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Un operario extrae la resina del tronco en un pinar de Coca.
Los resineros se plantean combinar este oficio con otros trabajos del medio rural

Los resineros se plantean combinar este oficio con otros trabajos del medio rural

Lamentan no tener un reconocimiento adecuado y advierten de que la situación del sector es «muy complicada»

nacho sáez

Lunes, 26 de mayo 2014, 23:36

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Francisca Jurado, además de ser la alcaldesa de Calabazas de Fuentidueña, un municipio de menos de medio centenar de habitantes de la comarca de la provincia Tierra de Pinares, es la presidenta de la Asociación Nacional de Resineros. Esta organización agrupa a muchos de los profesionales de este viejo oficio que ha regresado a la primera línea, y se encarga, entre otras tareas, de negociar de manera colectiva la venta de la miera, la compra de material o de asesorar fiscal y laboralmente a sus socios. También entre ellos intercambian experiencias y conocimientos, aunque el principal objetivo de su presidenta es conseguir que el sector tenga el reconocimiento que se merece.

«Cuando el sector esté reconocido adecuadamente, estoy segura de que tendremos un buen futuro. Entonces sí que podremos hablar de la revitalización del medio rural y de la recuperación de este oficio», analiza Jurado, quien subraya también que este nuevo auge en la extracción de resina puede contribuir «a devolver la vida a los montes y a las zonas rurales». «El trabajo del resinero es muy necesario para el medio ambiente, ya que permite que los montes se mantengan limpios, se disminuye el riesgo de incendios... Es beneficioso para todos», apunta.

Actualmente en España hay ocho millones de hectáreas de pinares en las cuales se puede extraer resina. Ese hecho, unido a la creciente demanda de miera en Europa, donde parece imponerse la apuesta por las energías alternativas y por el aprovechamiento de los recursos forestales, presagia un futuro esperanzador para el sector. «En España tenemos un papel importante, ya que somos una gran fuente en este sector. No debemos dejar escapar este tren», opina la máxima responsable de los resineros españoles.

La citada demanda al alza de miera en todo el continente y la crisis en el empleo del último lustro empujó a muchos a interesarse por la resina. Gentes de todas las edades, tal y como revela Jurado; jóvenes con carreras universitarias que apostaron por vivir en el medio rural, trabajadores cercanos a la jubilación, descendientes de resineros, antiguos resineros... «Se echan al monte con muchas esperanzas e ilusiones, y en muchos casos terminan el primer año habiendo conseguido lo comido por lo servido. Y aun así vuelven a intentarlo al año siguiente porque quieren trabajar en sus pueblos, no quieren irse», relata.

La presidenta de la Asociación Nacional de Resineros, que ha asumido el cargo como «un gran reto y una labor que me llena de orgullo y me emociona muchas veces porque ves gente muy necesitada que está al límite», admite que, pese al auge que ha experimentado, la situación del sector es «muy delicada». «Es una actividad que necesita de tres o cuatro meses de preparación para recoger la miera, y hasta que eso no ocurre no hay ningún tipo de ingreso y sí gastos. Los seguros sociales, el alquiler de los pinos, material, combustible, etcétera». Y continúa: «Un resinero hace un mínimo de diez horas diarias durante la campaña de resinación; en la mayoría de los casos, de lunes a sábado, y dependiendo del tipo de trabajo también los domingos. Además, es una actividad que requiere mano de obra en su totalidad y se desarrolla al aire libre, por lo que la climatología es un gran condicionante tanto para el desarrollo del trabajo como para la productividad del pinar».

