Borrar
Un mastín posa sus patas sobre las rejas de la protectora.

Ver fotos

Un mastín posa sus patas sobre las rejas de la protectora. Antonio Quintero

La protectora de Palencia, 'Scooby' se niega a sacrificar animales pese a la masificación

Quieren continuar su política y buscan familias que adopten a sus perros

Marco Alonso

Palencia

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 20 de noviembre 2017, 13:54

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Prácticamente no nos queda sitio en la protectora para albergar más perros». Así de tajante se muestra Alba González, trabajadora de la protectora de animales Scooby, que gestiona un centro de rescate en el que un centenar de perros están a la espera de un hogar. Hay canes de todas las edades, tamaños y colores, pero hay tantos que las instalaciones no pueden acoger más, y la situación solo se puede paliar de una manera: con un incremento notable de las familias de acogida.

Información útil

  • Web http://www.scoobymedina.org/

  • Facebook https://www.facebook.com/scoobypalencia/

  • Twitter @scoobymedina

  • Dirección Camino Carabajala (Depositos de Ramirez) 34005 Palencia

  • Teléfono 648 71 69 34

La protectora recoge perros abandonados por toda la provincia y los lleva a un centro de rescate ubicado a las afueras de la ciudad, en el camino Carabajala, donde son cuidados con mimo por trabajadores y voluntarios que permiten que la política de sacrifico cero siga vigente, a pesar de los impedimentos. Decía Mahatma Gandhi que un pueblo se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales, y si se sigue está máxima del dirigente indio, se puede llegar a la conclusión de que el pueblo palentino es tremendamente heterogéneo. Solo hay que ver que, mientras algunos se deshacen a sus animales como el que tira la basura, otros recogen esos ‘deshechos’ y los convierten en parte de su familia.

Tener un perro es una responsabilidad y no es gratis. De hecho, sacar uno de estos animales de la protectora tiene un coste de 125 euros en concepto de gastos veterinarios. Y es que todos los animales que salen de las instalaciones de Scooby para afrontar una nueva vida lo hacen vacunados, con microchip, desparasitados interna y externamente y castrados, y eso tiene unos gastos. «Con los 125 euros no se cubren ni la mitad de los gastos veterinarios, porque solo una castración en un macho adulto vale 120 euros», señala Alba González.

VIDAS EN BUSCA DE UN HOGAR

Tres cachorros de cruce de pastor belga. Los más guapos, eran cinco hermanos y ya han sido adoptados dos. Solo tienen un mes.
Tres cachorros de cruce de pastor belga. Los más guapos, eran cinco hermanos y ya han sido adoptados dos. Solo tienen un mes.

Tyler, durante un paseo por la protectora. El más veterano, tiene once años y lleva ocho en la protectora, que equivalen a 56 para una persona. Le encontraron en Venta de Baños, con el chip sin datos, se pusieron carteles pero nadie se hizo cargo de él.
Tyler, durante un paseo por la protectora. El más veterano, tiene once años y lleva ocho en la protectora, que equivalen a 56 para una persona. Le encontraron en Venta de Baños, con el chip sin datos, se pusieron carteles pero nadie se hizo cargo de él.

Xena, un cruce de bulldog inglés de dos años. Es la más vaga de la protectora se pasa el día durmiendo a la espera de una familia con la que disfrutar un buen sofá.
Xena, un cruce de bulldog inglés de dos años. Es la más vaga de la protectora se pasa el día durmiendo a la espera de una familia con la que disfrutar un buen sofá.

Oscar, en el patio del centro de rescate. Muy cariñoso y listo, quizá por eso no tiene nombre de perro. La soledad se ha apoderado de él cuando Fausto, su compañero de toda la vida, fue adoptado.
Oscar, en el patio del centro de rescate. Muy cariñoso y listo, quizá por eso no tiene nombre de perro. La soledad se ha apoderado de él cuando Fausto, su compañero de toda la vida, fue adoptado.

Una familia. Eso es lo que esperan el centenar de perros que pueblan las instalaciones de Scooby, y en la mayoría de las ocasiones, la acogida llega desde fuera de España. Las adopciones desde la web de la protectora se producen desde puntos muy dispares, pero aún así la demanda es mucho menor que la oferta y, previsiblemente, el número de perros se incrementará sobremanera cuando finalice la temporada de caza, el 28 de febrero del próximo año. «Muchos de los perros que acaban aquí son deshechos de la caza, una basura que ya no sirve para lo que se creó. Muchos cazadores vienen y nos ceden a sus animales, pero, aunque ellos no lo crean, dejar aquí a los perros es abandonarlos. Aquí pasan frío y tristeza. Hay muchos que dejan de comer y que tienen problemas de salud solo por verse aquí», apunta Alba González.

Vivir en la protectora no es fácil para los animales y hay cerca de una quincena de personas que colaboran con Scooby de forma voluntaria para intentar ayudar, limpiar o pasear a los perros. Uno de esos voluntarios es Daniel Doyague, que cree que los animales necesitan mucho más que pienso. «Aquí las necesidades de comida están cubiertas, pero los perros necesitan también pasear y cariño, que es lo que les damos los voluntarios», señala.

El afecto que necesitan los animales llega de forma desinteresada de muchos frentes y uno de ellos es el Centro Educativo La Salle Managua, que van a la protectora dos días a la semana para compartir su tiempo con los perros en una actividad muy enriquecedora para los alumnos, según Henar, profesora del centro. «Es una forma de que conozcan la realidad que hay con los animales en la sociedad en la que vivimos. Muchos de los familiares de los alumnos tienen perro y esto puede ayudar a que se conciencien sobre estos temas», explica la profesora.

Una visita a la protectora no deja indiferente a nadie. Allí acaban los desperdicios de la caza y decenas de vidas de las que nadie se quiere hacer cargo. Como las de esos juguetes, ahora rotos, que antaño parecían peluches bajo el árbol de Navidad, pero pronto se convirtieron en un problema que había que sacar tres veces al día. Allí conviven tantos ‘problemas’ que cualquier día habrá un ‘problemón’ porque cada vez hay menos espacio para albergar tantos juguetes con los que nadie quiere jugar.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios