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Griezmann celebra su gol ante el Real Madrid.
Simeone enseña a Zidane en qué consiste su Atleti
JORNADA 26

Simeone enseña a Zidane en qué consiste su Atleti

El equipo rojiblanco proyecta sus señas de identidad habituales y vence en el Bernabéu con un gol de Griezmann

Javier Bragado

Sábado, 27 de febrero 2016, 02:50

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Venció el Atlético de Madrid en el Real Madrid, pero sobre todo venció Diego Pablo Simeone a Zinédine Zidane. Triunfó el argentino en estrategia y dominio del tablero verde en la primera gran cita del francés a los mandos del Real Madrid. Porque todo el derbi se desarrolló en formato Simeone. Los colchoneros manejaron casi todo el duelo a su batuta y fase a fase completaron lo proyectado en la pizarra. Primero aguantaron las embestidas de sus necesitados rivales, aguardaron a que se apoderara la impaciencia de sus perseguidores en la clasificación y después extendieron sus redes con la buena forma de Antoine Griezmann y el gran día de Filipe Luís, exfutbolista blanco.

Desde el comienzo, el Madrid se enredó en numerosas combinaciones para desgastar a su rival. Pero los muchachos de Zidane no son el Barcelona de Guardiola, por lo que a los colchoneros les resultó sencillo detener los avances de la tropa de Cristiano Ronaldo. De hecho, incluso a los futbolistas rojiblancos se les observó cómodos en su propio campo ante la falta de peligro en las acciones blancas a pesar de acercarse al área contraria y de que los de Zidane dominaron los primeros minutos.

Como predecía el Cholo, el paso de los minutos colocó plomo en las zapatillas y niebla en la cabeza de los merengues. Cegados ante la estrategia defensiva rojiblanca, sólo Luca Modric ofreció su habitual clarividencia, insuficiente en un grupo lastrado por la incomodidad de James en la izquierda, la lentitud de Kroos en la creación y la negatividad de un Cristiano Ronaldo perdido en la marisma colchonera. Con el caldo de cultivo preparado gracias a la inquietud que trasladaba la grada blanca, el Atlético de Madrid aumentó su tortura y se animó a buscar el gol de la victoria. Es más, si no fuera por la falta de acierto de Fernando Torres, los del Manzanares podrían haber acudido al descanso con una buena ventaja. Keylor Navas lo evitó con sus salidas a cazar balones aéreos y con su concentración ante lanzamientos de Griezmann y Koke.

La única opción que iba a tener el Real Madrid para abrir el muro rojiblanco surgió al inicio de la segunda parte con un error inesperado de la defensa visitante que terminó con el balón a los pies de Cristiano al borde del área. Ronaldo, que había enseñado a Oblak la potencia y la comba de su disparo con un lanzamiento de falta en la primera parte, envió fuera el balón junto a la posibilidad de una segunda parte más tranquila en el Santiago Bernabéu. Errada la oportunidad local, el conjunto rojiblanco ejecutó otra orden directa de Simeone. En un contragolpe, los del Manzanares se sirvieron de la tranquilidad de una defensa incompleta para que Griezmann y Filipe Luís para que el francés anotara en una zona de inesperada baja población merengue.

Zidane, sin respuesta

El gol de Griezmann sacó de nuevo a la luz el problema con el que cuenta el Real Madrid. No se han inculcado una idea firme y clara de juego a los futbolistas, la defensa se desarregla con cada zurzido -Danilo, sustituto del lesionado Marcelo, se ahogó en la izquierda a pesar de la ausencia de un extremo derecho en el club rival- y las bajas -Marcelo, Bale, Pepe y Benzema (el francés cayó antes del descanso)- impidieron cualquier solución de emergencia por la escasez de oportunidades. Con la inteligencia de Modric y la voluntad de Carvajal no siempre es suficiente. Hasta ahora Zidane no se había tropezado con ningún rival de especial entidad en el Bernabéu al que derribar con un puñado de pólvora.

En el bando contrario el Atleti mejoró su humor al saber que sólo con atrapar a Modric y vigilar a Carvajal su portería no se vería amenazada y sus jugadores se atrevieron a descolgarse con más frecuencia en ataque. Incluso se gustaron con detalles de calidad, regates y gestos plásticos antes de que Navas impidiera el tanto de Saúl Ñíguez.

Empujado contra la lona, el Madrid respondió a trompicones y más con el corazón que con la cabeza. Cristiano cabeceó demasiado centrado un pase de Carvajal, Borja Mayoral remató un balón mordido que apareció por el área pequeña y entonces el equipo de Zidane reclamó su espíritu irreductible para no perder. Entonces el conjunto de Simeone flojeó por primera vez y Gabi trabó a Danilo dentro del área sin que Carlos Clos Gómez señalara penalti. Ya sin aliento, las opciones merengues se obligaron a balones colgados a 'CR7' o contragolpes ante la incapacidad para abrir alguna grieta a su adversario cuando todas las piezas estaban colocadas en su lugar en el tablero.

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