de España, aunque, eso sí, poco dotada. Se trata del aeródromo Castellanos, cuyos propietarios, hijos del industrial Rafael Gómez Cordobés, ya fallecido, quieren impulsar la infraestructura para que vuelva a tener vida y actividad deportiva.

Precisamente, este sábado acogerá una exhibición de motoveleros, ultraligeros, ala delta y aviones sin motor procedentes de Sevilla, Alicante y otras provicias españolas. El recinto volverá a llenarse de vida después de haber estado unos años abandonado o con poca actividad, especialmente tras la muerte del dueño y fundador en 2007.

«Se pretende reactivar, darle difusión y ver si hay posibilidad de que Medio Ambienet autorice la construcción de un campo de golf de ocho o nueve hoyos dentro de la finca, que tiene una superficie de casi un millón de metros cuadrados», asegura el administrador del aeródromo, Román Marín de la Bárcena. La resurrección del aeródromo castellanos, situado a unos dos milómetros del casco urbano de Villacastín, puede ser un buen revulsivo para el pueblo. «Todo dependerá de Medio Ambiente. Si nos autorizan a sacar adelante el proyecto que tenemos, el aeródromo puede convertirse en algo muy beneficioso para una población como Villacastín, pues el incremento de la actividad no puede más que generar beneficios. A mí me gustaría que el pueblo se implicara», señala Marín de la Bárcena. El Ayuntamiento de Villacastín ha dado el primer paso acondicionando el camino que une el pueblo con el aeródromo, que hasta hace dos días estaba impracticable.

Las instalaciones llaman la atención por su extensión. El aeródromo Castellanos cuenta con dos pistas de gran superficie, una de 1.300 metros de longitud y otra que alcanza los 660 metros. Eso sí, están sin asfaltar. Después hay un hangar con capacidad para acoger varias aeronaves y varias casetas o cabañas de madera que se han construido recientemente destinadas a uso exclusivo de los clientes. En proyecto está la apertura de una cafetería. «Lo estamos sacando adelante con capital privado, pues no hemos pedido subvenciones de ningún tipo. Queremos, eso sí, que la prueba de hoy sirva como llamada de atención», apunta el administrador. De hecho, se ha invitado a las autoridades locales y provinciales para que acudan al complejo deportivo.

Uso privado

Jesús Cachorro, vecinode Villacastín, conoce bien la historia del aeródromo Castellanos. Fue amigo del dueño y espera que el nuevo impulse reporte beneficios a la zona. «Empezó a funcionar en el año 1983. Don Rafael Gómez Cordobés, ingeniero industrial, se hizo con la propiedad de varias fincas de distinta extensión y las fue juntando hasta reunir la superficie suficiente para instalar el aeródromo», cuenta Cachorro. La instalación funcionó durante años como campo de aterrizaje y despegue de avionetas de la propiedad de Gómez Cordobés y de amigos suyos, también ingenieros aficionados a volar. «Recuerdo que se inauguró con una exhibición de aviones teledirigidos a la que asistieron las autoridades y todo el pueblo de Villacastín». En todo caso, el uso que se le dio fue exclusivamente privado. «Cuando murió don Rafael, en el año 2007, estuvo abandonado varios años. Desde hace cuatro ha tenido algo de actividad, pues aquí han venido veleros sin motor, pero ha sido ahora cuando los actuales propietarios, los cuatro hijos y herederos del promotor, han decidido darle un impulso».

La construcción del campo de golf también sería un revulsivo para el aeródromo, una actividad complementaria que ayudaría a generar recursos. «Cuesta mucho mantener una instalación de este tipo, y falta mucho trabajo por hacer, pero vamos a intentarlo», añade Román Marín de la Bárcena. Este 25 de octubre será un buen momento para promocionar la infraestructura, al menos entre los participantes de la exhibición de vuelo. El buen tiempo acompañará y se espera que todo salga a pedir de boca.

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