Papel preponderante

A pesar de esas dificultades que encierra esta profesión, ya son alrededor de cuatrocientos los profesionales de la provincia dedicados a la extracción de resina. Este recurso permite fabricar barnices, pinturas o envases, entre otros materiales, y se vende a un euro por kilogramo; un precio algo mayor del que se pagaba el año pasado. Segovia juega un papel preponderante a la hora de regular las reglas de este mercado ya que es la principal productora de España. Cinco millones de kilos de resina se extraen al año en la provincia; entre 3,2 y 3,5 kilos por pino. «Ha sido la provincia en la que la resinación ha empezado a resurgir con más fuerza y es donde más resineros hay actualmente», argumenta Jurado. «Se debe a su pasado resinero. No hay que olvidar que en la provincia tenemos bastantes pueblos que su fuente de ingresos fue la extracción de la miera. Por ello hoy en día es muy fácil encontrar resineros que se dedicaron a ello en su juventud y que han ido transmitiendo el oficio».

Ha sido un balón de oxígeno para todos ellos la propuesta para modificar la tributación de los resineros sacada adelante por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el Congreso de los Diputados. «Era muy necesaria y urgente; la necesitábamos como agua de mayo. Esta adecuación tributaria es una de las piezas clave para el presente y el futuro del sector. Esperemos que no tarde, pues urge muchísimo», señala la presidenta de los resineros españoles. La modificación supone que los profesionales de la resina pasen a tributar según el régimen especial de agricultura, ganadería y pesca, es decir, en vez de tributar al 21%, lo harán al 10%.

Gran parte de los pinares son explotados por trabajadores autónomos, aclaró el parlamentario nacional, socialista, Juan Luis Gordo. Consideró en su propuesta la necesidad de clarificar la aplicación de la legislación del IVA para todos los agentes que intervienen en el proceso: desde los propietarios particulares y entidades locales que realizan las labores o que arriendan hasta los adjudicatarios. A su juicio, la única manera de que este sector perviva es que el Gobierno de la nación se comprometa a incluir a estos agentes en el régimen especial agrario.

«No veo otra cosa más adecuada e importante», asevera Jurado, que hace hincapié también en que los resineros permanezcan unidos. «Tenemos un largo y arduo camino por delante», reconoce. En la Mesa Regional de la Resina, en la que está representada la organización que preside Jurado, se ha propuesto que los resineros puedan realizar trabajos relacionados con su actividad durante los meses que el pinar descansa. Por ejemplo, labores silvícolas, lo que permitiría mantener el oficio durante todo el año. También se ha contemplado que la resinación pudiera ser un trabajo complementario, de manera que personas que adquirieran una pequeña mata podrían combinar la extracción de resina con la agricultura, la ganadería u otros trabajos relacionados con el medio rural. «Sería fantástico y creo que es muy posible. Por eso, tenemos muchas razones para que desde la asociación empecemos a organizarnos. Se está empezando a crecer y es importantísimo estar unidos», remata Jurado.

Resinas Naturales ensaya en Galicia

La empresa Resinas Naturales abrió en 2011 una fábrica en Cuéllar que empezó recibiendo la producción de un centenar de profesionales. Ahora son ya cuatrocientos. Ha ayudado a combatir la crisis en zonas azotadas por el desempleo y la despoblación; no solo en Castilla y León, también en otras zonas de España. Se ha conocido, por ejemplo, que ha empezado a ensayar la recogida de resinas naturales en Galicia. El municipio pontevedrés de Meis ha sido su primera parada, según informa El Faro de Vigo. Sus responsables alcanzaron un acuerdo a principios de este mes de mayo con la comunidad de montes de San Lourenzo de Nogueira por el cual los comuneros les alquilarán una parcela de su bosque para la extracción de resinas.

La empresa cuellarana, que se puso en contacto con varias comunidades en Galicia, se ha comprometido por contrato a limpiar las zonas donde trabaja. La comunidad de montes de San Lourenzo de Nogueira cuenta con unos 190 socios, y unas 130 hectáreas de terreno, de las cuales unas 75 son de monte poblado, según cuenta El Faro de Vigo.

Esta entidad ya fue pionera en Galicia en su día hace unas décadas en la extracción de bloques de piedra. En la actualidad, la mayor parte de sus ingresos proceden del alquiler de las canteras que se encuentran en su bosque.

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