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El Real Valladolid despliega su versión más aguerrida en El Molinón
El equipo de Pacheta se lleva un triunfo de quilates a domicilio ante el Sporting con goles de Aguado y Gonzalo Plata
El Real Valladolid tomó al asalto El Molinón con su fútbol más práctico. El conjunto blanquivioleta se vio a expensas del Sporting durante algunas fases ... del juego, pero volvió a exhibir una versión muy aguerrida para asestar hachazos en momentos clave y lograr los tres puntos en un escenario donde ningún rival había logrado vencer a los gijoneses esta temporada. El 1-2 final ofrece al Pucela un triunfo de muchos quilates para saltar hacia la zona alta de la tabla y presentarse como un equipo temible. Con menos brillo ofensivo que ante el Ibiza, pero con una efectividad parecida a la que mostró en Butarque ante el Leganés, el equipo blanquivioleta firma sus dos últimos desplazamientos por victorias y encadena seis partidos sin perder. El Real Valladolid crece con varias pieles.
Pacheta retocó la alineación titular principalmente en la línea defensiva, las más comprometida por las lesiones y la sobrecarga de partidos, con cambios en los cuatro puestos. Así, Luis Pérez y Lucas Olaza formaron en los laterales, con Joaquín Fernández y Jawad El Yamiq como centrales. Roque Mesa, imperial, volvió a los mandos de inicio junto a Álvaro Aguado en la medular.
Con los dos contendientes deseosos de hacerse con el timón, el partido se electrizó desde el inicio. El Sporting avisó a lo grande con un disparo de Aitor que rebotó en el poste de Roberto tras un córner. No se amilanó el Real Valladolid, que pagó a los asturianos con la misma moneda: Weissman engatilló un latigazo que también repelió la madera de Mariño. En solo seis minutos, las dos porterías de El Molinón ya habían retumbado.
El Sporting se apropió poco a poco de la manija gracias a las superioridades que creaba en la zona de tres cuatros, con Fran Villalba acudiendo a los espacios interiores que dejaban Roque Mesa y Aguado. Los locales exploraron varias vías, incluida la banda izquierda del Pucela, donde Olaza jugaba con una marcha menos que el incisivo Aitor. Bogdan Milovanov también aprovechó este camino ante un Real Valladolid que se vio maniatado en la salida de la pelota durante este tramo del partido. Un disparo flojo de Gonzalo Plata que atrapó Mariño supuso una tímida llegada blanquivioleta antes del cuarto de hora. En cambio, Aguado se enredó en un pase de El Yamiq y acabó causando un disparo de Djuka que detuvo un Roberto gigantesco. El árbitro marcó fuera de juego, pero las imágenes mostraron la posición legal del delantero del Sporting.
Atascado y errático durante algunos minutos, el Real Valladolid trató de encontrar el hilo perdido. Plano, más disruptivo por las zonas interiores, remató alto un balón que se le quedó atrás después de algunas carambolas en el área de Mariño. El Sporting mostraba más presencia ofensiva, con Fran Villalba y Aitor como estandartes, mientras los centrales del Real Valladolid sujetaban bien al peligroso Djuka. Roque Mesa vio una autopista sin tráfico y se internó en el área... para equivocarse en el pase. El Real Valladolid ganó presencia en el área local gracias a los saques de esquina. Sin embargo, este equipo no se distingue por encontrar pozos de petróleo en las acciones a balón parado, así que cada córner acabó en agua de borrajas.
El Sporting siguió a lo suyo, con Gaspar brujuleando por el centro en busca de la sorpresa. Cuando el color del partido parecía más rojiblanco que blanquivioleta, apareció la bota afilada de Álvaro Aguado. Weissman jugó la pelota para Plata, que buscó a Plano. La zaga del Sporting no acertó a despejar el peligro y la pelota le cayó de rebote a Aguado, que soltó un misil perfecto, imposible para Diego Mariño, que se coló majestuosamente en la portería del Sporting. El mediocentro lo celebró de manera efusiva con el sector blanquivioleta de la grada de El Molinón y recibió incluso los continuados besos de uno de los aficionados. Como en Leganés, el Pucela mostró el colmillo en el momento preciso.
Con la brisa favorable del 0-1, el Real Valladolid llegó al descanso sin mayores apuros... salvo una falta señalada sobre Luis Pérez en la que Pulido Santana amagó con sacar la segunda amarilla, aunque finalmente decidió no expulsar al lateral blanquivioleta. Para evitar más problemas, Pacheta dio entrada a Janko por Luis Pérez en el descanso. El Pucela perdió punción, pero ganó en tranquilidad, ya que resultaba previsible que los jugadores del Sporting le buscaran las cosquillas a Pérez de haber seguido sobre el césped.
Aunque Pacheta había anunciado un Real Valladolid al ataque, la realidad del encuentro le hizo guarecerse durante unos minutos y no convertirse en el 'Escuadrón Suicida'. El Sporting buscó con denuedo las llegadas al área de Roberto, que salvó heroicamente un cabezazo de Gaspar. Un disparo de Djuka despejado por el omnipresente El Yamiq y otra gran ocasión de Gaspar en la que burló al central marroquí trompetearon las llegadas locales. Pacheta retocó la defensa, con la entrada de Kiko Olivas por Joaquín, también cargado con la amenaza de una segunda amarilla.
El Real Valladolid, que volvió a verse algo cortocircuitado en su creación, supo sortear los minutos de mando asturiano con mucho aplomo. El desgaste empezó a hacer mella en el Sporting, un factor que supieron leer bien los futbolistas pucelanos. El equipo de Pacheta se oxigenó con posesiones largas y llegadas peligrosas. Plata remató alto una falta de Olaza que había desviado Babin y Weissman probó un disparo tras un pase de Plano, siempre efectivo cuando prolonga por el interior. Con el Real Valladolid más desplegado, llegó el 0-2, fabricado por Roque Mesa, que le robó la cartera a un exhausto Gragera, pespunteó por la línea de fondo y sirvió un balón atrás que recogió Plata para ampliar la ventaja visitante con su primer gol como blanquivioleta.
La ventaja embriagó al Real Valladolid, que vio cómo Djuka recortaba distancias tres minutos más tarde al rematar sin ataduras en el área de Roberto tras un centro del poco vigilado Aitor. Las entradas de Toni por Plata, San Emeterio por Aguado y Kike Pérez por Weissman contribuyeron a sujetar el partido para evitar el descontrol final. El Sporting solo pudo oponer llegadas sin mucho fuelle, aunque siempre inquietantes en este escenario, y el Real Valladolid acabó rubricando otra de esas victorias que disparan la moral de la tropa. Bien, Pucela, bien.
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