El acusado de abusos a 16 menores admite que usaba cámaras de ‘visión nocturna’
Reconoce que les tocaba los genitales, que se producían felaciones y que todo lo grababa
A. CUBILLAS
Lunes, 7 de marzo 2016, 11:33
Ocultando su rosto, el acusado de abusar sexualmente a 16 menores en un campamento de Carucedo, ha llegado minutos antes de las 10:00 horas de este lunes a la Audiencia Provincial de León donde, minutos después, reconoció haber grabado los tocamientos que realizó a los niños durante los veranos de 2011 y 2012 aprovechándose de su calidad como director del campamento.
En una primera sesión del juicio que finalmente ha sido público, el acusado, con series dificultades para hablar, reconoció que aprovechaba cuando los menores estaban dormidos para acceder a sus habitaciones con una cámara con visión nocturna.
Una vez allí, les bajaba los pantalones del pijama y empezaba a tocarles las «nalgas, los glúteos, los genitales y el ano». Un testimonio especialmente duro en el que el acusado ha reconocido incluso felaciones y eyaculaciones encima de los niños.
Así lo han ratificado los agentes que visionaron algunas de las 1.800 horas de grabaciones que el acusado realizó durante los dos campamentos. «En uno de los vídeos se veía una mano que iba realizando diversos tocamientos, incluso como alguna vez se veía como colocaba su miembro entre las piernas de los niños».
En otra de las grabaciones, según señalaron varios de los agentes, se veía al acusado haciendo pruebas con la cámara antes de acceder a las habitaciones de los menores, lo que permitió la identificación del varón, que fue detenido después de que su mujer hiciera entrega de los DVD que había localizado en casa.
Afectado por un medicamento
El acusado ha asegurado que grababa los abusos para satisfacerse sexualmente, sin embargo, ha asegurado que nunca las llegó a visionar. «No tenía ocasión», remarcó el acusado, que además achacó los abusos al consumo continuado de Artane, un medicamento para tratar la rigidez muscular.
Durante su declaración, aseguró que en 2010 el doctor le elevó la dosis, pasando de tomar 1,5 miligramos tres veces al día a 2,5, lo que le provocaba un estado continuado de irritación, mareos y vómitos.
Porque, según aseguró, no se explica por qué abusó a los menores cuando llevaba desde 1995 ejerciendo como monitor de campamentos de menores y siempre ha tenido una «muy buena» relación con los niños. En este punto, el acusado que aseguró que «no hay día que no me arrepienta de lo que hice. Fue un impulso».
Grabación en los vestuarios de las piscinas
Según el relato de los agentes, en el registro del domicilio del acusado y del lugar de trabajo- Samur de Madrid- también se localizaron varios discos duros y DVD con un total de 19.000 horas de grabación que el varón había realizado en los vestuarios de la piscina de Cea Bermúdez donde se veían a numerosos menores cambiándose de ropa.
En este punto, el acusado, que reconoció que ocultó la cámara en una mochila, negó que su intención fuera sexual, es más, aseguró que nunca las visionó y remarcó que su intención era únicamente intentar frenar los robos que se estaban sucediendo en la piscina donde trabajaba como monitor de natación.
Durante sus declaraciones, los agentes han reconocido la dificultad para identificar a las 16 víctimas que fue posibles gracias, en parte, a la información que hallaron en los 17 archivadores que contenían datos de menores. Si bien, han advertido de que muchos niños que pudieron haber sufrido abusos han quedado «como desconocidos».
Asimismo y conforme al visionado de los vídeos, han asegurado desconocer si los niños estaban dormidos o si previamente se les había suministrado alguna sustancia.
Una primera sesión en la que el acusado, que se enfrenta a una pena de 234 años de prisión, ha permanecido con la capucha de la cazadora puesta para evitar ser visto y que ha culminado a puerta cerrada con el visionado de los vídeos que realizó.
DVD con contenido sexual
El acusado, que permanece en prisión preventiva desde su detención en noviembre de 2012, grababa las supuestas vejaciones y se entregó a la Policía después de que su mujer le denunciara tras descubrir en un armario un DVD con contenido pederasta.
R.P.F., que se declaró culpable de todas las imputaciones, se enfrenta a 114 años de cárcel por los 16 delitos de corrupción de menos, 72 años por los 12 delitos de abusos sexuales continuados, 16 por los cuatro delitos de abusos sexuales y dos años por revelación de secretos.
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